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La cena de los acusados (1934)

La cena de los acusados
89 min.
7,0
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Sinopsis
Un conocido inventor neoyorquino es acusado de varios asesinatos. Cuando llegan a la ciudad un famoso detective y su mujer y se enteran del asunto, ella, movida por el espíritu de aventura, trata de convencer a su marido para que acepte el caso. (FILMAFFINITY)
Género
Intriga Comedia Crimen
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Thin Man
Duración
89 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Thin Man Adaptaciones de Dashiell Hammett
Links
Premios
1934: Oscar: Nominaciones a Película, director, actor (Powell), guión adap.
1934: National Board of Review: Top mejores películas del año
8
Comedia para tiempos de la Depresión
Primera película de una serie de 6, protagonizada por William Powel y Myrna Loy. W.S. Van Dyke propuso la pareja a la Metro, tras la actuación a sus órdenes en "Manhattan Melodrama" (1934). Rodada en estudio en 12 días, con un presupuesto de 231.000 USD, se basa en la novela "The Thin Man", de Dashiell Hammett. Pensada como obra menor, de serie B, obtuvo 4 nominaciones a los Oscar (película, director, actor principal y guión adaptado).

La acción tiene lugar en NY en 1932/3. Narra la historia de una pareja formada por un antiguo detective, Nick Charles (William Powell), retirado tras su matrimonio con la rica, joven y atractiva Nora (Myrna Loy). Cuando se produce la desaparición de un inventor, la esposa trata de convencer al marido para que se implique en la investigación, pese a su reiterada negativa. La película consagró la pareja y la elevó al estrellato gracias a la extraordinaria química que la unía en la pantalla y al éxito de la obra. Powell se convirtió en figura emblemática de detective elegante, refinado, inteligente y eficaz. Las relaciones internas del matrimonio se caracterizan por sus diálogos irónicos, chispeantes y mordaces, y por su trato atrevido, burlón y chocante, del todo exento de sensiblería y cursilería. El amor excéntrico de la pareja, lleno de sinceridad y confianza, convenció y agradó al público, que lo convirtió en prototipo ideal a imitar. La acción se desarrolla en términos de comedia envuelta en un misterio creciente, que se mantiene hasta el final. La obra está llena de ironía y comicidad, que se desarrolla con ingeio, agudeza, talento y lucidez. Añaden comicidad algunos personajes estrafalarios: el hermano de Dorothy, el invitado grandullón y borrachín que quiere hablar por teléfono con su madre, el inspector de policía que encaja los hechos y los indicios con portentosa incongruencia, la afición exageradamente desmedida de la pareja a los martinis, whiskys y cócteles. La sobriedad y elegancia del decorado y los modelos de Myrna Loy y Maureen O'Sullivan (de 22 años) enriquecen la obra con belleza, gracia y distinción.

La música ocupa una posición de suave y sutil acompañamiento. Interpreta ritmos y melodías de moda en 1932 y 1933. La fotografía, del chinoamericano James Wong Howe ("Yankee Dandy"), presenta combinaciones de luz, claroscuros, contrastes de color y proyección de sombras, que anticipan la estética visual del cine negro americano. El guión está escrito con desbordante originalidad, inventiva e imaginción. Basa la comicidad en la ironía y el realismo: evita el recurso al surrealismo y al absurdo. La interpretación de Powell, Loy y la irlandesa O'Sullivan, brillan a gran altura. La dirección realiza una labor magnífica de puesta en escena, movimiento y caracterización de actores.

Película deliciosa, entretenida y convincente, que aúna un excelente guión, una gran interpretación, una fotografía innovadora y una dirección sobresaliente.
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52 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Materia gris on the rocks
Dorothy Sayers, al contrario que Raymond Chandler, sostenía que un buen detective literario tenía que ser millonario para ser creíble. Así podía dedicarse a la investigación del caso sin ataduras de ningún tipo.

Esta comedia basada en una novela de Dashiell Hammett parece darle la razón a la dama del crimen. El protagonista está tan forrado que ni siquiera se dedica ya a sus otroras labores detectivescas. Pero como su encantadora mujer aún no le ha visto actuar le pica constantemente para que ponga en funcionamiento su materia gris.

La trama es buena sin más. Pero lo que hace verdaderamente notable y divertida a esta película es la relación del matrimonio de sabuesos. Sofisticación, cinismo, pullas, alguna escena que hoy en día sería incorrectísima, pero mucho amor sin moñadas. Eso sí, todo bañado en un mar de alcohol que dan ganas de volverla a ver con alguna copa de más. No me he fijado mucho, pero creo que en cada habitación por la que pasa William Powell se da un lingotazo.
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48 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
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