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La encontré en París (1937)

La encontré en París
86 min.
6,6
21
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Sinopsis
Kay, de viaje en París, se encuentra con Gene y George, dos peculiares amigos. A Kay le atrae Gene pero quiere saber porqué a George le desagrada esa unión.
(FILMAFFINITY)
Género
Comedia Romance Comedia romántica Comedia screwball
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
I Met Him in Paris
Duración
86 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
10
Antidepresivo natural
Vaya trío, si prometían, pero ver en acción a Colbert, Melvyn y Young es indescriptible. Curioso que la traducción en español sea “La encontré en París”, cuando el título es “Le encontre en París”.

Dejando aparte esta curiosidad, ya que debería llamarse algo como Desventuras en el amor y en la nieve, la película no puede ser más divertida, Claudette borda su papel, y a veces da pena, ya que los personajes masculinos que tiene alrededor, el “prometido” que se queda en América, el “pretendiente” y la “carabina” (véase que todos van entrecomillados), son de exposición.

Se puede decir mucho más, pero lo mejor es verla. Si les pasa como a mí, les espera un rato inolvidable que querrán repetir.
Maravillosa.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Y me la llevé a Suiza
La llaman screwball a esta película pero yo no he conseguido vislumbrar por qué. No es una comedia loca (por lo menos no en la noción que yo tengo de ellas) sino una agradable comedia romántica, fácil de ver pero no del todo regular.
Quizá fuera el argumento sobre el papel el que prometiera un enredo loco y genuino, un menage a trois y a quatre. La excelente Colbert se va a ver aquí agasajada y asediada por uno, dos y tres hombres a la vez, !las hay con suerte!, lo suyo es llegar y besar el santo, uno al que deja en Nueva York (Lee Bowman) en stand by, el de por si las moscas, para ir a correrse una juerga a París. Y otros dos que conoce en la ciudad de las luces, el alegre y despreocupado play boy (Robert Young), pura diversión, encanto y simpatía y su amigo (Melvyn Douglas), maduro, sereno y responsable y que, además va a erigirse, sin que ella lo sepa, en su escudo protector.
Sin duda esta película sí podría decirse que posee todas las características requeridas para catalogarla dentro del conjunto que denominamos screwball.
Gente de clase alta (la Colbert dice que ha estado ahorrando cinco años para pegarse ese viaje pero eso no se lo cree ni su abuela): un elegante hotel en París, trajes caros y abrigos de pieles, smokings y restaurantes de lujo y !atención! una escapada de ensueño a, lo mejor del film, las montañas suizas, donde la protagonista se lanzará a la aventura de los deportes de invierno con estos dos caballeros que acaba de conocer y que rivalizan cortésmente entre ellos. Podríamos llegar a pensar, en un momento dado, que la señorita está en peligro con uno de ellos, cuyas intenciones no son demasiado honorables pero no hay cuidado, está el otro para frenarle. Claudette puede divertirse y despendolarse tanto como guste y con quien guste, el sueño de cualquier mujer de su época, ya saben.
Y hay que reconocer que es aquí, en la nieve, donde se encuentran los mejores momentos del film. Uno se pone a mirar esos paisajes y se queda extasiado.
Largos descensos en esquí por las nevadas laderas, románticos paseos en trineo tirado por caballos bien arrebujados bajo las mantas de piel, buenas escenas de esos frenéticos descensos a la velocidad de vértigo practicando ese deporte que creo que se llama bobsleigh, patinaje sobre el hielo (que dispone de servicio de camarero en pista, no se lo pierdan).., para, ya por fin, acabar la jornada plácidamente en buena compañía en uno de esos encantadores refugios de montaña del que te dan ganas de quedarte a vivir.
De hecho, a mi me gustaría saber si esta película no ha sido patrocinada por alguna de esas compañías hoteleras de montaña, porque casi toda ella parece un gran anuncio de resort -" Alpes Suizos, ciudad de vacaciones"- que sin duda pondrían de moda en el público pudiente de entonces esta fórmula de ocio, como la inefable "Vacaciones en el mar" de los años 70, lo haría con los cruceros.

Pero, desgraciadamente, al promisorio argumento no se le saca el partido que se debiera y Ruggles demuestra que no sabe qué hacer con la enredosa trama. El ritmo es, casi, lento. Las rivalidades, secretos, mezquindades y vacilaciones de los conflictos entre los protagonistas se dirimen de forma anodina, sin chispa, sin picardía y, lo que es peor, sin simpatía ni sentido del humor. Y la culpa no es de los intérpretes que son inmejorables y que defienden su papel lo mejor posible sino de esa ausencia de sana malicia, de aporte de locura en los papeles de los personajes que hacen que, esta película, nos la tomemos demasiado en serio y por lo tanto sus personajes no consigan caernos muy bien. Ni siquiera la propia Colbert. Observaremos las motivaciones y actos de cada uno de ellos y colegiremos que, ninguno, es muy digo que digamos y que en este caso no les salva ni el humor para hacerse con el cariño del público. ¿Qué le falta a esta película para ser una buena screwball?. Pues, !payasadas, hombre, payasadas!.
Aun así resulta una peli agradable para ver por sus buenas escenas en la nieve. !Qué bien las venden los jodíos!
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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