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Ilusiones de un mentiroso (1999)

Ilusiones de un mentiroso
115 min.
6,2
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Trailer (ESPAÑOL)
Sinopsis
Jakob era el propietario de un popular café del barrio judío de una localidad de Polonia. Después de la ocupación, sobrevive como puede en el ghetto implantado por el ejército nazi, antes de correr la misma suerte que su mujer, asesinada en un campo de concentración. Un día, por casualidad y estando cerca de un oficial alemán, oye las noticias por una radio, las cuales no son nada favorables para Hitler. Después de contarlas a los demás, todos creen que Jakob tiene una radio, momento a partir del cual decide inventarse noticias. Remake del film alemán "Jakob, el Mentiroso", dirigido en 1975 por Frank Beyer. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Holocausto Remake
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Jakob the Liar
Duración
115 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1999: Nominada a los Premios Razzie: Peor actor (Robin Williams)
7
El holocausto
El gueto, los nazis, el holocausto... son palabras o conceptos que en un principio no se asocian a un actor con el registro de Robin Williams. Pero sorprendentemente Robin nos asombra gratamente metiéndose en el pellejo de uno de los millones de judíos castigados cruel e innecesariamente en tiempos para olvidar... o para no olvidar, que sirva de ejemplo y nunca jamás se vuelva a repetir algo parecido.

Da gusto ver a Robin haciendo algo serio.
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21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El placebo de la mentira.
107/21(27/05/17) Infravalorada producción estadounidense realizada por del francés de origen húngaro Peter Kassovitz (padre del director Mathieu Kassovitz, que juega un papel en la película), un sugerente drama con punzantes dosis de humor negro, a la que es imposible no comparar por su temática con la italiana de Roberto Benigni “La vida es bella” (1997), y es que las dos en el marco del Holocausto judío, y en las dos los protagonistas son dos imaginativos mentirosos que mediante sus invenciones crean un mundo de ilusión que de esperanza, en el transalpino a un niño, y en el del galo a todo un desesperanzado gueto polaco, pero en mi modesta opinión me es mejor y más disfrutable “Ilusiones de un mentiroso”, y es que me resulta más profunda y me despierta dilemas morales más incisivos y creíbles, que la maniquea e hiper-sensiblera (pastelosa, almibarada, no apta a diabéticos,…) que me pinta un campo de concentración cual parque temático. La americana está ambientada en 1944 en un gueto polaco durante el holocausto, basándose en el libro de 1969 de Jurek Becker, superviviente del gueto donde se ambienta, el de Lodz (Polonia), llevada anteriormente a la pantalla en el film de la Alemania del Este (RDA), “Jakob der Lügner” (1974) de Frank Beyer, para la que el escritor del libro hizo el guión, estando Armin Mueller-Stahl también en el reparto, ganando el Oscar en 1977 a mejor película extranjera. Película que promueve con inteligencia el debate de si es mejor vivir con una mentira que nos da esperanza o hacerlo con una verdad desoladora, no cayendo la cinta en lo gore, o la violencia ya manida de los nazis, se centra en la miseria y hambre del gueto, en crear una atmósfera deprimente desalagüeña y esto lo consigue si efectismos artificiosos. En el reparto destacan un buen puñado de actores que saben emitir emociones, con un buen Robin Williams (una broma de mal gusto su nominación a los Razzie), un brillante Armin Mueller-Stahl, y un excelente Alan Arkin.

El escenario es un gueto judío (sin nombre) en Polonia en 1944. El judío Jakob (Robin Williams) por accidente escucha una emisión de noticias que indica la guerra va mal para Alemania, que las tropas soviéticas están a solo 400 km de ellos, comparte esta noticia en secreto con el judío Mischa (Liev Schreiber), pero este cree equivocadamente que tiene una radio (algo prohibido por los nazis). La noticia se propaga por el gueto, dando esperanzas de que la salvación puede estar cerca. Tendrán importancia en el relato personajes como: Un viejo médico (Armin Mueller-Stahl), un actor (Alan Arkin), un barbero profundamente deprimido, Kowalski (Bob Balaban) y una niña de 10 años llamada Lina (Hannah Taylor Gordon), quien fue ayudada a escapar de un tren de la muerte de sus padres y se encontró con Jakob, que la tiene escondida.

Film que te engancha desde su turbador inicio, mezcla de lo humorístico (con el chite sobre Hitler), lo lírico, el protagonista judío (Jakob) sentado en medio de una calle, vemos a gente tras él correr a sus casas dejando vacía la calle, viento, él está impasible mirando un árbol tras el muro del gueto, de pronto una hoja de periódico aparece por lo alto del muro guiada por el anárquico (cual pluma en “Forrest Gump”), Jakob comienza a perseguirla por el gueto en busca de noticias, varias veces a punto de cogerla, esto sirve para veamos de fondo la miseria y podredumbre del lugar, llegando a lo inquietante, cuando llega a una (desierta) plaza donde vemos en primer plano cuatro cuerpos ahorcados sobre un patíbulo, estremecedor, y todo acompañado por una música hebrea (mezcla de violín y clarinete). Este primer tramo siembra una semilla sugerente sobre el resto del metraje por la mezcla de tonos.

Relato que analiza de modo ambiguo y con carga reflexiva de cuál es el mejor modo de dar esperanzas a unas personas en caída libre, sobre si el bálsamo puede ser el placebo de unas mentiras piadosas que levanten el ánimo artificialmente, o es mejor vivir en la cruda y sangrante realidad, teniendo en cuenta que esta esperanza manufacturada puede tener contraproducentes consecuencias, pues la explosión incontenida de esperanza puede crearte un halo invisible de adrenalina que pases de ser pasivo a revolucionario combativo, pero esto también tiene su reflexión sobre si es mejor morir lentamente, sin oponer resistencia o lo digno es morir luchando la opresión y la tiranía; Por el otro lado está la verdad un muro a veces insalvable, inamovible y por tanto pétrea, que nos puede aplastar.

Narración valiente en su registro de mezclar humor sutil con el drama inherente al entorno, no sintiéndose el desarrollo manipulador o sensiblero, propio de la idiosincrasia hebrea, evolucionando la historia de modo fluido, como se nota la gente en el gueto ilusionada, ello en juego divertido contrastándolo con el peso que se le viene encima al que ha provocado el tsunami de ilusión en un maña mejor, la responsabilidad que le ha caído, un cuasi-Dios capaz de con sus palabras “placebo”, y como decía cierto superhéroe (Spiderman, creo) “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.

En su defecto cabría achacarle que la idea no está exprimida todo lo que debería, tiene más potencial y se podría haber dado más matices y ampliar más la idea central; Asimismo adolece de falta de tensión narrativa, se nota algo lineal y monocorde.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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