Sólo entre nosotros (2010)

Esta famosa frasa de Nietzsche resumiría bastante bien el contenido de esta interesante producción croata que tiene por actor principal a un siempre magnífico Miki Manojlovic, que cada cual saque sus propias conclusiones en torno a la sentencia del filósofo alemán y su relación con la película. Para mi gusto creo que esta película viene a mostrar de algún modo la contradicción del ser humano, siempre en una dura pugna entre seguir sus instintos más básicos o rendirse a los convencionalismos sociales. De ahí que el ser humano sea una disonancia - lo cual es reflejado en el film a la perfección - porque tiende a lograr a duras penas la tan ansiada armonía con el medio que le rodea, todo ello a costa de muchos desajustes en la vida de otros seres humanos que conviven con éste. Si algo nos muestra la película es la inserción del ser humano en un complejo juego de redes sociales que se tocan en sus extremos con otras (en este caso pienso en los hermanos Nikola y Braco, que marcados por su pasión hacia las mujeres siguen un destino casi paralelo, tanto que sus vidas se asemejan a un juego de espejos). La estructura del film se articula en torno a Nikola y Braco, que son los que dan al film esa forma simétrica tan características y pocas veces tan bien lograda.

Esto que para mí no deja de ser una hiperbolización de la realidad (aunque quizás haya llegado a preguntarme en algún momento si realmente mi padre es quien me han dicho toda vida que es, ¿por qué no?) viene a mostrarnos lo que no deja de ser un tema recurrente en el mundo del arte: la infidelidad, los celos en el seno de la familia y todo lo que gira en torno a éstos. En la propia Croacia los críticos han alabado la película por ajustarse bastante bien a la realidad cotidiana de muchos miembros de las clases medias-altas de Zagreb.

Valoro de forma excepcional el pequeño papel de Nina Ivanisin (a quien me costó reconocer respecto a su anterior film Slovenka), la escenificación de su papel de joven inocente raya la perfección (fíjense en la expresividad de su rostro) y su belleza delicada y tan particular hará las delicias de los/as más exigentes. Toda su intervención me parece maravillosa de principio a fin, así como la emoción que embarga a Nikola al pasar a palabras mayores con ella en una escena sexual que en sus primeros minutos es casi ritualística (con recitación de poesía incluida).

Dejando de lado, en el aspecto puramente cinematográfico, las buenas interpretaciones y la dirección de la película, que está contada con personalidad y pulso, me resultó bastante machista. No sé si es la cultura de Croacia en sí lo que refleja la película, o es la "visión" personal del director, pero en el mundo de esta película, un hombre como Nikola, que comienza a rozar la vejez, es capaz de llevarse a la cama a cualquier chica que le apetezca (prácticamente todas las mujeres que aparecen y que son mayores de edad han pasado por él, y cuando digo prácticamente casi me sobra el adverbio). En dichas escenas de sexo, las chicas, todas bellísimas, muestran su cuerpo en todo su esplendor, aunque no parece importarles mucho que él apenas se desabotone un botón o dos de su camisa (¿para qué? en el sexo, lo único que importa es que a la chica se le vea todo bien, ¿no?).

Las conversaciones sobre el tamaño del miembro son omnipresentes, y son lo único que interesa a los personajes sobre los otros hombres que se acuestan con las chicas de la película, hasta el punto de que Braco, el hermano amargado y rencoroso del protagonista, pega una bofetada (!!!) a su ex-mujer, a la que puso (y sigue poniendo) los cuernos intensivamente, cuando esta, ante la insistencia de él, le confirma que su nuevo amante la tiene muy grande. Pero esta agresión no tiene ninguna consecuencia, ya que en cuanto Braco la necesita, ella está ahí para apoyarle. Claro, nos muestra la película, es que la pobre es una mujer poco atractiva, y por tanto aunque empieza bien, rechazando las disculpas de su ex marido potencialmente maltratador, pronto se descubre que depende totalmente de los hombres. Pero no es la única: otro personaje femenino, en cuanto se ve momentáneamente sin del hombre de su vida por circunstancias que no voy a revelar (y la actuación de ambos es lo bastante buena como para percibirlo), cae en los brazos de un tío que básicamente pasaba por allí y que hasta ahora nos han dejado ver claramente que a ella ni le va ni le viene. Es que una chica no puede estar sola, ¿no?

Mención aparte merece la conversación de las dos cuñadas, en la que básicamente hablan de lo mucho que dependen de los hombres y cómo hay que perdonarles todo. La mujer de Nikola podría decirle a la otra que se merece más que un resentido autocompasivo y alcohólico como Braco, pero eso no lo veremos en esta película. Por cierto, tiene gracia que las dos únicas conversaciones entre chicas que presenta la película giran en torno a sus hombres. ¿Alguien ha oído hablar del Test de Bechdel? Los que no buscadlo en internet, os vais a sorprender.