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Una noche en Miami… (2020)

Una noche en Miami…
110 min.
6,1
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Sinopsis
A raíz de la victoria de Cassius Clay frente a Sonny Liston en 1964, el boxeador se reúne con el líder activista Malcolm X, el cantante Sam Cooke y el deportista Jim Brown en la habitación de un motel. Allí intercambiarán opiniones sobre la segregación de la población negra en el sur del país.
Género
Drama Años 60 Racismo Drama sureño Teatro Basado en hechos reales
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
One Night in Miami...
Duración
110 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2020: Premios Oscar: 3 nominaciones incluyendo mejor actor sec. (Leslie Odom Jr.)
2020: Globos de Oro: 3 nominaciones incluyendo mejor director
2020: Premios BAFTA: Nominada a mejor actor secundario (Leslie Odom Jr.)
2020: Festival de Toronto: 1ª finalista - Mejor película
2020: National Board of Review (NBR): Premio a la libertad de expresión
6
El discurso por encima
Tras una excelente carrera como actriz, especialmente en el mundo de la televisión, Regina King se aventura por primera vez en el mundo de la dirección con One night in Miami, un drama basado en hechos reales y con un fuerte discurso sobre el racismo lo cual podría ser una fórmula ganadora de cara a la próxima carrera hacia el Oscar.

El punto de partida es más que interesante pues One night in Miami nos lleva hacia una noche donde cuatro ocurre una reunión entre cuatro figuras importantes afroamericanas que se destacan en diferentes ámbitos, Malcolm X, Cassius Clay , Jimmy Brown y Sam Cooke, un encuentro que permite al guionista Kemp Powers (coguionista de la también esperadísima Soul) intentar lucirse con una serie de conversaciones sobre el tema racial de la época (y que en estos días continúan) visto desde las diversas perspectivas de los protagonistas así como la confrontación de sus ideas y las relaciones que estos llevaban.

El discurso central es totalmente oportuno (que hacen las celebridades para combatir el racismo con su influencia sobre la gente) y sobre todo destaca en los enfrentamientos entre Malcolm X y Sam Cooke, sin embargo en eso se basa básicamente el 90% de la trama, discurso, discurso, discurso, sin apenas recurrir a un lenguaje cinematográfico que permita distinguir que lo que estamos viendo es una película y no una obra de teatro, pues Regina King básicamente dirige todo en un piloto automático que vuelve al producto muy rutinario, sin silencios o detalles que permitan elevar el relato, algo similar que ocurrió hace unos años con Fences de Denzel Washington.

Es en la dirección de actores donde King brinda sus mejores atributos dejando con sus cuatro protagonistas (el cual ninguno es un estelar) hagan interpretaciones bastante llamativas, en lo personal quedándome con Kingsley Ben-Adir quien logra un Malcolm X bastante certero y humano, sin dejar de mencionar claro a Leslie Odom Jr. quien tiene los momentos más lucidores.

One night in Miami termina siendo un producto entretenido y eficaz en su discurso racial, sin embargo en todo lo demás es un filme bastante olvidable al que le hace falta claramente mayor fuerza cinematográfica ponderando el discurso por encima del resto cuando tendría que ser lo contrario.
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24 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
A change is gonna come.
Una noche en Miami... es el debut como directora de Regina King, actriz con décadas de trabajo a sus espaldas y que recientemente ganó el Oscar a mejor actriz secundaria por su trabajo en El blues de Beale Street. Nos cuenta una reunión entre Sam Cooke, Malcolm X, Muhammad Ali y Jim Brown, allá por 1964, pero lo primero que es importante saber es que está basada en una obra de teatro de Kemp Powers (co-guionista y co-director, por cierto, de Soul), y aún más importante, que no está basada en hechos reales. O al menos, no del todo. Se sabe que estos cuatro eran amigos y que sí pasaron una noche juntos, pero todo lo que sucede dentro de la habitación del motel es ficticio. Saber que esta reunión tuvo lugar, según las mismas palabras de Powers, "was like discovering the Black Avengers", y lo que hace es utilizarla como escenario para exponer diferentes ideas sobre los conflictos raciales en Estados Unidos. El resultado es bastante efectivo, en mi opinión. No perfecto, pero ya llegaremos a eso.

