Siete hermanas (2017)

Vale que la película no es de Oscar, pero me va a perdonar el personal, porque éste es un muy buen thriller. La verdad es que no sé qué espera la peña, que siempre andan descontentos con todo. Si es rollo Michael Bay apesta, si es rollo Her apesta. Siempre mal. Pues aquí tenemos una peli de bajo presupuesto, totalmente desconocida que no está en los cines en plan blockbuster como la mayoría de mierdas gordísimas que nos atizan todos los meses, que es una pequeña joya.
De las críticas de la prensa, mejor no hablo porque o no han visto esta película o solo han visto 20 minutos (que pasa más de lo que creéis), o se confunden con otra. Acusan a la película, exactamente de lo que no es culpable. Como por ejemplo, de ser pretenciosa. ¡Que es un thriller, idiotas!, que va de entretenerte con una buena realización y una trama interesante, ¡que no es Von Trier! Estos sí que son pretenciosos...
Para empezar, todo el mundo anda quejándose de la falta de originalidad en el cine. Bien, pues aquí de eso andan sobrados con la premisa. No sólo es algo que no te esperas, sino que además ya de entrada te hace hundirte en el sofá bien clavadito.
Seguimos: la cosa, sin haber leído críticas, empieza pareciendo un drama, y lo aceptas. Y enseguida la cosa cambia y te entra la bajona pensando que te han colado otra peli de acción cutre... ¡pero no!, es un thriller, y muy bien hecho. Persecuciones trepidantes, golpes de efecto, escenas de lucha magistrales (y nada de kung fu imposible, bastante realistas), y un misterio en la trama, como manda la cosa.
¿Que hay fallos de guión? Pues sí, los hay, pero tampoco son como para tirar por tierra todo lo demás. Y es que siempre están los de "Fallos de guión garrafales"; vale macho, pues los dices, porque da la impresión de que eso ya es una especie de mantra que suelta la gente sin saber muy bien de qué hablan, solo para decir que la película es mala. Todas las películas tienen fallos de guión. La cosa está en si el resultado final (no el final de la película, sino toda ella) eclipsa o no esos fallos. Y aquí los eclipsa sin problemas.
La prota, brutal. Esta actriz consigue que realmente te creas que hay 7. Gracias también a la dirección, por supuesto. Y en el resto del reparto, buenos actores, nada de desconocidos extras tipo Asylum.
Otras críticas se quejan de que la ambientación no es lo suficientemente futurista. Claro, ahora el realismo es que está mal. Nada, que debería haber coches que vuelan, cascos con antenas, y rayos láser por todas partes. ¿Estamos tontos o qué? La ambientación es correctísima, e incluso algo pasada de vueltas diría yo. Pero casi casi creíble. Aquí la peña esperaba un Star Wars o algo así, porque si no, no me lo explico.
Y ya la de traca es uno que la compara con John Wick. Hacedme caso, no tienen absolutamente nada que ver. Pero es que ni por el forro. Lo único que tienen en común es que no son blockbusters, que hoy en día es todo la puta marvel, transformers, y los x men, que es ¿cine? horroroso, salvajemente atroz. Son películas bastante desconocidas, en otros circuitos, y que uno las descubre y se lleva gratísimas sorpresas, como ocurrió en su día con la primera de Taken (obviemos las secuelas por favor, gracias). Porque es toda una gozada ver con hastío la pila de mierda que hay en los cines, y de repente descubrir estas cositas por otras vías, como en Netflix, que es una plataforma acojonante en cuanto a calidad de contenidos. Vamos, es que no tiene rival. Está a años luz de la bazofia que hemos sufrido toda la vida.
Como punto negativo, el final. Fallo gordísimo en mi opinión, que podrían haber solventado de otra forma menos idiota. Pero esto no es Shyamalan, y lo que importa en un thriller como este es el desarrollo, que te tenga entretenido. Y eso, de sobra.

Es una película producida por Netflix, lo que supone varios condicionantes: El presupuesto será mucho más reducido que el de un blockbuster típico, el guión intentará tener algo más de chicha que los blockbusters habituales y el conjunto, sin ser una joya, cumplirá unos estándares mínimos de calidad que la mayoría de blockbusters actuales ni sueñan alcanzar ni les importa.

Como (casi) siempre en la ci-fi, nos presenta un futuro distópico, en este caso marcado por el férreo control de la superpoblación que ejerce el gobierno para evitar el colapso de los recursos. En ese sentido la película cumple con nota. Si necesidad de efectos especiales ni movimientos de masas nos pone en situación rápidamente. En pocos minutos entendemos el sufrimiento que padece la población sometida a una tiranía que les despoja de lo que más quieren (sus propios hijos) para, dicen, asegurar el futuro común.

En ese marco aparece la familia que representa Noomi Rapace. Otro acierto, tanto la historia particular como la propia interpretación de Rapace. Tal vez el único problema es que el perfil de la actriz es tan duro que los personajes más sensibles quedan un poco desdibujados. Pero la historia de las siete hermanas encaja perfectamente en el marco general y le pone un punto de frescura nada habitual en este tipo de producciones. Hasta aquí todo va sobre raíles. No es perfecto pero cumple.

Es en el momento en que la película quiere ponerse entretenida cuando comienza a fallar. Buscando no resultar aburrido y atrapar a los espectadores más palomiteros el guión deriva a una peli de acción con bastantes huecos e incoherencias. Los hilos de la narración comienzan a torcerse un poco para justificar unas cuantas escenas de peleas, persecuciones y explosiones (y un par de tetas, por cierto) que le sientan a la película como un par de pistolas a un Cristo. Pero esto es lo que hay en el cine actual, el peaje a pagar si no quieres que el espectador tipo de hoy en día se baje de la peli. Las hermanas se convierten en Jason Bourne de una forma un poco absurda, aunque se agradezca que las peleas sean sucias y sangrientas y no combates de kung-fu.

Y con una (o varias) sorpresas finales se completa una película bastante entretenida, con toques originales y un aire final de objetivo logrado.