Phantasma II. El regreso (1988)

Los once millones de dólares recaudados en cines por Phantasma (1979) auguraban una rápida secuela, en especial si se valora que costó cuatro chavos y se distribuyó de forma independiente. La cosa no fue tan rápida y Don Coscarelli -productor, guionista y director entre otras tantas cosas- realizó primero El Señor de las Bestias (1982), una fantasía medieval en plan Conan para todos los públicos. Es en el tardío 1988 cuando llega a las pantallas Phantasma 2: El Regreso, un intento de relanzar la saga que quedó en intento, pues fue considerado un fracaso en taquilla pese a duplicar el coste de producción -tres de presupuesto, más de siete en venta de entradas-.

Repite Don Coscarelli como director y guionista, perdiendo un crédito de productor que evitó que llegara a las pantallas la versión que él quería, y también que el estudio le impusiera un actor en lugar de otro, el más profesional James Le Gros (Zodiac) en lugar del más aficionado Michael Baldwin. El resto sí repite, Reggie Bannister como compañero del héroe, y Angus Scrimm como 'el hombre alto'.

Qué cuenta Phantasma 2: El Regreso. La búsqueda por parte de Mike (Le Gros) y Reggie (Bannister) del 'hombre alto', sus enanos, esferas de metal y sicarios, pues han de vengar la muerte de su familia -explicado muy bien en un prólogo que une las dos partes-. Pocas novedades a nivel argumental hay salvo la inclusión de un par de caracteres femeninos. Phantasma 2 más que una secuela parece un remake de sí mismo, aprovechando para contar la misma historia con más dinero.

Esto último es lo que hace de Phantasma 2 una película no más original que la precedente, pero sí bastante más divertida. Cumple aquello que debiera hacer cada secuela, ser más grande que la parte anterior. En Phantasma 2 hay más sustos, acción, y un dinero que se aprovechó para aprovechar mejor los recursos presentados en la parte anterior. En esta ocasión los villanos salen más, la ambientación es más tétrica, y los efectos especiales/maquillaje son de los buenos -obra de KNB (Kurtzman, Nicotero y Berger), responsables de esos apartados en The Walking Dead, Django Desencadenado y Minority Report-.

Segunda película de la saga que, para aquellos que nos gustó la primera allá por el 79, afortunadamente continúa sin cambiar demasiado las cosas. Algo tienen estas películas que enganchan. Quizás sea la música desasosegante que acompaña toda la cinta, o ciertas imágenes oníricas de la otra dimensión, o quizás la mera inquietante presencia del hombre alto.

El caso es que conozco a mucha gente que le ha gustado esta saga de películas sin demasiado presupuesto, que con cuatro cosillas son capaces de hacer una película entretenida.