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Nosotras las mujeres (1953)

Nosotras las mujeres
95 min.
6,4
218
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Sinopsis
Retrato de la vida privada de cinco actrices que se interpretan a sí mismas: Ingrid Bergman (Rossellini), Anna Magnani (Visconti), Isa Miranda (Luigi Zampa), Alida Valli (Gianni Franciolini) y Emma Danieli (Alfredo Guarini). (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Película de episodios
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
Siamo Donne
Duración
95 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
8
Detrás de la fama
Por una vez, dejemos a un lado los laureles del éxito. Aparquemos durante hora y media la interpretación, el personaje ficticio, el clásico guión destinado a que Anna Amendola, Emma Danieli, Alida Valli, Ingrid Bergman, Isa Miranda y Anna Magnani dejen de ser ellas para ser otras.
Aquí cada una es ella misma, con su identidad real. No tienen que hacer de la chica de un gángster, ni de una mujer romana en la segunda Guerra Mundial, ni de una inmigrante atrapada en una isla volcánica… En cinco mediometrajes unidos, vemos trocitos de las auténticas, fragmentos, anécdotas de las que no salen delante de la cámara, de las que no necesita escribir ningún guionista, porque con frecuencia el más soberbio guionista es la vida cotidiana.
Aquí encontraremos esos nervios de las aspirantes que ni por asomo imaginarían que conseguirían dedicarse a su vocación actoral; tedio y añoranza originados por la exigente vorágine de la fama; atisbos de sencillez doméstica; el vacío que siente una estrella que se ha volcado por entero a su profesión y que ha llegado a la edad madura sin familia, sin hijos, sola en su casa decorada con los vestigios del estrellato; y por último, un gracioso suceso callejero, derivado en disputa en una gendarmería llena de divertidos agentes, que da lugar a uno de los sonados retrasos de una artista como no ha habido muchas en Italia.
Fugaces recuerdos sabiamente rodados y ensamblados, rostros universalmente conocidos expuestos al desnudo, mostrando diversos momentos personales y profesionales. Los inciertos comienzos, seguidos de espléndidas carreras consolidadas que dan paso a la cresta de la ola, lo cual no implica plenitud íntima en todos los casos. Hay artistas que no soportan bien o que acaban afectados por la dureza de ser famosos. La intensiva entrega a su imagen de divas/os de la pantalla conlleva su parte negativa. En este sentido, los episodios más dramáticos son los de Valli y Miranda: las consecuencias de ser quienes son. Pero otras lo llevan de una manera mucho más distendida, como Bergman y Magnani. Las promesas de futuro están en Amendola y Danieli: las puertas se les acaban de abrir y la incógnita se despliega como una alfombra roja de posibilidades.
Cinco bellos episodios, seis mujeres próximas que regalan su espontaneidad en una agradable comedia a ratos dramática, que se podría definir como comedia-drama-crítica-homenaje sobre la vida, el cine y el mundillo del espectáculo.
Las actrices no son diosas, las estrellas de cine están hechas del mismo material que el resto: un poco de carne, un poco de alma, y un mucho de la materia de los sueños.
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21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Lo que más atrae es aquello de lo que uno carece
Poeta, periodista y pintor, Cesare Zavattini (20-09-1902 – 13-10-1989) fue, sobre todo, uno de los más calificados guionistas que nos ha dado el cine italiano, y en especial, el movimiento Neorrealista del cual fue uno de sus más notables teóricos. Después de escribir numerosos artículos en diferentes medios de comunicación que, años después, serían compilados en obras tituladas: Parliamo tanto di me (Hablamos mucho de mí, 1931), I poveri sono matti (Los pobres están locos, 1937), Io sono il diavolo (Yo soy el diablo, 1941)… Zavattini quedó tan impregnado de realidad que no tardaría en acercarse al cine donde rápidamente se convierte en un importante exponente del Neorrealismo, movimiento cinematográfico que abogaba por contar las problemáticas de la gente humilde que habitaba los barrios marginales, y que, plagada de carencias sobrevivió a la II Guerra Mundial. Se trabajaba con escasos recursos en escenarios sin mayores retoques; se servía cada director de actores en su mayoría naturales… y se exaltaba la resiliencia y los grandes valores morales que aún subsistían entre los humildes.

Trabajando, prácticamente, para todos los directores importantes de la época: Vittorio de Sica, Federico Fellini, Luchino Visconti, Pietro Germi, Roberto Rossellini… Zavattini puso su firma en títulos tan memorables como: “I Bambini ci Guardano”, “Ladri de Biciclette”, “Miracolo a Milano”, “Umberto D.”… y el estar casi permanentemente en los estudios de cine, también le permitió conocer hasta cierto punto la vida privada de las grandes actrices de la época: Ingrid Bergman (quien estuvo casada con Roberto Rossellini), Alida Valli, Isa Miranda, Anna Magnani (para quien escribió, “Bellisima”) y otras tantas.

Con este conocimiento que tenía de las actrices, fue que surgió en Zavattini la idea de volver a la suerte de trama que ya había recreado en la película de Visconti, “Bellísima” (1951), en la que una temperamental madre, ansiando que su hija de apenas 8 años no sea “una desgraciada como ella”, va a luchar con todo su ímpetu para que haga una prueba para una película y sea la elegida.

<<NOSOTRAS LAS MUJERES>>, nace, pues, de un proyecto de Cesare Zavattini, para el cual escribe 5 historias (la última en colaboración con Suso Cecchi D’amico) y donde busca mostrar el contraste entre una serie de chicas que ansían convertirse en famosas actrices (segmento 1 dirigido por Alfredo Guarini) y agregando luego 4 historias con las actrices citadas arriba, donde cada una cuenta una situación que las hace anhelar, por su parte, esos momentos en que fueron (o son) gente del común.

Resultan muy cálidas y sentidas las historias que cuentan, Alida Valli e Isa Miranda (cada director tituló su segmento con el nombre de la actriz) en las que vuelven a anhelar una vida sencilla en la que puedan aflorar un sincero amor; e Ingrid Bergman y Anna Magnani, prefieren contar anécdotas divertidas de esas que es difícil olvidar. La de la Magnani con el taxista que le quiere cobrar una lira de más por llevar un perro, ¡es estupenda!

Los directores, además de Guarini, fueron en su orden: Gianni Franciolini, Roberto Rossellini, Luigi Zampa y Luchino Visconti. Al ver cada una de estas gratas historias, vuelve a reafirmarse la idea de que, lo que más atrae es aquello de lo que uno carece… y ¿Qué es lo mejor? Aquello que al hacerlo te hace feliz. Nada más, ¡absolutamente nada más!
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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