30 Miles from Nowhere (2019)

Primer largometraje de su directora que si había dirigido algunos cortometrajes como Blood Sisters (2017), y protagonizada por Carrie Preston (Hasta los Huesos, 2017) Rob Benedict (La Sombra del Poder, 2009).

Cinco compañeros universitarios regresan a su pueblo de veraneo para asistir al funeral de uno de sus mejores amigos, un científico de reconocido prestigio. Pero cuando una serie de acontecimientos extraños comienzan a tener lugar, los integrantes del grupo temen que ésta sea la última vez que todos puedan reunirse antes de perder la vida.

Película que mezcla un terror un tanto aleatorio al que se le acaba dando una explicación al final de la cinta, con una comedia, en ciertos momentos, bastante absurda y que no llega a cuajar. Las interpretaciones no son demasiado buenas, y la colección de tópicos de género de la que hecha mano no ayuda especialmente. Y es que muchas cosas en 30 Miles From Nowhere son clichés de los más abusivos (la cabaña en el bosque, empezar sobrevolando un bosque, pandilla de amigos con las hormonas revolucionadas, etc). Dentro de sus múltiples defectos, el film da algunos momentos curiosos en sus 84 minutos que despiertan la curiosidad en el espectador y su giro final bastante inverosímil resulta original si se da el salto de fé necesario.

30 Miles from Nowhere es una película que juega con elementos excesivamente genéricos con los que es prácticamente imposible causar terror a gran parte de público debido a lo trillado de sus recursos, y aunque no llegue a aburrir, no consigue pasar de un film justo y olvidable.

Nota personal 4/10

Lo que parecía una cinta de terror (bueno, lo típico de sustos malos y poco más) resultó una tomadura de pelo.
Grupo de amiguetes, estereotipados al máximo, van al funeral de uno del grupo, que se celebra en el interior de un bosque a tomar por saco de todo (a 30 millas, je je je) y por supuesto, sin cobertura.
Los personajes, si no se me olvida ninguno, pues son: la viuda pelirroja rarita ("la pirá"), el abogado irritante ("el capullo"), el afroamericano con su novia ("el negro grandote y la Vane"), la señora delgada gay ("la canija lesbiana), el buenazo ("el penas") y la chica oriental ("la china"), redondeado por la abuelita senil ("la yaya"). En fin, solo faltaban el calvo, la gorda y el futbolista.
Creo que el problema es el guión, ya que se ha intentado realizar un producto medianamente serio, intrigante y con un final retorcido, pero ha quedado en una tontería que estropea lo poco que hubiera salvable, porque al acabar, se me quedó la cara que hubiera puesto si me ofrecieran un plato de paella con ketchup y mermelada.
Lo único que quedará en mi memoria será una de las escenas más estúpidas que he visto en meses (no es spoiler, no afecta en nada a la trama ni a la historia), que es en el entierro, lloviendo, y "la Vane" se acerca para echar una florecita al borde de la fosa (jopelines, recién excavada y rodeada de barro) y se hocica dentro sobre el féretro.., me descojoné, y sé que quizás sea otra papeleta para ir al infierno.

En fin, una cinta con actores conocidos por algunas series como Supernatural o True Blood, que sinceramente, no lo hacen mal, pero repito, las carencias del guión no las hubiera salvado nadie.

Consejo, no perdáis el tiempo, aunque sea de corta duración.

Wolf.