Lo primero que quiero tratar es el apartado visual. No es nada del otro mundo, y puede que eso la aleje de la excelencia, estoy de acuerdo. No explota las posibilidades del lenguaje cinematográfico, en el sentido de que no hay planos súper memorables, ni movimientos espectaculares, ni montajes híper reveladores, que es algo que se puede decir de muchas películas basadas en obras de teatro. Se puede decir de La duda, de Fences, de Larga jornada hacia la noche, o incluso de La gata sobre el tejado de cinc. Pasa lo mismo con otras cintas en las que, aunque no están basadas en obras de teatro, manda el guion por encima de cualquier cosa, como Spotlight o The man from Earth. Si estás más interesado en un cine más visual que discursivo, Una noche en Miami no busca ofrecerte eso. Su intención es otra. A mí, personalmente, la dirección de Regina King, a pesar de ser impersonal y poco vistosa, me parece aceptable dado el carácter de la cinta, pero sin duda aleja al producto final de la excelencia.

Ahora, en cuanto al texto. Hace algunas cosas muy bien, pero otra, en mi opinión, no tanto. Triunfa a la hora de desarrollar a cuatro personajes muy distintos, cuatro jóvenes negros en la cima de sus carreras, en una época en la que a una gran parte de la población esto no le hacía demasiada gracia. La mentalidad de todos ellos está clara, y los conflictos que se derivan de ellas son claros, coherentes y comprensibles. Son lo suficientemente complejos como para estar de acuerdo con ellos en una escena y en completo desacuerdo en la siguiente, sin que eso traicione la naturaleza de los personajes. El racismo es el núcleo temático claro, y de ahí él derivan todas las ideas que los enfrentan constantemente: el poder de las figuras públicas, la libertad económica, el colorismo, el consumo del entretenimiento, etcétera. El conflicto de Malcolm con la Nación del Islam y la conversión de Ali también juegan un papel importante. Hay alguna que otra frase excesivamente teatral, alguna decisión en la caracterización que no me convence y alguna idea demasiado prefabricada aquí y allá, pero en líneas generales me gusta lo que oigo. Me gusta cómo se desafían los unos a los otros, cómo se exponen las ideas y cómo se relacionan unas con otras. Para una película así, está claro que necesitas a cuatro actores que estén dispuestos a dejarse la piel en sus personajes. Por suerte, Una noche en Miami los tiene.

Leslie Odom Jr. es una máquina (no hay más que ver su trabajo en Hamilton para darse cuenta), y probablemente ofrezca la mejor interpretación de los cuatro. Es imposible sonar exactamente como Sam Cooke, pero Odom da el pego y se acerca bastante, y consigue estar a la altura del repertorio de uno de los mejores vocalistas que ha dado Estados Unidos. Aldis Hodge, tal vez el más secundario de todos los actores, hace un trabajo más sutil, pero de considerable calidad. Su rol es ser la calma en medio de la tormenta, y lo consigue. Eli Goree tiene el físico adecuado, imita las inflexiones vocales de Ali a la perfección y consigue construir un personaje moderadamente complejo. Lo que tiene que hacer, lo hace muy bien. Tal vez Kingsley Ben-Adir sea el menos bueno de los cuatro. Su interpretación es notable, que nadie me malinterprete. Es declamatorio, vehemente y apasionado, como tiene que ser Malcolm X, pero su energía no termina de atravesar la pantalla, aunque eso se debe, estoy seguro, a la misma naturaleza del guion.

Y ese es mi principal problema con Una noche en Miami: convierte a PERSONAJES en personajes. El propósito de la historia es construir un discurso social, y eso se consigue, pero los nombres de las figuras históricas que protagonizan la historia son solo eso, nombres. Nunca tengo la sensación de estar viendo a las leyendas que se supone que son. El Malcolm X de Kingsley Ben-Adir no puede competir con la intensidad y la complejidad psicológica del de Denzel Washington. Es imposible. Entiendo que no es culpa de la peli, que Una noche en Miami no es un biopic y la comparación no es justa porque la intención de la historia no es esa, pero aun así, se nota. Y es que, ¿cómo haces justicia a cuatro personalidades tan grandes al mismo tiempo? La respuesta es sencilla: no intentándolo. Y lo entiendo. Es comprensible, pero también decepcionante.

Dejo mi conclusión en la sección spoilers por falta de espacio, pero sin destripar nada:
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17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
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