Punto de mira (2000)

Filme biográfico sobre una parte de la vida del director norteamericano de origen judío, Herbert J. Biberman, casado con la actríz de reparto y ganadora de un Oscar, Gale Sondergaard. Ambos fueron incluidos en la «lista negra» del Comité de Actividades Antiamericanas del senador McArthur, por pertenecer al partido comunista estadounidense; pero es más, Biberman fue declarado culpable y condenado a prisión, y a su salida le impidieron trabajar y además se le retiró el pasaporte para que no pudiese emigrar a Europa, de donde le llegaron ofertas para dirigir; aun así, tuvo valentía para enfrentarse y esquivar a los perseguidores ideológicos que le hacían la vida imposible e irse a rodar en el Estado de Nuevo Mexico el famoso semidocumental «La sal de la tierra» (1954), que trata sobre una huelga de mineros mexicanos apoyada por sus mujeres, una denuncia a favor de la clase obrera y sobre todo reivindicativa del papel poderoso y valiente de las mujeres cuando éstas deciden luchar; dicho filme lo filmó con gente del pueblo, no profesionales de la interpretación teatral o cinematográfica, y tuvo innumerables problemas durante y después del rodaje para sacarlo a la luz pública; sin embargo el tiempo pone a cada cual en su sitio.

La actriz española, Ángela Molina, tiene un pequeño papel haciendo de Rosaura Revueltas, una mexicana embarazada que se lanzó a las calles a protestar, y aunque no es muy relevante, deja su rostro contundente, bellamente arrugado y excelentemente expresivo de saber hacer ante las cámaras.

En resumen, «Punto de Mira» es un homenaje a Herbert J. Biberman y a su película «La sal de la tierra», que estuvieron en el punto de mira, la persecusión y todo tipo de intentos de sabotaje por parte del FBI y su obsesión por acabar con los comunistas en la industria cinematográfica de Hollywood en los años posteriores al fin de la II G.M.

Fej Delvahe

Muy recomendable. Comprometida y respetuosa. No exalta ni critica el comunismo, pero muestra la firmeza necesaria en su denuncia de la represión que sufrieron algunos cineastas comunistas de Hollywood acusados de atentar contra el orden estadounidense. Con una magnífica ambientación, un ritmo regular y unas interpretaciones muy acertadas, quizá no sea una cinta demasiado comercial, pero constituye un alegato tan necesario como vigente. Obliga a la reflexión, reivindica la libertad de pensamiento como derecho fundamental del ser humano e invita a descubrir una película tan emblemática como "La sal de la tierra".