El retratista (2013)

Los documentales tienen la fuerza de contar aquellas historias que, por ser no ser de grandes personajes históricos, a veces nos pasan desapercibidos. En este caso, el pequeño héroe es un profesor tarraconense que es destinado a Bañuelos de la Bureba (Burgos) durante la II República Española. El profesor no es precisamente convencional. Usando un nuevo método educativo –la incorporación de la imprenta en las escuelas-, parece ganarse a los niños, pero no a las autoridades del pueblo. Con este historial, no es de extrañar que fuera uno de los primeros asesinados después del golpe militar del 36.

Pero este no es el típico documental sobre la memoria histórica. Que como tal, también funciona. Sino que el personaje tiene la fuerza de ramificarse por el futuro, sobre todo gracias a lo que logró influenciar a sus alumnos y a compañeros de profesión. Además, los revistillas elaboradas por los alumnos de los años 30, gracias a la aportación de la imprenta, nos transportan a la vida de un pueblo rural de principios de siglo. Y a pesar de la distancia temporal, nos damos cuenta que las motivaciones y problemáticas de los niños continúan siendo prácticamente las mismas: la necesidad de tener voz y ser escuchados.

Recomendable documental para aquellos que les apasione las historias pequeñas, y especialmente, para profesores y docentes.

En cuanto a la figura de un maestro avanzado y librepensador que en ese período trágico pagó con su vida el serlo. Tiene la virtud también este documental de no excederse en el metraje sin que ello sea óbice para que captemos muy bien su fondo testimonial junto al ver a esos alumnos, con casi noventa años, repasando los cuadernos que escribieron de pequeños con la ayuda de una pequeña imprenta y como hazaña pionera. Una epifanía en suma, por todo lo que nos cuenta, nos sugiere y nos muestra.