Los profesores de Saint-Denis (2019)

*El golpe en la mesa

La educación es uno de los temas más importantes a nivel social, en especial, porque se fundamentan las bases de las generaciones futuras. Mehdi Idir y Grand Corps Malade exploran el sistema educativo en Los profesores de Saint-Denis. A través de una comedia que se aleja del drama que pudiera envolverlo, expone las situaciones en uno de los barrios más duros de París. Mientras que con humor muestra las vivencias de sus protagonistas, por otro lado, analiza la repercusión que tiene su profesorado en su intención de cambiar su rumbo. Asimismo, no busca mitificar la imagen del profesor-salvador, sino que enseña las imperfecciones que recorren las personalidades de éstos, haciéndoles partícipes de aquello que no está bien dentro de la comunidad educativa. Por lo cual, compara la imagen de los estudiantes con la de los propios profesores.

Sin embargo, el problema que presenta el guion es que se excede en el ambiente feel-good de la película, pudiendo confundir al espectador con el mensaje que se pretende extraer de este film. Por un lado, desengrana las flaquezas que hay dentro de la concepción de los alumnos en este tipo de barrios, pero por otro los normaliza hasta unos niveles en los que roza peligrosamente la ligereza caricaturesca. Lógicamente, no buscan una heroína o un héroe en escena, pero la madurez que presenta uno de sus personajes principales se ve opacado por el exceso de humor que adorna la cinta. Además, hay ciertos aspectos que son un todoterreno, de los que se podía esperar una mayor profundidad en su desglose narrativo. En consecuencia, es una historia que invita a la reflexión, pero que no tiene la fuerza suficiente para remover al público.

*La vida escolar

No son pocas las películas que han puesto la educación como eje central de la acción. Al igual que éstas, Los profesores de Saint-Denis han contado con un reparto coral muy diverso. En primer lugar, destacar a Zita Hanrot como Samia Zibra. La actriz ofrece una interpretación llena de naturalidad, no dejando que la luminosidad la invada y lo contrasta con matices en su personalidad. Hay que añadir que tiene una dulzura intrínseca que combina a la perfección con la firmeza en pantalla y cierta crudeza en su forma de proceder. Luego, su némesis, Liam Pierron como Yanis, el joven actor es una de las mejores interpretaciones del film. Es más, lleva a su personaje como principal relator de la obra y sabe manejar la carga dramática que se deposita en él. Además, lo hace desde una templanza frustrada controlada brillante.

Es conveniente destacar la participación de Soufiane Guerrab como Messaoud, tiene esa picaresca y carisma que hacen que eleve el perfil de su personaje. Inclusive, lo hace de una forma orgánica y se aleja de arquetipos innecesarios. Hay que añadir que tiene un toque personal y se desmarca de lo humorístico innecesario que sí se plantea en otras interpretaciones. En concreto, Alban Ivanov no termina de convencer con el exceso de histrionismo que recorre su personaje. Pese a no tener la responsabilidad de cómo está concebido desde el guion, termina por caer en un trabajo que parte demasiado de lo irreverente. Por lo cual, se hace algo tedioso. Por lo general, el elenco como grupo actoral funciona y tiene bastante consonancia entre unos y otros, aunque no todos realicen una interpretación excelente.

*La comedia a la francesa

En el apartado técnico con Los profesores de Saint-Denis hay un conflicto que se percibe desde la primera secuencia y es la falta de innovación. Dicho de otra forma, evita arriesgar en el despliegue visual y obtiene como resultado una película correcta. Además, tristemente, esta temática y la forma en la que lo hace ya ha sido explotada anteriormente, y con mejor resultado, por lo que puede dar la sensación de déjà vu. Sin embargo, no se puede negar que cumple con los requisitos para tener un acabado profesional, aunque no utilice los recursos artísticos para ir más allá. Por lo tanto, le falta emoción, no hay un ápice de uso expresivo en la composición visual. En consecuencia, el espectador pone foco en la acción, dado que el resultado técnico no destaca ni conmueve, incluyendo las escenas con mayor carga dramática.

No obstante, es disfrutable a los ojos del público, es ligera y no busca unas complicaciones que podrían haber despistado a la audiencia. Por otra parte, hay ese imaginario de ‘barrio’ que transporta perfectamente al público hacia las formas de vida y de hablar de sus personajes, sin abordarlos desde una superioridad aleccionadora. Por ello, se agradece que en el montaje y en la elección de los colores, se aleje de un estilo de realidad dura. Sigue una línea visual a una historia de vida. Por otro lado, la elección de la banda sonora es potente y encaja a la perfección con la personalidad que recorre la película de principio a fin. Gracias a esta decisión, hay un ápice de modernidad y de establecer un sello de identidad. Por último, el montaje es dinámico y con movimiento, haciendo accesible su visionado.

*Conclusión

Los profesores de Saint-Denis vuelve a poner sobre la mesa el sistema educativo y la posible mala gestión en los barrios con necesidad de atención social. Sin embargo, no termina de explotar su intención y cae en un uso reiterado de la comedia para evadir el tema principal. A nivel interpretativo es notable, aunque hay que agradecérselo, en especial, a Zita Hanrot, Liam Pierron y Soufiane Guerrab. Por otra parte, el despliegue técnico no innova y ofrece una película al uso que, pese a ello, es ligera y accesible de ver. No obstante, la banda sonora eleva el resultado del film. Una protesta desde el buen rollo que termina perdiéndose en una excesiva luminosidad, pero en la que, por lo menos, llega parte de la importancia del mensaje que se encuentra en su trasfondo.

Escrito por Diego Da Costa

Sorprende por su naturalidad y huida de una situación convencional de barrio periférico parisino irredento. Los personajes son relativamente naturales y claramente creíbles con todos sus defectos y virtudes, con momentos cómicos enfrentados a situaciones delicadas. El ritmo imprimido por Mehdir Idir (nacido y criado en Saint-Denis y supuestamente reflejado en uno de los personajes principales) mantiene un interés constante durante toda la proyección. Muy acertada.

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