Trailer (INGLÉS)
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- Tras la muerte de su madre, Anthony, un niño de nueve años, se muestra siempre pragmático, mientras que su hermano pequeño Damian, dos años menor que él, recurre a la imaginación, a la fantasía y a la fe para que su confuso mundo adquiera sentido. Una bolsa llena de billetes, caída del cielo, va a parar a los pies de Damian. Gracias a ella, los niños vivirán una aventura que quedará grabada de forma imperecedera en su memoria, pues les hará comprender que el verdadero valor de las cosas nada tiene que ver con el dinero. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Infancia Cine familiar
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2004 / Reino Unido
- Título original:
- Millions
- Duración
- 98 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
- Compañías
- Links
Premios
"Tan desigual como deslumbrante (...) buena parte de lo mejor de 'Millones' está en el imaginativo universo en el que viven los dos críos protagonistas (...) Boyle huye del empalago de la mayoría de las comedias familiares con niño."
Javier Ocaña
[Diario El País]
10
8
Positiva
1
Neutra
0
Negativa
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Para ver con ojos de niño. Para no olvidar.
26 de enero de 2006
Una película que reconforta y emociona desde la inocencia y la sencillez. Danny Boyle nos presenta una luminosa fábula que nos lleva de la mano a aquellas cosas mágicas y simples que los adultos y el mundo de hoy han perdido. Excelente el hallazgo del joven protagonista y del reparto que lo secunda. Muy recomendable. Una brisa de aire fresco que nos llega desde la pantalla para mirar desde dentro, reir y llorar.
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27 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las fábulas también son para los niños grandes
27 de abril de 2008
Empezando de nuevo tras la muerte de su madre, Anthony, de nueve años de edad, se muestra siempre pragmático, mientras que su hermano pequeño Damian, dos años menor que él, emplea la imaginación, la fantasía y la fe para que su confuso mundo tenga un sentido. Una bolsa llena de billetes cae de los cielos a pies de Damian y lleva a los niños a una aventura imperecedera que les hace darse cuenta de que el verdadero valor de las cosas no tiene nada que ver con el dinero.
Una peli con mensaje. Desde el título, desde el cartel, desde la sinopsis... Danny Boyle se sale totalmente de sus registros -aunque tampoco es que suela seguir un estilo concreto- y nos sale con una película fabulescamente moral, bonita e infantil. O mejor dicho, para ver con ojos y espíritu de niño, como los inmensa mirada del protagonista. Y por eso no gustará a todos, pero a mi me ha encantado.
El argumento no puede ser más peregrino: un niño huérfano de madre, con padre amable pero que trabaja mucho y un hermano más listo que el hambre, que se acaba de mudar, juega solo y se sabe de memoria la vida de los santos... de hecho hasta charla con ellos. Y un día, el milagro sucede. Una bolsa repleta de billetes como regalo del cielo. Como Un millón en la basura. Y es que al prota no se le ocurre otra cosa que repartir el botín entre los pobres. Tiene fe. Su hermano en cambio, un tiburón de las finanzas, tiene los pies en la tierra. Esto va a traer cola...
Me gusta que Boyle pase de los convencionalismos y se meta en extravagancias. Todo el principio con la mudanza, santa ¿Bárbara, Águeda?, la ambigua presencia de la madre, las almohadas... La película está bien contada, sin que sepamos muy bien en qué género estamos metidos. Hay un poco de todo: comedia, fantasía, drama, suspense... También hay espacio para la paranoia y el surrealismo, combinados con unos efectos visuales estupendos -y la canción final- que nos hacen sonreír.
Efectivamente, el protagonista infantil es de lo mejorcito que se ha hecho desde El sexto sentido. Tanto de guión como de interpretación. Recordad la escena de los teléfonos. Los dos hermanos se compran dos móviles de última generación, videollamada incluida. Están a pocos metros y el pequeño dice "te veo muy borroso en el teléfono". Es que eso es sabiduría y cariño. O la escena de San Pedro y su explicación del milagro de los panes y los peces. Desternillante.
Boyle nos cuenta otra vez lo de siempre, nos habla de los eternos dilemas morales y la manera en que se puede reaccionar a ellos. La vida es una continua elección. Que lo de la madre esté muy sobado... pues a mí se me cayó la lagrimilla, no pude evitarlo. Que el final parezca un anuncio publicitario... a mí me puso una sonrisa en la cara. Como Damian, Millones es encantadora, si sabes verla con los ojos adecuados.
Una peli con mensaje. Desde el título, desde el cartel, desde la sinopsis... Danny Boyle se sale totalmente de sus registros -aunque tampoco es que suela seguir un estilo concreto- y nos sale con una película fabulescamente moral, bonita e infantil. O mejor dicho, para ver con ojos y espíritu de niño, como los inmensa mirada del protagonista. Y por eso no gustará a todos, pero a mi me ha encantado.
El argumento no puede ser más peregrino: un niño huérfano de madre, con padre amable pero que trabaja mucho y un hermano más listo que el hambre, que se acaba de mudar, juega solo y se sabe de memoria la vida de los santos... de hecho hasta charla con ellos. Y un día, el milagro sucede. Una bolsa repleta de billetes como regalo del cielo. Como Un millón en la basura. Y es que al prota no se le ocurre otra cosa que repartir el botín entre los pobres. Tiene fe. Su hermano en cambio, un tiburón de las finanzas, tiene los pies en la tierra. Esto va a traer cola...
Me gusta que Boyle pase de los convencionalismos y se meta en extravagancias. Todo el principio con la mudanza, santa ¿Bárbara, Águeda?, la ambigua presencia de la madre, las almohadas... La película está bien contada, sin que sepamos muy bien en qué género estamos metidos. Hay un poco de todo: comedia, fantasía, drama, suspense... También hay espacio para la paranoia y el surrealismo, combinados con unos efectos visuales estupendos -y la canción final- que nos hacen sonreír.
Efectivamente, el protagonista infantil es de lo mejorcito que se ha hecho desde El sexto sentido. Tanto de guión como de interpretación. Recordad la escena de los teléfonos. Los dos hermanos se compran dos móviles de última generación, videollamada incluida. Están a pocos metros y el pequeño dice "te veo muy borroso en el teléfono". Es que eso es sabiduría y cariño. O la escena de San Pedro y su explicación del milagro de los panes y los peces. Desternillante.
Boyle nos cuenta otra vez lo de siempre, nos habla de los eternos dilemas morales y la manera en que se puede reaccionar a ellos. La vida es una continua elección. Que lo de la madre esté muy sobado... pues a mí se me cayó la lagrimilla, no pude evitarlo. Que el final parezca un anuncio publicitario... a mí me puso una sonrisa en la cara. Como Damian, Millones es encantadora, si sabes verla con los ojos adecuados.
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20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
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