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Miedo en la ciudad de los muertos vivientes (1980)

Miedo en la ciudad de los muertos vivientes
92 min.
5,3
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Sinopsis
En la ciudad de Dunwich, en Nueva Inglaterra, el suicidio de un cura convierte en realidad una vieja maldición. Las puertas del Infierno se abren de par en par y liberan una horda de zombies que salen de sus criptas en busca de carne fresca... (FILMAFFINITY)
Género
Terror Sobrenatural Zombis Gore
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
Paura nella città dei morti viventi (City of the Living Dead)
Duración
92 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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5
Miedo en la ciudad de los cinéfilos vivientes
Con Lucio Fulci existe una división de opiniones para los seguidores del cine de terror. En un extremo definido como un genio y en otro como un imitador sobrevalorado.
Al igual que otros de sus compatriotas y ‘genios’ como Dario Argento o Mario Bava, entre otros, obviamente el tiempo les ha dotado de un culto que algunos considerarán (in)merecido.

Como esto es una crítica y no un artículo hay que ser parcial y mojarse:

Las películas de Dario Argento no me gustan salvo “Opera” (1987), pero sí admiro la dirección, sus virguerías visuales y la ingeniosa-llamativa puesta en escena de bastantes de ellas. Aunque siento verdadero terror no por los asesinatos sino por la vergüenza ajena de esos asesinos ridículos enfundados con guantes negros y su cómico desenmascaramiento final digno de “Un cadáver a los postres”.

Mario Bava me resulta el más regular. Tal vez al trabajar a las órdenes de Jacques Tourneur se le pegase algo porque “La máscara del demonio” (1960) es una de las películas más significativas y novedosas para la época de su género. Su portentoso estilo visual y películas como “Las tres caras del miedo” (1963) o la imitada hasta la saciedad “Bahía de sangre” (1971) le han dotado de bastante culto por el que no extraña retrospectivas en filmotecas o en canales de cine.

Y Lucio Fulci tiene una película muy interesante y posiblemente la más compacta de toda su filmografía llamada “Angustia de silencio” (1972) que en realidad tiene poco que ver con sus incursiones en el universo zombi. En “Miedo en la ciudad de los muertos vivientes” están sus aciertos: efectismo a tutiplén con una genial lluvia de gusanos o un interminable vómito de vísceras –trabajar como actor a las órdenes de Fulci entiendo que no tenía que ser agradable– como sus descalabros narrativos: la historia (si la hay) es un simple pretexto para conseguir el impacto y la atmósfera pertinente (esta vez deudora de Lovecraft).

Resultan imperdonables la secuencia del taladro, que pese a conseguir su objetivo no pinta nada en el conjunto, y uno de los finales más desafortunados de la historia y al parecer improvisado en la moviola.
Los fanáticos del director italiano perdonarán las miserias y los detractores se frotarán las manos. Personalmente creo que con este material y punto de partida Carpenter hubiese realizado un filme mayor y que Fulci se quedó a las puertas de conseguirlo.
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46 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Miedo en la ciudad de los muertos vivientes
"Amar el cine fantástico, en toda su categórica y maravillosa extensión, es amar Paura nella città dei morti viventi. Si no, eres una puta mierda".

Esto no lo afirmo yo, sino el bloggero Toby Dammit en su weblog "spezzandosi nel colore giallo". Y oye, el tío estará como una puta cabra, pero tiene razón. La discusión surge de un problema de expectativas: hay quien espera encontrar una historia bien trenzada y urdida y hay quien espera encontrar un carrusel de imágenes grotescas y terroríficas. No sé porqué, pero en Fulci ambos conceptos sólo conviven cordialmente en la magistral Angustia de silencio. Tampoco es que me importe, yo sé muy bien lo que quiero y lo que espero: que Fulci sea Fulci, sin más. Si alguien da más importancia a la trama que conecta una serie de estampas terroríficas que a las propias estampas en sí, es algo que no me incumbe. Simplemente habrá demostrado que no tiene ni pajolera idea de de qué va el cine del italiano, o que lo habrá entendido a su muy extraña manera.

En Fulci una chica vomitando su paquete intestinal puede justificar perfectamente una película, porque en su cine lo asqueroso se torna bello, por una cuestión de personalísima artesanía gore que no acabo de pillar o porque Fulci es un genio capaz de sublimar hasta las imágenes más nauseabundas y repugnantes. Lo sé, es una lógica de enfermo mental, pero sólo hay que contemplar Miedo en la ciudad... para comprobar que es cierta, de pe a pa. La historia es un pretexto para ofrecer horror en su estado más puro, y este refulgirá con un brillo demencial que lo hace memorable. Nada tiene sentido como tampoco nada tenía sentido en Inferno, que sigue siendo una obra maestra (y bastante superior al film que no ocupa, para ser sinceros). Es algo que ocasionalmente le puede costar factura, pero que debe ser así, al menos en el universo malsano del autor de El más allá.

Así las cosas, vosotros veréis si sois una puta mierda o si la puta mierda es un servidor, que todo puede ser.

Lo mejor: a elegir: la lluvia de larvas, la enterrada viva, la atmósfera de la ciudad...
Lo peor: intentar comprender una trama que no tiene ni pies ni cabeza.
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27 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
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