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Twilight of a Woman's Soul (1913)

Twilight of a Woman's Soul
48 min.
6,4
87
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Película completa (subtítulos en inglés)
Sinopsis
Narra la historia de una mujer hermosa, idealista y muy joven, quien desilusionada de la vanidad y vacío de su existencia, además de sus distracciones sociales tediosas, acepta de buena forma el consejo de su madre de hacer visitas de carácter caritativo con los pobres. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Melodrama Cine mudo Orígenes del cine Mediometraje
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Rusia Rusia
Título original:
Sumerki zhenskoi dushi
Duración
48 min.
Guion
Fotografía
Compañías
8
Hay cosas que una mujer nunca perdona
Hijo de un afamado intérprete de cítara, ascendente de austriacos, y de una soprano rusa, Evgeni Bauer (Евгений Бауэр), heredó la vena artística de sus padres y estudió arte en una escuela pública de Moscú. Fue caricaturista, fotógrafo y escenógrafo para diferentes grupos de teatro, tiempo durante el cual, ocasionalmente, llenaba el vacío de algún actor. A partir de 1912, comenzaron a abrirse lentamente las puertas del cine para él y tras trabajar en algunas escenografías para los Estudios Pathé de Moscú y hacer de Diseñador de Arte para la película, “Trescientos Años de la Casa Romanov”, de la que, según se dijo, ‘su labor es lo único rescatable’, la productora Khanzhonkov y Cía, se interesó en él y le asignó el cargo de director, alcanzando allí todo su éxito, al punto de convertirse en socio de la empresa.

Con sus 85 películas (entre cortos, medios y largometrajes), realizadas en tan solo cinco años de actividad, Evgeni Bauer se hizo célebre gracias a sus sofisticados melodramas, los cuales fueron pasando a la categoría de ‘dramas psicológicos’ a medida que los críticos optaron por tomarlo en serio.

“CREPÚSCULO EN EL ALMA DE UNA MUJER” (Сумерки женской души), fue la tercera de cuatro películas que estrenara en el año de su debut (1913) y ya se descubre aquí a un consumado artista capaz de contar una historia con un gran tino; logrando una convincente puesta en escena, una iluminación muy ajustada y una composición de imágenes que, por momentos, resplandece por su calidad estética. Desde esa toma inicial, cuando descubrimos a la joven Vera en su cuarto queriendo ausentarse de esa sociedad aristocrática que no parece hacerla feliz… esa profundidad de campo que la muestra distante… esos velos que dan cuenta de la poca luz que hay en su alma… y esas flores en tinieblas y semimarchitas como reflejo del desamor que ahora padece… dan cuenta de un artista que sabe, muy claramente, la magnífica conjunción de significados latentes que pueden obtenerse con un poco de visión.

Después, para reafirmar que la primera composición no fue casualidad, Bauer vuelve a lucirse al mostrarnos a la joven Vera queriendo socializarse, pero, rindiéndose a los dos minutos; rechazando al próximo invitado que quiere sacarla a bailar… y viendo, luego, pasar a los invitados de su madre a través de un elegante adorno de flores como si fueran fantasmas… Pocas, pero muy bien pensadas imágenes, que bastan para exponer, de manera perfecta, el estado anímico de la protagonista.

Mire luego, el significado de las escaleras cuando Vera y su madre hacen asistencialismo social… observe bien la composición del sueño de la noble muchacha… vea el canasto con el que llega a la boca del lobo… y pronto comprenderá que estamos ante un artista en todo el sentido de la palabra.

Y, ¡oh sorpresa!, cuando la historia avanza al punto del himeneo y se entera uno de la manera como la muchacha quiere ser honesta con su singular Príncipe Dolski, cae entonces en cuenta de que, lo que V. Demert (quien también aparece representando a Maksim Petrov) ha escrito, no es otra cosa que una versión muy suscinta de “Tess of the d’Urbervilles”, la famosa obra que Thomas Hardy publicara en 1891, pero, cambiando los nombres de los personajes; invirtiendo los roles de las clases sociales para no enojar a los rígidos censores de la monarquía (aquí los abusivos son los pobres); e insertando breves apuntes autobiográficos, como el convertir a Vera en estrella de la ópera, en recuerdo de la madre de Bauer.

Pero, no obstante la brevedad del filme – apenas 48 minutos-, al final se queda con la clara sensación de haber estado ante un artista que tuvo talento de sobra para ofrecerle al cine grandes películas… no obstante que su vida se vio interrumpida cuando apenas cumplía 50 años de edad.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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