Bendición mortal (1981)

Entre "Las colinas tienen ojos" de 1977 y "Las colinas tienen ojos II" de 1985, Wes Craven hizo muchas películas, siendo "Pesadilla en Elm Street" su obra más destacable de ése periodo.
Entre ambas entregas de su conocida saga de caníbales, nos brindó una pequeña película sobre una secta de asesinos fanáticos que repudian a todo aquel que no se rija por sus creencias. Desde el principio se nos presenta una obra lenta, profunda, seria, y sórdida.
La ambientación es soberbia, las heroínas unos personajes planos, pero fuertes e interesantes, y el desarrollo del devenir de los hechos funciona bastante bien, ojalá durase un poco menos para ser perfecta.

¿Por qué he empezado con una alusión a "Las colinas tienen ojos"? Porque "Bendición mortal" se estrenó en algunos países bajo el título de "Las colinas tienen ojos II" antes de que llegara a los cines la auténtica segunda parte de su película de 1977. Probablemente esté relacionado con el hecho de que Michael Berryman sea un actor común a éstas tres películas.

Puntuación: 5 sobre 10.

Hay que estar muy, muy enfermo y tener una moral deplorable para querer asesinar a una belleza tan impresionante como es Sharon Stone. Siempre me reitero en mis alabanzas a la Stone, porque la belleza hay que admirarla independientemente de gustos sexuales, y más aún si Wes Craven empieza a provocar introduciendo esos sueños con íncubos que le ordenan a la pobrecita de Lana, tumbada en su lecho, que abra la boca. Mirad el póster de la película, miradlo.

«Bendición mortal» no despierta entre los espectadores demasiadas simpatías pero en lo personal he de admitir que me ha dado un montón repullos. Sí, los repullos no equivalen a producir miedo, que de hecho la película no da, pero de todos modos se lo valoro porque a estas alturas que te pillen desprevenido es un punto a favor. Además, la historia es de lo más intrigante, puede que no del todo sorprendente, aunque sin duda misteriosa, lo suficiente como para que te intereses por la trama y le andes dando vueltas a las distintas posibilidades. No es menos cierto que se agradecería que el guión aclarase algunos aspectos relacionados con el íncubo, si bien la historia puede reconstruirse con bastante coherencia.

Tiene un bajón de fuerza y ritmo a mitad de película, y tanta chica joven y guapa por ahí le infiere a la cinta un aire erótico-pulp que posiblemente sea un handicap irrecuperable. Una graciosa rareza.