El juego del asesino (2019)

La década de los noventa y el comienzo de siglo nos dejaron varias notables películas de criminales en serie que, probablemente, tocaron techo con “Seven”. Lo alto que quedó el listón y los cambios en el gusto de unos espectadores cansados de tanta tragedia y tristeza, redujeron el género a esporádicas apariciones de películas escandinavas y alguna americana, casi siempre con sospechosas reminiscencias a “Seven”. Por eso, sobre el papel, resultaba atractiva la propuesta de “El juego del asesino”, en la línea de clásicos como “El coleccionista de huesos” o “La hora de la araña”: cosntruir un criminal suficientemente vil que secuestra y abusa de mujeres y tiene en jaque al Departamento de Policía de lo que parece una ciudad mediana/grande del norte de EEUU y enfrentarlo a un atractivo grupo de investigadores con un mónton de caras conocidas como Stanley Tucci o Ben Kingsley comandados por “Supermán” Cavill y la magnética Daddario.

El juego que se traen unos y otros resulta interesante… un rato. La ambientación en ese tipo de ciudades americanas dejadas de la mano de Dios está lograda y contribuye a la atmósfera de tensión e inseguridad que se desea. También los roles de villano, policía protagonista, agente prescindible, jefe tocapelotas, figurante con información… están repartidos con inteligencia y, durante la fase de introducción, todas las piezas se mueven con naturalidad y los acontecimientos discurren con suavidad, con giros suaves y sorpresas ligeras. Pasada la primera media hora, parece que se acaba la creatividad o la paciencia para evolucionar en las tramas a ritmo natural y la película sube varias marchas, yendo directamente hacia unos nodos argumentales, por lo general, forzados y rocambolescos. Ademas, para llegar a ellos, la película se ve obligada a dar bruscos y desconcertantes giros, por lo que llega a un previsible final absolutamente desconectada del público.

La puntilla se la pone una construcción de personajes totalmente descompensada y maniquea, donde el protagonista es una especie semidios que todo lo hace bien, la chica es una pupas a la que le pasan todas las desgracias, el jefe de policía, pobre, no da una a derechas, el asesino es una genio del crimen hasta que deja de serlo abruptamente y empieza a cometer más errores que la defensa del Real Madrid, fulanito es carne de cañón con frase desde el minuto uno hasta que muere.... Insisto que no es cosa de las interpretaciones, que son decentes, sino de los papeles que les toca interpretar.

Al final, “El juego del asesino” pone en juego muchos personajes con tramas paralelas, sin que, a mi modo de ver, ninguna termine de enganchar más allá de la curiosidad por el cómo y el porqué (los qué o quién son totalmente predecibles). A pesar de ser fría y oscura, no consigue resultar inquietante en ningún momento, con unas escenas de acción tan arrítmicas como artificiosas. Por duro y simple que pueda resultar, creo que la valoración de la película se puede resumir en que es un telefilm premium, de alto standing, pero con un formato muy similar al de TV. Tiene su punto de interés, pero no se debería dejar de hacer nada por verla.

Solo hay tres criticas y, sin embargo, ya está todo dicho. Un thriller que empieza interesante, como tantos otros, y se va desluciendo a medida que avanza notándose la falta de ideas. Si es que estas cosas ya las hemos visto mil veces.

Por lo demás, técnicamente bien hecha, una cosa no quita la otra. Se puede ver como pasatiempo de un día que no tienes otra cosa que hacer. Eso sí, si tienes otra, pues a por ella, no lo dudes.