Escándalo, relato de una obsesión (Miniserie de TV) (2022)

Tele 5 no remonta, ni siquiera ante el ESCÁNDALO, que supone una serie abordando temas escabrosos, en otros tiempos ignorados, y que hoy despiertan críticas aceradas de asociaciones determinadas, así como en redes. Fernando Lindez, que interpreta al niño de 15 años, en realidad cumplirá en marzo 23.

La época tan delicada que vivimos donde todo provoca crispación, enfado y descrédito, parece que no alcance un techo. Considero que dejarán de verse en el cine crímenes porque generan violencia en la sociedad. Las películas de acción dejarán de producirse... y llenaremos nuestras horas con las aventuras de HEIDI, la niña de las montañas.

Esta serie no tiene mayor trascendencia, si no es por el desesperado intento para alcanzar cuotas de share que dignifiquen a la cadena mas vista durante años. La historia que cuenta es la de un adolescente que tras rescatar a una mujer que intentaba ahogarse, inicia una relación con ella, añadiendo sub tramas a una problemática añadida que tampoco es que complemente con firmeza su argumento principal.

Correctamente interpretada, creo que no alcanzará una cuota de audiencia destacable, porque los gustos están cambiando, y a TELE5 se la asocia desde hace un tiempo con ciertos programas, que en la actualidad comienzan a alejarse de los gustos del público.

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Bastante entretenida. No confiaba en ella... es cierto que la he visto en plataforma streaming, lejos de anuncios y pausas. Un argumento bastante increíble, pero bien gestionado. No se alarga en cuestiones innecesaria, o por lo menos no se alarga excesivamente. Ya sabemos que las series han de cubrir minutos, se ven obligadas a ello, y resulta imposible ofrecer una historia limpia, sin añadidos.

Alexandra Jiménez se adecua al papel de Inés, pero quien verdaderamente brilla es el joven actor Fernando Líndez interpretando al quinceañero Hugo.

La historia, pese a su trama poco creíble, funciona perfectamente si aceptamos ciertas premisas. Mantiene una cadencia inmoral muy apetecible, en estos tiempos de patético "buenismo", donde todo se ha de desarrollar de una manera correcta y adecuada. El cine debe ser canalla, salvaje, oscuro, sucio, manipulador, respondón, alegre, misterioso... con todos esos componentes, en muchos casos, marginales que tanto apetecen.