Trailer (INGLÉS)
- Sinopsis
- La película se centra en dos adolescentes, Arbor y Swifty, y en la relación de explotación que les une a Kitten, el propietario de una chatarrarería local. A Arbor y Swifty los expulsaron de la escuela y, en esos días de incertidumbre, ambos empiezan a recoger (y robar) cobre y chatarra que luego venden a Kitten. En paralelo, la película retrata una costumbre local: las sulkys, es decir, las carreras de pequeños carruajes tirados por caballos que son objeto de apuestas entre los habitantes. Swifty tiene un don para los caballos y Kitten empieza a utilizarlo en las carreras en las que apuesta. A Arbor, cada vez más problemático, le sienta mal esa relación de supuesta complicidad entre su amigo y el que él considera ser su modelo. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Adolescencia Caballos Drama social
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2013 / Reino Unido
- Título original:
- The Selfish Giant
- Duración
- 91 min.
- Guion
- Música
Premios
2013: Premios BAFTA: Nominada a Mejor película británica
2013: Festival Cannes: Quincena Realizadores: Premio Label Europa Cinemas
2013: Hamptons International Film Festival: Ganador Golden Starfish Award
2013: British Independent Film Awards (BIFA): 5 nominaciones, incl. Mejor película
2013: Festival de Sevilla: Mejor guión
Chatarra humana
15 de octubre de 2015
Es como una película de Ken Loach sin las metidas de mano politiqueras que tanto le gustan hacer al susodicho. Vemos la miseria vital de dos chavales dispuestos a todo por sobrevivir a la pobre realidad que les ha tocado vivir: básicamente desestrucutración familiar y desarraigo social.
Te la crees de cruda que resulta, y sus protagonistas desparraman amateurismo y a la vez veracidad. El compañerismo de ambos frente a la desolación de sus vidas resulta conmovedor, y la cámara les acompaña por la inevitable pendiente que recorren estos muchachos.
No es de los dramas que no te dejan respirar, pero la desolación que viven está presente todo el tiempo.
Muy recomendable, pero coger con guantes y tenazas. Avisados quedan.
Nota: 7,30.
Te la crees de cruda que resulta, y sus protagonistas desparraman amateurismo y a la vez veracidad. El compañerismo de ambos frente a la desolación de sus vidas resulta conmovedor, y la cámara les acompaña por la inevitable pendiente que recorren estos muchachos.
No es de los dramas que no te dejan respirar, pero la desolación que viven está presente todo el tiempo.
Muy recomendable, pero coger con guantes y tenazas. Avisados quedan.
Nota: 7,30.
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
El chatarrero egoista
11 de marzo de 2014
El gigante egoísta es la primera película de la directora Britanica Clio Barnard. Su obra es una revisión, inspirada en la realidad, del cuento con el mismo título de Oscar Wilde.
En la reinterpretación de la fábula de Wilde, el jardín del gigante donde juegan los niños es ahora una chatarreria, en la que su propietario, el egoísta Kitten, se relaciona con adolescentes que buscan satisfacer sus necesidades trapicheando con el cobre y la chatarra, o cuidando y montando los caballos a los que es aficionado el chatarrero. Al igual que en el cuento de Wilde, un suceso dramático desencadena un cambio de actitud en la relación de explotación que une a Kitten con los dos jóvenes protagonistas.
La película dibuja un retrato sincero, conmovedor y debastador de la amistad entre dos adolescentes, Arbar y Swifty, enmarcada en una trama social que recuerda a la filmografía de Kean Loach, donde las familias desestructuradas y la falta de respuesta de las instituciones constituyen el paisaje donde se mueven sus personajes.
Los niños, Conner Chapman –el hiperactivo Arbar- y Shaum Thoms –el reflexivo y simpático Swifty-, en su primer trabajo para el cine, realizan una magnífica interpretación en las que sus papeles, tan diferentes, se complementan perfectamente a lo largo de todo el film.
En la reinterpretación de la fábula de Wilde, el jardín del gigante donde juegan los niños es ahora una chatarreria, en la que su propietario, el egoísta Kitten, se relaciona con adolescentes que buscan satisfacer sus necesidades trapicheando con el cobre y la chatarra, o cuidando y montando los caballos a los que es aficionado el chatarrero. Al igual que en el cuento de Wilde, un suceso dramático desencadena un cambio de actitud en la relación de explotación que une a Kitten con los dos jóvenes protagonistas.
La película dibuja un retrato sincero, conmovedor y debastador de la amistad entre dos adolescentes, Arbar y Swifty, enmarcada en una trama social que recuerda a la filmografía de Kean Loach, donde las familias desestructuradas y la falta de respuesta de las instituciones constituyen el paisaje donde se mueven sus personajes.
Los niños, Conner Chapman –el hiperactivo Arbar- y Shaum Thoms –el reflexivo y simpático Swifty-, en su primer trabajo para el cine, realizan una magnífica interpretación en las que sus papeles, tan diferentes, se complementan perfectamente a lo largo de todo el film.
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
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