Hostel 2 (2007)

La carnicería extrema en una película de estas características está tan justificada como los caballos en un western ó la moraleja en un Disney.
Lo repugnante siempre es necesario si así lo cree oportuno su guión.

No se puede utilizar el escrúpulo como arma para suspender una historia. Apuntemos por unos segundos a otra película... ¿Era necesaria tanta sangre en la Pasión de Cristo?. Sí. Lo era. La pasión son las últimas doce horas de Jesús y según dicen fueron brutales. Si no pones sangre, ¿Qué me vas a contar?.

Yo tengo un amigo, de estos que cuando se habló de Hostel 2, dijo de ella que era un monumento a lo inmoral y por ello se salió asqueado de la sala.
- ¿Y fuiste a ver la primera parte de Hostel? - pregunté yo.
- Siempre me arrepentiré de haber ido. Hay que estar enfermo para aguantar eso. - Respondió con aire de prepotencia.
- Puedo llegar a entender que te pillara empajillado en la primera y resultara ser distinta a lo que tú pensabas que era. Pero... ¿Qué coño hacías en la sala de cine cuando la segunda?. Menos pamplina, amigo mío. Si te llama el gore, no me cuentes chorradas moralistas. Que queda muy chulo decir "me salí asqueado de la sala", pero cómo corriste a comprar tu entrada con "Hostel 1" de precedente. Aunque eso sí, la película tiene un fallo; Tendría que haber llevado escenas lésbicas; el guión lo pedía a grito.

Es loable el intento de Eli Roth de no hacerse un autoplagio en esta secuela. Y digo intento porque no lo consigue del todo.

De entrada se agradece la continuidad de la linea temporal entre "Hostel" y "Hostel 2", mejor eso que resituar la acción en otra ciudad desconectada de la primera parte. Lo que intenta la película es no incidir tanto en el factor morboso de las torturas y buscar el trasfondo de semejante aberración.

Se dibuja pues un escenario donde se investiga por un lado quien está detrás del entramado criminal, por otro la psicología de los clientes y finalmente las peripecias del grupo destinado a ser torturado.

Y aquí es donde el film se tambalea y fracasa, puesto que nada de lo planteado se resuelve satisfactoriamente. Los capos mafiosos son meros retazos de personajes, sabemos que estan más organizados, pero no sus motivaciones más allá de la meramente económica, ante lo cual pierden interés.
El dibujo psicológico de los clientes es quizás lo más flojo del film; dos clichés con patas cuya evolución se resuelve de forma brusca, patosa y ciertamente poco verosímil.
En cuento al trío protagonista, pues cambiamos chicos por chicas y poco más. Aquí es donde el film deviene rutinario en cuanto a ejecución del guión pareciéndose demasiado a la primera parte.

El conjunto, pués, resulta entretenido pero poco más. Se nota que la inyección de dinero en la producción del film le ha restado cierta frescura con respecto a la primera parte. A pesar de ello es una secuela más que decente, honesta y que tiene la gallardía de no renegar de lo que es. Eso sí, si no os gustó la primera ni lo intenteis con esta.

PD: Ah si! las torturas y elementos morbosos. Menos que en la primera parte, pero igual de duras e incluso me atrevería a decir que tiene una de las imagenes más desagradables de la historia.

Lo mejor: la fijación de Eli Roth por las eslavas de buen ver.
Lo peor: ciertas torpezas en el guión.