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Primer amor (1970)

Primer amor
90 min.
5,6
83
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Escena (inglés)
Sinopsis
El adolescente Vladimir se siente subyugado, desde la primera visita de cortesía, por su vecina, la arruinada y extravagante princesa Zenaida, durante un verano de tempestades internas y crueles revelaciones. Pero Zenaida no le corresponde, y Vladimir ve como se rompe su frágil universo infantil y la inexistente armonía del núcleo familiar, ya que a su desamor se une el conflicto entre padres e hijos en una Rusia donde conviven el refinamiento afrancesado y la barbarie social... Nominada por Suiza a la mejor película de habla no inglesa. (FILMAFFINITY)
Género
Romance Drama Drama romántico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Alemania del Oeste (RFA) Alemania del Oeste (RFA)
Título original:
Erste Liebe (First Love)
Duración
90 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Alemania del Oeste (RFA)-Suiza-Hungría;
Links
Premios
1970: Nominada al Oscar: Mejor película de habla no inglesa
1970: Premios del cine Alemán: Mejor película
1970: Festival de San Sebastián: Concha de Plata. 2 nominaciones
7
PRIMER AMOR, PRIMERA MARAVILLA, PRIMER PADECIMIENTO
Curiosamente cuando uno busca en las filmografías de Maximilian Schell habidas en Internet, quienes las realizan rarísimamente hacen constar la película en la cual él hizo con bastante probabilidad el mejor papel, como máximo protagonista, de toda su carrera cinematográfica: me refiero a "EL HOMBRE QUE NO QUERÍA SER SANTO" (Edward Dmytryk, USA 1962), en cambio los "expertos" en datos sobre su vida sí citan otros tipos de curiosidades de menor orden como que él es el padrino de la actriz Angelina Jolie. ¡¡¡Tiene guasa la cosa!!!

Pues bien, este excelente actor —que hizo de san José de Cupertino, un santo italiano del siglo XVII en el citado film del directo Edward Dmytryk, "El hombre que no quería ser santo"
(pueden ver mi crítica sobre dicha película aquí mismo en Filmaffinity)— sentía tanta atracción por el relato "Primer amor" (1860) del ruso Iván Turgenev, que se empeñó en llevarlo a la pantalla de cine y lo hizo, aunque para ello tuvo que emplearse de guionista, de productor junto a Barry Levinson, de director y también interviniendo como actor secundario.

En este pequeño relato, Turgenev describe la experiencia de lo que con casi toda seguridad le ocurrió a él mismo en el campo, siendo un adolescente de una familia de ricos terratenientes de la zona de Orel, en Rusia; es decir, las arrebatadoras sensaciones, la hipnotización de un joven de 16 años cuando se enamora y queda prendado de una atractiva vecina, unos pocos años mayor que él. Sólo que el relato no se conforma simplemente en el romanticismo, tiene su parte enrevesada que Maximilian Schell, en el papel de progenitor del adolescente enamorado, va conduciendo sin revelarlo en su totalidad hasta el final.

Este consejo le da la joven, mucho más experimentada en amores que su enamorado, cuando ve la ingenuedad y la limpieza de corazón del muchacho, y no queriendo herirlo: "Huye del amor de las mujeres / huye de esa felicidad / huye de ese veneno."

No se trata de una película sobresaliente, pero es interesante verla y comprobar como Maximilian Schell hizo también sus pinitos en la faceta de director y con aprobado.

Por último decir, que M. Schell dedica esta película a uno de los mejores pianistas del siglo XX, el rumano Dinu Lipatti.

Fej Delvahe
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17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Ridiculé
Menudo chasco me he llevado. Cuando me enteré que el gran actor, paisano de Haneke, Maximilian Schell también había dirigido películas, en el momento de mayor esplendor artístico como actor, no dudé un minuto en hacerme con su ópera prima: Primer Amor

La cosa prometía. Cinta europea, dirigida por uno de los más grandes actores europeos de segunda mitad de siglo, con fotografía nada más y nada menos que del gran Sven Nykvist, fotografo habitual de Ingmar Bergman, y con la bellísima Dominique Sanda como actriz principal.

Primer chasco: el actor principal, un jovencísimo John Moulder Brown es más flojo que El Divo interpretando Rigoletto en la Scala.

Segundo chasco: Schell en lugar de rodar un melodrama iniciático al estilo clásico, se empeña en hacer una película de arte y ensayo, cutre, con un montaje enloquecido, unos planos ridículos, vacíos, grotescos, turbios, pretenciosos, inconexos, que hacen que la película sea un tostón infumable.

Tercer chasco: me compré el DVD de este espanto en lugar de el DVD de Fuerza Bruta de Dassin, y no me devolvieron el dinero por poner a la venta semejante galleta sin azúcar.

En fin, si queréis pasar un rato aburrido,esperpéntico, soporífero, estrafalario, chabacano,rancio, gazmoño, absurdo, cargante, ñoño , no dudéis en visualizar la ópera prima del gran actor austríaco Maximilian Schell
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5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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