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Goodbye, Berlín (2016)

Goodbye, Berlín
93 min.
6,2
2.132
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Disponible en:
Suscripción
Tráiler HD (ALEMÁN con subtítulos en español)
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Sinopsis
Maik, un muchacho de 14 años marginado por su clase, crece en el seno de una familia rica y disfuncional en Berlín. Durante las vacaciones veraniegas, su alcohólica madre ingresa en rehabilitación mientras su padre se ausenta con su joven ayudante por un presunto viaje de negocios. Maik está solo en casa, en su piscina, hasta que un nuevo compañero de clase llamado Tschick, joven inmigrante ruso, aparece con un coche robado. Juntos se lanzan a la carretera sin plan aparente. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Road Movie Adolescencia Amistad
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Alemania Alemania
Título original:
Tschick
Duración
93 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2016: Premios del Cine Alemán: 4 nominaciones
7
Movie road trascendental
Fatih Akin dirige esta road movie con dos protagonistas atípicos. En la flor de la vida pero marginados y con una situación complicada. En Maik (Tristan Göbel) y Tschick (Anand Batbileg), que es el nombre de la película original, veremos el proceso multicultural de Alemania, la disfuncionalidad de la familia y la adolescencia en sí misma narrada con una sencillez pasmosa, pero no por ello menos interesante y contundente. Interesante la lectura sobre la madre que hace Maik en clase y le sirve para conseguir marginarse todavía más. Sin embargo, la llegada de Tschick, un asiático inmigrante ruso hará que ese verano sea diferente y revelador para ambos.

No se les ocurrirá otra cosa que robar un coche y viajar con él hacia donde les lleve, encontrándose en situaciones variopintas y con un aprendizaje convertido en una huida hacia adelante que, si bien acaba siendo una película feel-good, nos muestra los clichés de la sociedad y el poder de la amistad más sincera. El amor de la chica más popular de la clase se le resiste a Maik, que cuando esta ni siquiera le invita a su cumpleaños ve cómo su vida entra en barrena. Fatih Akin, su director, carga GOODBYE BERLÍN en las espaldas de ambos con gran acierto, puesto que tanto Tristan Göbel como el desconocido Anand Batbileg dotan al filme de gran carisma y personalidad.

TSCHICK es un golpe de aire fresco en la cartelera que, si bien no aporta nada nuevo y tiende hacia el optimismo, supone un gran entretenimiento y buenas dosis de reflexión para los que sepan ir más allá de la sencillez que parece proponer. Familia, educación, inmigración, amistad... Una road movie que sabe divertir y tiene grandes dosis de humor, es magnética y reveladora en un mundo en el que los adolescentes solo se preocupan por la cantidad de likes y me gusta que reciben por unas fotos retocadas en redes sociales.

En defintiva, GOODBYE BERLÍN es una buena película, divertida, sencilla y con carisma. Su banda sonora también es apropiada y su guión, aunque sencillo, nos va despedazanda trocitos de una sociedad Alemana que no dista demasiado de la nuestra. Mismos problemas y grandes dosis de optimismo para una etapa de la vida en la que somos más vulnerables que nunca. Quizás todo el mundo debería realizar un viaje así para darse cuenta del valor de la vida y de lo que importa de verdad. No os la perdáis.
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18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Sin Contener la Respiración
Las sensaciones más inesperadas se pueden encontrar de las formas más raras.
Sobre todo en la adolescencia, ese erial de certeza, cuando ansiamos lo inmediato y atractivo, sin pararnos a pensar nunca en su verdadero valor.
Dejándonos antes conquistar por una emoción sencilla, que en esa época lo parece todo, que por profundizar en cualquier otra cosa.

Así le sucede a Maik en su instituto, cautivado por su compañera Tatiana, con la simple esperanza de que ella le quiera invitar a su fiesta que anuncia el comienzo de las vacaciones.
Tiene poco tiempo y atención para su nuevo compañero de pupitre Tschick, pues ya desde el principio ha sido juzgado por su aspecto, por sus maneras, y no merece que gaste en él ni un solo minuto de los que dedica a hacer un dibujo de Tatiana, para resaltar que se lo ha currado, que la quiere aún a pesar de que para ella es invisible.
Los días avanzan embargados en ese esfuerzo, entre padres ausentes e intentos por destacar, fructificados en una chula chaqueta con dibujo de dragón que parece su cura contra la invisibilidad. Y entonces llega el verano... con la promesa de ser solo un paréntesis para curar la decepción de no ser invitado.

'Goodbye Berlin' echa una mirada muy particular al desencanto juvenil, y a la vez inicia una búsqueda para averiguar qué es lo realmente importante a esa edad, qué es lo que nos hará madurar mañana.
Pero tampoco endulza ni idealiza: Maik puede sentirse decepcionado, pero quizás tampoco ha mirado en los lugares adecuados.
Concretamente a su derecha, donde se sienta Tschick, el único que ha reparado en cómo mola su chaqueta, el único que le molesta e incomoda pero a la vez le reta e impulsa.

No nos han invitado a la fiesta, y qué: Tschick juzga que esta vida es para colarse en fiestas, sin haber sido invitado, solo para decir lo que quieres decir. Después te marchas, diciendo que tienes planes más importantes, pero es que, por una vez, esa extraña pareja que son Maik y él los tienen de verdad.
Un viaje de carretera "casual" a Valaquia se acaba convirtiendo en la aventura de sus vidas, donde aprenden a convivir y abrirse, pero siguen sin dejar de lado la inconsciencia de una adolescencia que por fin están disfrutando como se merece.
Sin reprimirse, sin echar la vista atrás, sin arrepentirse de que esa chica especial no ha apreciado su dibujo. Se hizo, y puso todo de su parte para hacer un bello retrato de Tatiana.
Lo demás es secundario, y así debería ser siempre.

Maik, en su omnipresente voz en off, menciona que "no se puede contener la respiración para siempre".
Una verdad evidente, que cobra significado cuando vemos que estos adolescentes van a donde quieren, viviendo como quieren... y por primera vez ganan.
Sin salidas fáciles, sin arreglos mágicos, ellos siguen siendo los de siempre, dos marginados de un instituto que no les presta ninguna atención. Pero en su viaje se convierten en los reyes del día, sin más límites que el horizonte.

Por el camino, quedan envoltorios de comida rápida, "préstamos" al margen de la ley, heridas que revelan otras más profundas, baños en un lago que dan pie a una madurez inesperada.
También otras personas, como Isa, la misteriosa autoestopista que se encuentran, que como amor platónico deja más impacto que cualquier chica de fiesta veraniega.
Todo para confirmar que las mejores personas que conoces son las que se quedan poco tiempo, por mucho que su presencia nos pueda durar años.

El tono ligero y casi superficial de la propuesta nos podría despistar.
Pero no nos equivoquemos: este es uno de esos viajes que deja su huella, aunque nunca la hayamos querido.
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18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
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