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Borg McEnroe. La película (2017)

Borg McEnroe. La película
103 min.
6,4
5.510
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Sinopsis
Narra la historia de la rivalidad entre dos leyendas del tenis: el sueco Björn Borg (Sverrir Gudnason) y el norteamericano John McEnroe (Shia LaBeouf), un enfrentamiento legendario de la historia del deporte que tuvo su culminación en la final de Wimbledon de 1980, que enfrentó a ambos. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Basado en hechos reales Deporte Tenis Años 70 Años 80
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Suecia Suecia
Título original:
Borg McEnroe
Duración
103 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Suecia-Dinamarca-Finlandia;
Links
Premios
2018: Premios del Cine Europeo: Nominada a mejor actor (Gudnason)
2017: Premios David di Donatello: Nominada a mejor film de la Unión Europea
2017: Premios Guldbagge (Suecia): Mejor actor sec. (Skarsgard) y efectos visuales
7
Crítica de Borg McEnroe. La película por Cinemagavia
Aparentemente ambos, de cara al exterior, parecen ser totalmente opuestos, tanto en su forma de jugar como en su manera de comportarse en las pistas.

Sin embargo, a través de flashbacks veremos como los dos tienen más en común de lo que cabría esperar a primera vista. Lo que verdaderamente diferencia a ambos, es la manera en la que fueron formados como jugadores de tenis.

Borg en su época de juveniles fue muy conocido no solo por ser un gran jugador con una buena zurda, sino también por su problemático y fuerte carácter en la pistas, debido a su desbordante genio. Tuvo muchísimos problemas de niño debido a sus continuos arrebatos, motivo por el cual estuvo a punto de ser excluido del tenis.

En realidad, no es un jugador relajado y tranquilo, sino una bomba siempre a punto de estallar. Björn Borg de adolescente fue extremadamente impulsivo e incontrolable, sus emociones en el campo de juego se volvían alocadas y le causaban tantos problemas como a John McEnroe.

Sin embargo, su legendario entrenador Lennart Bergelin (Stellan Skarsgård) consiguió enseñarle a contener la tensión, la ira y la furia, a interiorizar sus emociones. De esta manera convierte a Borg en el tenista que conocemos: equilibrado, estoico, además de obsesivo, maniático e inaccesible. Los buenos consejos de su mentor hicieron que Borg pudiera canalizar toda esa ira hacia sus manos, dirigida con fuerza y precisión a cada golpeo de raqueta.

Por otro lado, también podemos ver cómo la federación sueca quiere beneficiarse de su talento y como ejerce la presión sobre él desde muy pequeño. Hay que recordar que Björn Borg tiene tan solo 24 años en la final de Wimbledon de 1980, y que jugó su primer partido como profesional a la edad de 15 años.

En cuanto a McEnroe, a simple vista puede parecer un memo, sin embargo, a través de flashbacks observamos que no lo tuvo nada fácil cuando era niño, porque sus padres tenían creadas unas aspiraciones demasiado altas para él, que le hicieron sentirse constantemente obligado a luchar por cumplir esas expectativas de sus progenitores. De alguna manera había encontrado una manera diferente de expresar sus frustraciones.

Borg, proveniente de una modesta familia sueca, tuvo que aprender a luchar desde el principio contra la idea de que el tenis no era un deporte para todas las clases sociales y, McEnroe sufría en un hogar donde sus padres siempre le cuestionaban.

En los arrebatos de ira es donde Borg McEnroe ve una de las muchas conexiones entre ambos deportistas. Sin embargo, mientras que Borg aprendió a usar su ira como fuente de energía para su tenis, McEnroe, por su parte, tiene que gritar de rabia en la cancha para fortalecerse. Por lo tanto, Borg entiende el comportamiento de McEnroe, y la película sugiere en cierta forma, que esta comprensión también justificó la amistad posterior de estos jugadores.

A pesar de que Borg McEnroe es el primer largometraje de ficción dirigido por Janus Metz ( anteriormente dirigió el documental “Armadillo” y se encargó de algunos episodios de la segunda temporada de “True Detective”), se le ve con mucha soltura y consigue un buen equilibrio entre los flashbacks y los emocionantes momentos deportivos. La dirección de Janus Metz es firme, competente y muy creativa.

La otra agradable sorpresa, es Sverrir Gudnason en el papel de Borg, casi desconocido en el mundillo del cine. Este actor de 39 años es conocido principalmente por su trabajo en el teatro y por su papel en la serie de “Wallander”. Pero con Borg, demuestra que es capaz de ponerse al frente de una gran película con un personaje complejo. Realiza una magnífica interpretación para meterse en la piel del icónico tenista sueco con una actuación matizada y en capas.

Shia LaBoeuf, también realiza una espléndida labor interpretativa en el papel del errático McEnroe, y consigue transmitir de forma natural, sin llegar nunca a la caricatura, esa enorme energía del tenista americano y sus alocados arrebatos. Además de saber representar con suma eficacia la vulnerabilidad e inestabilidad mental de su personaje.

