Mi hijo Nerón (1956)

Esta película protagonizada por Alberto Sordi en el papel de Nerón resulta recomendable. Bien actuada, muestra al tiránico Emperador, lleno de caprichos y, así mismo, la relación de intriga permanente entre él y su madre Agripina (Gloria Swanson), los dos complicados en planes recíprocos para eliminarse entre sí. Desde ya la tragedia está narrada en clave cómica y tercian en el film las figuras de Séneca y de Poppea. La película muestra a un Nerón dominado por una madre inescrupulosa y de mucho carácter. Se exponen los devaneos artísticos del Emperador con sus actitudes abusivas -pretende representar una obra donde recita un parlamento 823 veces, nada menos, de forma consecutiva-. Los diálogos son bastante graciosos, las situaciones cómicas tienen algo de enredo, cuando los protagonistas resultan descubiertos en sus afanes homicidas. Si bien Séneca es una figura en la película en alguna medida secundaria, por su paso a la historia como gran escritor, filósofo destacado y educador del Príncipe (quien ordenó su muerte) le dedico estos versos:
"Séneca se enfrenta a la muerte y las lágrimas no son filosóficas
como alguien escribió.
El baño caliente se demora y las aguas adquieren un
tono rojizo, acaso, perpetuo"