Un buen matrimonio (2014)

Algunos matrimonios de muchos años se vuelven aburridos, igual que esta película.
Tiene grandes fallos, empezando por adaptar un relato corto de King (que ya de por sí no era nada del otro mundo ni mucho menos) y alargarlo innecesariamente hasta los 100 minutos.
Había muy poco donde rascar, así que inevitablemente nos encontramos con escenas de relleno y sobre todo con un ritmo narrativo equiparable a la velocidad de los caracoles.
Es tremendamente aburrida porque se podría haber contado en 10 minutos y todo lo demás le sobra, pero no solo por eso.
Tenemos a una Joan Allen en la que cae todo el peso del reparto, pero, inexplicablemente, su actuación es pésima. He visto otras películas de esta actriz y nunca había encontrado una interpretación tan mala en ella. Es lamentable su sobreactuación y falta de realismo en sus escenas.
El argumento es totalmente increíble. Después de que ella descubra el terrible secreto de su marido, se ponen a charlar en la cama como si estuvieran hablando de lo que van a poner de comer al día siguiente. Se supone que esto es un thriller, y al final resulta que es más bien un telefilm de drama en familia, pero tan soso que es una pérdida de tiempo total.
Incluso en los momentos que se supone que debería haber más tensión, no la consiguen transmitir, y por si eso fuera poco, la banda sonora es horrible, y suena en las escenas más inapropiadas y deja de sonar cuando debería hacerlo.
Stephen King es un buen autor tanto de terror como de suspense, y no es justo que hagan algo así con un relato suyo. Aunque hay que reconocer que ha escrito cosas mucho mejores, también se podría haber hecho esta adaptación mucho mejor de lo que se ha hecho.
La echaremos a la hoguera junto con la reciente “Piedad”, que también tenía bastante miga.

La actriz Joan Allen, me ha sorprendido por su falta de talento, interpretación sobre actuada, ridícula y sin la más mínima capacidad para proyectar emociones... las que sean. A lo largo de toda la película mantiene el mismo aspecto bobo, incrustando caritas de desagado, o sorpresa impostada , que nadie puede creer.

Theo Stockman, se manifiesta como otro actor memo bajo la nefasta dirección de Peter Askin, incapaz de resaltar una mínima complejidad de registros. negando cualquier efecto dramático que aporte profundidad a la historia.

Un 2