La elección de los actores es impecable e imposible de mejorar. Sverrir Gudnason tiene un parecido asombroso con Borg y Shia LaBeouf está inmenso como ‘enfant terrible’ McEnroe. A pesar de que los dos actores son bastante más mayores que sus respectivos personajes, su magnífica actuación hace que no lo tomes a consideración. Es difícil saber cual de los dos está mejor. Gudnason está parcialmente limitado porque su personaje le obliga a realizar una actuación contenida y poner poca emoción. Sin embargo, logra transmitir maravillosamente como su Borg es un resorte demasiado apretado, a punto de explotar en cualquier momento.

La final de Wimbledon de 1980 en última instancia constituye el clímax de la película. El encuentro de casi cuatro horas, es resumido sutil e ingeniosamente por Janus Metz en una serie de puntos cruciales y decisivos, consiguiendo que cada segundo sea intenso, emotivo y fascinante, a pesar de que el ganador de la final ya es conocido por el espectador.

El objetivo de ambos jugadores es silenciar los miedos y las angustias existentes en el interior de sus cabezas y pagar el precio que exige el estatus de leyenda. Se trata de una guerra psicológica enardecedora, una lucha contra sus propios demonios.

El partido está bellamente retratado con ingeniosos y creativos ángulos de cámara. El director de fotografía Niels Thastum y Janus Metz logran capturar el drama y el suspense del juego con imágenes impactantes y precisas. Una y otra vez, la cámara está muy cerca de los jugadores y de cada uno de sus movimientos. Además, Metz hace un uso notable de las imágenes de archivo.

https://cinemagavia.es/borg-mcenroe-pelicula-critica/
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48 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Aunque imperfecta, es una cinta que dejará satisfechos a los fans del tenis, y a los que no lo son tanto
En 1980 el mundo del tenis había sido revolucionado por Björn Borg, quien a sus 24 años de edad había ganado el torneo de Wimbledon en cuatro ocasiones, manteniendo un altísimo nivel que lo posicionó como el número uno en el ranking mundial por varios años. Siempre inexpresivo, el sueco se mantenía estoico punto por punto, lo cual le valió el mote de “el hombre de hielo”. No obstante, su lugar en la cumbre del deporte blanco se veía amenazado por un nuevo talento cuyo estilo de juego e incontrolable temperamento lo habían llevado a ganar un gran número de títulos profesionales. Se trataba de John McEnroe, un estadounidense apenas tres años menor. Inevitablemente, el encuentro entre ambos titanes se dio en la final del torneo de Wimbledon en una batalla que años más tarde sería conocida como “el partido del siglo”.

El danés Janus Metz debuta como director en la pantalla grande con una película en la cual más que centrarse en la rivalidad de los personajes, se enfoca en presentar una especie de biopic de ambos. Haciendo mayor énfasis en la vida de Borg, diversos flashbacks mostrarán sendos caminos hacia el éxito, abarcando relaciones familiares, arduos entrenamientos y sucesos relevantes con los cuales se intentará explicar el origen de las manías del sueco y la impulsividad del estadounidense. Lo anterior mientras se desarrolla el mítico torneo de Wimbledon, en el cual deberán de superar a sus rivales para verse las caras en la gran final. Considerando lo anterior, las historias se muestran de forma desbalanceada, por lo que si bien uno podrá conocer los motivos que llevaron a Borg a convertirse en un auténtico témpano de hielo, solo se podrá adivinar como fue que McEnroe desarrolló su temperamento tan volátil.

Considerando lo anterior, la realidad es que la cinta no aporta nada nuevo en lo que se refiere a películas del género deportivo, puesto que no expone de forma distinta la naturaleza del juego ni la psicología de sus participantes (aunque pareciera que ese fue el intento del director). Sin embargo, el filme tiene el acierto de haber aprovechado el marco que le brinda el tener a uno de los partidos más emblemáticos del tenis como referencia principal, entregando una última parte muy emocionante al haber reproducido magníficamente el enfrentamiento entre ambos personajes.

La actuación más destacada de la cinta es sin duda la de Shia LaBeouf, quien retoma el buen camino y continúa con la línea trazada desde el año pasado con American Honey, volviendo a elegir correctamente interpretar un papel más que mandado a hacer para él. De esta forma, realiza una excelente caracterización de J.P. McEnroe, personaje con el cual sin duda tiene bastante en común por lo que a temperamento se refiere y que por lo tanto fue capaz de emular casi a la perfección. Su contraparte, el sueco Sverrir Gudnason, también resulta ser bastante convincente al encarnar el temple de acero característico de Björn Borg. Completa el reparto Stellan Skarsgård (Avengers, Good Will Hunting) quien como es costumbre cumple y realiza un buen trabajo, esta vez como Lennart Bergelin, el estricto entrenador de Borg.

Aunque imperfecta, se trata de una cinta obligada para aquellos apasionados del tenis, quienes sin duda quedarán fascinados al ver una excelente dramatización de uno de los juegos más emblemáticos de dicha disciplina, pudiendo observar en el camino a otros viejos conocidos como Jimmy Connors y Peter Fleming. No obstante, aún quienes desconocen los acontecimientos que lo inspiran quedarán satisfechos al ver un filme bien realizado y con buenas actuaciones que será capaz de engancharlos con una de las rivalidades más grandes en la historia del deporte. Si este último fuera el caso, la sugerencia es no indagar más acerca del resultado del partido y dejar que la misma película los sorprenda.

Calificación: TÚ DECIDES.
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