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La violinista (2018)

La violinista
118 min.
6,1
150
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Sinopsis
Una famosa violinista, Karin Nordström, ve su exitosa carrera truncada por un accidente que le quita sensibilidad en las manos. Sin poder tocar de nuevo, recurre a dar clases a jóvenes músicos aspirantes. El ambicioso Antti, dos décadas más joven que ella, atrapa su atención, pero su relación va más allá de sólo maestra y aprendiz, lo que traerá inesperadas consecuencias. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance Música
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Finlandia Finlandia
Título original:
Viulisti
Duración
118 min.
Guion
Fotografía
Compañías
7
Contra las cuerdas
La película cuenta la historia de Karin una excelente violinista (en la buena interpretación de Matleena Kuusniemi, que tal vez la recuerden de la serie Sorjonen) quien a raíz de un accidente automovilístico pierde sensibilidad en su mano izquierda no pudiendo volver a los escenarios.

Esa situación deviene que la artista deba convertirse a regañadientes en profesora, es allí cuando se da una relación con su alumno Antti (Olavi Uusivirta) 18 años menor, pero no es la historia de profesora-alumno y el drama romántico clásico que surge, eso no es lo importante, allí también podría entrar a tallar el marido (Samuli Edelmann).

Lo importante en esta historia es la música, con un director de orquesta en un personaje muy logrado (excelente Kim Bodnia a quien vimos en la genial Killing Eve).

Es una película interesante donde se mezcla la ambición, la genialidad en la interpretación musical, el egoísmo del artista, los valores familiares y las relaciones de pareja.

También hay que decir que es un filme con altibajos, tal vez tiene unos minutos de más, pero es una película por demás interesante y por supuesto recomendable.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Ser Dios
Interesante aproximación al interior de esos individuos tocados por una gracia, y que se convierten en élites, en reyes, en dioses... Cuesta sobrellevar el éxito, digerirlo adecuadamente. Y no solo el éxito: no debe ser fácil sentirse un elegido entre millones, tener un talento único que te distingue del resto y te sitúa en otro plano. A los generales romanos, cuando llegaban a Roma tras una gran victoria, recibidos por multitudes que les vitoreaban como héroes, les ponían a un tipo en la cuadriga que les iba repitiendo: solo eres un hombre.

Esas élites, esos elegidos, viven de acuerdo a otras normas, a otro código de valores. Las convenciones morales, los protocolos de conducta, esas cosillas por las que nos guiamos el resto de mortales, no van con ellos, se les quedan estrechos y revientan. Son seres MAS: más listos, más capaces, más fuertes, más apasionados, más obstinados..., y sobre todo más egoístas.

La película retrata a estas criaturas con atino, su egoísmo, su frialdad, su obsesión, que les lleva a límites insospechados. Solo una cinematografía europea (y del norte) tiene la perspectiva y la frialdad para filmar esta película. Aquí no hay amor, no hay culpas ni arrepentimientos, solo está uno mismo y lo que quiere, la codicia desaforada de esas élites atormentadas, condenadas a competir siempre y en soledad, a vivir desamores y desarraigos, porque todo es secundario al margen de su talento y de aquello por lo que sienten pasión. Si fuera una película americana, sería radicalmente distinta. Solo por eso vale la pena verla. Vale la pena ver cuan sorbidos nos tiene el seso el código moral anglosajón.

Más de uno verá acoso sexual en esta película, abuso de poder, conductas inapropiadas y dudosamente aceptables según los valores hoy en día en boga. Y verán, con estupor, que a nadie se le caen los anillos por ello, que los personajes viven con ello sin despeinarse, sin clamar al cielo las injusticias del mundo. ¡Y todo eso en Finlandia y Dinamarca! ¡Por dios!... La verdad es que el mundo es muy grande, que mucha gente vive en él, que el ser humano es una criatura incontrolable, por más que crean los urbanitas acomodados de los países occidentales - grandes consumidores de etiquetas y consignas - que todo puede ajustarse a un protocolo. El ser humano rompe costuras constantemente, está condenado a sufrir eternamente, no tiene remedio.

Los personajes de esta película sufren desesperadamente, y hacen que los de su alrededor sufran desesperadamente, y les importa un rábano, lo llevan bien, porque solo viven para esos momentos en que pueden ser Dioses.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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