- Sinopsis
- Tras la muerte de su esposa y de su hija, un policía francés decide abandonar el cuerpo y trasladarse a Londres para trabajar como detective privado. Un antiguo amigo le pide ayuda para localizar al hermano de su esposa. (FILMAFFINITY)
- Género
- Intriga
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1999 / Reino Unido
- Título original:
- The Lost Son
- Duración
- 102 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
- Compañías
- Coproducción Reino Unido-Francia;
- Links
Premios
1999: British Independent Film Awards (BIFA): Nominada a Mejor actor (Auteuil)
"Filme que no consigue buenos resultados dramáticos. Fallido por la obviedad -pésimamente justificada- de la resolución de la trama. Lo mejor, su voluntad de denuncia del tráfico de niños"
M. Torreiro
[Diario El País]
Un tema escabroso
10 de agosto de 2022
Un tema siempre escabroso el de los pedófilos. La película va cumpliendo aceptablemente gracias a la actuación de Daniel Auteuil. En general, todos están muy bien, convenciendo en los papeles, y sorprende agradablemente Natasha Kinski en su enfrentamiento con el detective privado. Un apartado que enriquece el film.
La presencia de niños es siempre algo delicado, aunque finalmente el guion es respetuoso con sus apariciones. La película es en todo momento interesante. Violenta y cruenta también, como corresponde a un argumento con detective privado. Los detectives privados no están para trabajos sencillos, siempre les toca ahondar y por las malas, la violencia vive con ellos. Deben descubrir cosas que el cliente no sabe y eso tiene su precio; para unos y otros. Por eso los detectives nunca resultan agradables. Al espectador sí, porque cuenta con él para que limpie el mundo de malas personas, aunque sea uno por uno en vez de a todos de un plumazo.
La presencia de niños es siempre algo delicado, aunque finalmente el guion es respetuoso con sus apariciones. La película es en todo momento interesante. Violenta y cruenta también, como corresponde a un argumento con detective privado. Los detectives privados no están para trabajos sencillos, siempre les toca ahondar y por las malas, la violencia vive con ellos. Deben descubrir cosas que el cliente no sabe y eso tiene su precio; para unos y otros. Por eso los detectives nunca resultan agradables. Al espectador sí, porque cuenta con él para que limpie el mundo de malas personas, aunque sea uno por uno en vez de a todos de un plumazo.
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