Behind the Walls 3D (2011)

Estamos ante una apacible película de terror. ¿He dicho terror?, bueno, de alguna manera hay que llamar a los contadísimos, y un poco descafeinados sustos que nos muestra. Empecemos otra vez. Estamos ante una apacible película de amor. ¿Amor?, la inexpresividad de los actores hace que más bien parezca una exposición de pintura de primeros del siglo pasado. Lo intentaré por última vez. Estamos ante un apacible thriller. Aquí puede que nos vayamos acercando, pero nos quedamos muy lejos de lo que es un auténtico film de ese género, se queda en sucedáneo, aunque sea de lo poco que se puede salvar de esta cinta. De todas maneras habréis notado que en todas las acepciones antepongo la palabra apacible. Y ese es su punto fuerte. Grandes imágenes, excelente fotografía, cuidados decorados, tanto naturales como artísticos, ambientación de los años 20 realmente encomiable, vestuario, maquillaje, peluquería. No dejo de pensar que si detrás de todo esto hubiera habido algo más trabajado, estaríamos ante una gran película.

La historia chirría por todos los lados y ya estamos con lo de siempre. La tecnología 3D hace que la trama sea algo secundario. Para evitar esto hay una solución, verla sin 3D, como yo hice, entonces se despoja de la artificialidad y nos queda lo esencial, que en este caso es bien poco. Es una lástima que, atraídos por la excelente cosecha de cine de terror francés de los últimos tiempos, asistamos a algo realmente prescindible y que no encaja, aunque creo que esto no es del todo peyorativo, con ningún género conocido.

Suzanne es una escritora que, ante la falta de inspiración y la tristeza provocada por la súbita muerte de su hija de 6 años, decide trasladarse a la campiña en busca de paz y tranquilidad. Nos encontramos en 1922 y los prejuicios morales están latentes en todas las relaciones personales. Para su pesar encuentra cosas con las que no contaba.

Decepcionante film francés de los debutantes en el formato del largometraje Julien Lacombe y Pascal Sid, autores asimismo del guión. Sidney Lumet decía: “Toda gran obra consiste en prepararse para ese accidente que sin duda ocurrirá”. Pues bien, aquí no pasa absolutamente nada, para colmo el final es absurdo e irritante. Estamos por tanto ante un guión deslavazado y falto de vigor que no exprime un relato que, aunque no sea ninguna maravilla, se le podría haber sacado mucho más. Hablando de las interpretaciones, estas son insulsas y faltas de fuerza. Laetitia Casta no está hecha para estos papeles, incluso cuando fuma, y lo hace repetidamente, da la impresión de estar más perdida que una gótica en una fiesta ibicenca. Thierry Neuvic, su antagonista, lo intenta, pero pronto da la impresión de darlo todo por imposible. Rutinaria interpretación la suya. Del resto no puedo, desgraciadamente, destacar a nadie. Como ya he indicado al principio lo más positivo está en la parte artística. No me extenderé más para no repetirme. Solamente, y para finalizar esta parte un poco más técnica, destacar la música del belga David Reyes, realmente magnífica.

Voy acabando ya. Derrière les murs es una obra totalmente innecesaria. No obstante si queréis ver una cinta costumbrista, con imágenes sugerentes y preciosistas, esta puede ser una buena alternativa. Algo es algo aunque para mí no es totalmente suficiente.

http://www.terrorweekend.com/2013/04/derriere-les-murs-review.html

Película en absoluto representativa del buenísimo estado de salud del cine de terror francés cuyo mayor y prácticamente único atractivo es la belleza hipnótica de la mujer francesa más hermosa de todos los tiempos, una Laetitia Casta a la que si bien no se le puede pedir más en un rol bastante paleto, justificaría las 3D en caso de destete absoluto con esos inconmensurables, apabullantes y preciosos senos que se gasta. No es el caso, y la historia ( escritora traumatizada por la muerte de una hija que se marcha a escribir al campo a una casa que pretende dar repelús y toma como alumna a una chavala analfabeta del pueblo que desaparece misteriosamente) está más que vista y mejor contada en innumerables TV movies de tardes de siesta pesada.
Lo mejor: La belleza de la protagonista, apabullante.
Lo peor: Es un quiero y no puedo, un mix de historia barata con ambientación cuidadísima y preciosa que tarda en arrancar más de dos tercios del metraje y acaba regulera, regulera.
Para fans de la Casta.
Con babero.
Y desgraciadamente, sin kleenex...