Tadpole (2002)

Entretenida película sobre un adolescente que se enamora de su madrastra, ambientada en ese Manhattan progre que tan bien nos ha mostrado Woody Allen, me parece pretenciosa e insulsa, lo único que merece la pena y por lo que la considero de visión obligatoria es por ver a la gran Sigourney Weaver lidiar con ese adolescente mastuerzo, dentro de este género la considero la cuarta en discordia tras El graduado, Malizia de la casquivana Laura Antonelli y aquella delicia ochentera de Ann Margret vs. C. Thomas Howell llamada Un tigre en la almohada.

Interesante película para una tarde aburrida de domingo que te hace recordar cuando te enamorabas de las profesoras en tu adolescencia. Las actuaciones son correctas con una Sigourney muy linda para su edad y una historia sencilla que se cuenta donde las únicas interrupciones son para mostrar algunas frases de Voltaire, verdadero eje de esta película. Buena película para adolescentes enamorados sin tener mayores pretensiones que distraerte cuando canaleas por tv. Lo mejor de la película: la escena de la cena llena de intriga y comedia y al final cuando se lee la frase que representa toda la película y de paso al título de esta crítica.