El gato con botas (1969)

Clásico entre los clásicos del anime, esta película infantil sin más doblez es la perfecta muestra de lo que los japoneses querían hacer de la industria de la animación: Uno de sus mayores estandartes. Para ello cogieron el cuento de Charles Perrault y el estudio de animación por entonces más potente del país, Toei Animation, puso toda la carne en el asador y se las apañó para estrenar en 1969 este "Gato con Botas" de cosecha propia, de resplandeciente animación para la época que aún a día de hoy sorprende por su limpieza de movimientos y su variedad de escenarios. Técnicamente muy buena teniendo en cuenta que se realizó hace más de ¡40 años!

Argumentalmente simple, este Gato con Botas es marcadamente mentiroso aunque busque con ello el bien de su amigo Pedro. Por encima de todo destaca su humor infantil y la agradable sensación de que todo tiene cierta coherencia pese a todo.

En esencia, un film redondo que aún con sus numerosos tópicos que por aquellos tiempos todavía trataban de fijarse en lo que hacía Disney, se ve claramente una fuerte personalidad que con los años se ha convertido en la insignia del anime japonés frente a la animación estadounidense.

Dirigida por Kimio Yabuki, contó con la presencia de un joven Hayao Miyazaki en labores de animación y en la aportación de ideas que se ven en el resultado final. No es casualidad que el último cuarto de hora de metraje de 'El gato con botas' sea muy parecido al de la película dirigida por Miyazaki 10 años después 'El castillo de Cagliostro'.

En definitiva, un punto clave de la animación japonesa que no solo obtuvo un enorme éxito generando dos secuelas sino que asentó unas bases algo dispersas respecto al anime emergente en los años 60, no aportando grandes ideas en lo argumental pero sí dando un paso de gigante en lo técnico y artístico.