El capitán intrépido (1943)

"Le capitaine Fracasse" es una adaptación de Abel Gance, en blanco y negro, de la novela del mismo título de capa y espada de Théophile Gautier, publicada en 1863, que ha sido objeto de numerosas adaptaciones teatrales, televisivas y cinematográficas, siendo la versión más conocida para el cine la de Pierre Gaspard-Huit, de 1961, en color y con Jean Marais en el papel principal.

La versión que nos ocupa fue rodada por el reputado director francés Abel Gance cuando su genio artístico estaba en decadencia y en una época (1943) en que Francia estaba ocupada por los nazis (aunque en estudios en la zona Franca que no estaba bajo el control alemán) por lo que no contó con los medios financieros y políticos más adecuados. La película estaba destinada a ser un entretenimiento para los malos tiempos que corrían y, en ese aspecto, cumplió con su cometido ya que tuvo éxito entre el público pero, en cambio, fue un fracaso de crítica y Gance no volvería a rodar hasta pasada más de una década.

"Le capitaine Fracasse" tiene una dirección correcta, incluso se nota el genio de Gance en algunas escenas, pero en conjunto es un film poco inspirado, como si al director no le interesase demasiado la historia. De hecho, por las frecuentes referencias a otro relato famoso ("Cyrano de Bergerac"), da la sensación de que Gance hubiese preferido hacer una película diferente. A pesar de ello y a pesar de una escenografía excesivamente teatral (justificada por el hecho de que la historia trata de personajes teatrales), la película tiene un cierto encanto con escenarios barrocos llenos de gente y una fotografía casi expresionista que le confiere un aspecto como de oscura fantasía poética similar, salvando las distancias, a la magnífica "La Belle et la Bête" (1946), de Jean Cocteau. Esto resulta más evidente en la parte final en la que Gance desarrolla todo su estilo artístico con un desenlace bellamente elaborado, salvando lo que de otra manera podría haber sido considerado como una pieza mediocre de teatro elaborado cinematográficamente.

Abel Gance ofrece una película sobre un romance renacentista.

Es innegable que Abel Gance es uno de los mejores directores de la historia, uno de los padres del cine y del lenguaje cinematográfico. Y como todo su cine la película está llena de un imaginario visual y narrativo muy adelantado a su época.

Entonces, es una película con un guión muy bueno, notable, pero siendo Sabel Gance es lógico exigir más.

Pero solo por la dirección ya merec la pena toda la película.