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Yo, también (2009)

Yo, también
105 min.
6,5
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Sinopsis
Daniel (Pablo Pineda), un joven sevillano de 34 años, es el primer europeo con síndrome de Down que ha obtenido un título universitario. Comienza su vida laboral en la administración pública donde conoce a Laura (Lola Dueñas), una compañera de trabajo sin discapacidad aparente. Y se enamora de ella. (FILMAFFINITY)
Género
Romance Drama Comedia dramática Discapacidad Síndrome de Down
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Yo, también
Duración
105 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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Premios
2009: 2 Premios Goya: Mejor actriz (Lola Dueñas), canción. 4 nominaciones
2009: Festival de San Sebastián: Mejor actor (Pablo Pineda), actriz (Lola Dueñas)
2009: Premios Forqué: Mejor actriz (Lola Dueñas). 2 nominaciones
2010: Festival de Sundance: Sección oficial
2010: Festival de Rotterdam: Premio del público
2
Pues, yo no.
El protagonista, Pablo Pineda, es un chico con síndrome de Down que interpreta a un chico con síndrome de Down. GENIAL!!!! Démosle la Concha de Plata de San Sebastián!!!! El jurado de la 57 edición de dicho festival estaba compuesto por un montón de cantamañanas.
Que sí, lo del Down lo borda, pero a la hora de decir correctamente su texto o de transmitir a cámara, es decir, a la hora de interpretar, la cosa cambia. Si, todavía, Pablo, con su síndrome, hubiese interpretado a un chico sin Down… entonces sí, pero, en fin, ¿de qué vamos?

Se supone que la película habla de integración, de igualdad, de que todos somos personas dignas y merecedoras de oportunidades y de respeto, con nuestras capacidades, cada cual las que tenga. Si yo estoy de acuerdo con todo esto. Pero las buenas intenciones no hacen buenas películas. Esas se consiguen a base de trabajo y de talento. Y aquí no hay guión, los directores hacen un trabajo de cámara paupérrimo, parece que, en vez de una película, estés viendo un largísimo anuncio de galletas dietéticas. El ritmo, como la historia, brilla por su ausencia…. Todo se resume, otra vez, a que hay un chico con Down.

Bien. Si la peli habla de igualdad de oportunidades:

-¿Por qué se le negó la Concha de Plata a un actor solvente cualquiera para dársela a un chico que no es actor? (esta pregunta, en realidad, pertenece a mi cabreo personal, pero nada tiene que ver con la peli en sí… pero ésta de abajo si)

-¿Por qué se trata a Pablo Pineda como si fuese un mono de feria en vez de una persona? Se le exhibe de un descarado y patético modo. Mirad lo que hace el chico, ¡es capaz de aprenderse su texto!... Pues claro que es capaz. Seguramente, si le hubieseis dejado dirigir la peli, lo hubiese hecho mejor que vosotros, tíos.

¿Cuál es el mensaje? Uy, qué lástima me das, te voy a echar un polvo. Uy, qué penilla, te voy a dar un premio.

Cabe destacar, eso sí, a Lola Dueñas, que también fue galardonada en la festival. Afortunadamente, hacia el final del metraje se tiñe el pelo, porque si visiono un sólo minuto más de ese rubio papa frita, me hago el harakiri ocular con un peine, a lo perro andaluz.

No es una película valiente, no es necesaria, no es optimista. Es mala, aburrida, obvia, insolvente, precaria y oportunista.

Mis respetos a Pablo Pineda. Nada de lo que digo va contra él, si no contra los que le utilizan para sentirse mejores personas o para ganar notoriedad.
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56 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Corazón roto
En "Yo, también”, sus directores nos cuentan la vida cotidiana de un hombre que padece el síndrome de Down, la cual se mueve entre el rechazo solapado y la compasión de la gente que le rodea. En un momento dado, este hombre se enamorará de una compañera de trabajo removiendo la vida de ambos y enfrentándolos a sus dudas y reparos ante la indisimulable discapacidad intelectual de él.

Ante semejante argumento se podía esperar lo peor, por lo habitualmente que este tipo de historias caen en la sensiblería, la ñoñería o la complacencia excesiva con el espectador, además de la temible corrección política con la que siempre son abordadas las historias protagonizadas por minorías sociales.

Y “Yo, también” no se libra por completo de algunos de estos molestos tics, pero en mucha menor medida de lo que podía temerse. Sus noveles autores se esfuerzan más o menos dignamente en evitar en exceso insultar la inteligencia del espectador con los defectos señalados, pero se les cuelan algunas secuencias que producen algo de vergüenza ajena y que ponen a prueba excesivamente la credibilidad del espectador. Recordemos que se trata de una historia de amor entre una persona psíquicamente discapacitada y otra que no lo está, al menos mentalmente... El aspecto emocional ya sería otra cuestión…
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35 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
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