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Demasiado tarde para lágrimas (1949)

Demasiado tarde para lágrimas
99 min.
6,9
440
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free
Película completa (INGLÉS)
Sinopsis
Una noche, el matrimonio Palmer se dirige a una fiesta en su descapotable. A mitad de camino, Jane le ruega a su marido que vuelvan a casa. De regreso, se cruzan con un vehículo desde el que alguien lanza una maleta que cae en el asiento trasero del coche de los Palmer. La maleta está llena de dinero y los Palmer pretenden quedárselo, pero una serie de circunstancias hará que la suerte del matrimonio dure poco. (FILMAFFINITY)
Género
Cine negro Drama Thriller Crimen Thriller psicológico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Too Late for Tears
Duración
99 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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7
Estudiando a la Femme Fatale II
Como figura de interminable recorrido y de múltiples posibilidades, la femme fatale adoptó con el paso de los años infinidad de formas y comportamientos. Los prototipos variaron mucho y oscilaron entre la típica mala pécora cabaretera de pasado sucio y corrupto hasta la fiel esposa que, por las circunstancias de la vida, se encuentra ante la disyuntiva del bien y el mal, de lo correcto e incorrecto, eligiendo evidentemente el camino hacia la fatalidad. Este último es el caso que nos ocupa.

Los Palmer son aparentemente un matrimonio normal formado por Alan (Arthur Kennedy) y Jane (Lizabeth Scott). Conduciendo una noche llega hasta su coche un maletín con sesenta mil dólares que, como pueden imaginar, desencadenará la peor de las tormentas. Alan, dispuesto a llamar e informar a la policía, se encontrará con la fuerte oposición de su mujer quien se descubrirá como una mujer interesada y dispuesta a todo con tal de mantener el dinero en su posesión. Todo empeorará cuando aparece en escena Danny Fuller (Dan Duryea), un chantajista que exige la propiedad del botín y que pondrá a Jane entre la espada y la pared. Por cierto que la aparición de Dan en escena recuerda muy mucho a la que hacía su personaje cuando entraba en casa de Alice Redd (Joan Bennet) en la inolvidable “The Woman in the Window” (1944, Fritz Lang).

“Mala jugada Danny, intentar acorralar al tigre”. Eso pensó quien les escribe. Como cuando ruge la marabunta o como cuando Messi arranca hacia la portería, Jane comenzará un festival de zarpazos que acabará con todo lo que le rodea y lo que se interponga en su camino. Se desarrollará así un personaje atormentado, ambicioso y oscuro que consigue atrapar al espectador en una historia llena de suspense e incertidumbre. La actuación, la fisonomía y los rasgos de Scott hacen el resto para terminar perfilando a una mujer que, disfrazada de esposa y ama de casa ejemplar, alcanzará las más altas cotas de la maldad humana.

Un “todo por la pasta” que finaliza de la misma manera que se desarrolla: transitando por el peor de los caminos. Byron Haskin dirige este noir que, siendo bastante desconocido (como casi toda la carrera del director fuera de la ciencia ficción), contentará a todos los amantes del género y les dará una razón más para seguir afirmando aquello de que “al final la culpa siempre es de ellas”.
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22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
De repente: un maletín en el asiento de atrás.
Todo cine negro tiene aspectos psicológicos puesto que al ser obligatorio que exista el crimen, el elemento psicológico va implícito. Y lo uno lleva a lo otro y lo uno, es siempre el dinero, y de ahí pues ya empieza a aparecer el resto: las sospechas, los celos, la pasión, etc.

En este caso el elemento psicológico está bastante marcado en la mujer, Jane, que da vida Lizabeth Scott, una actriz al estilo Lauren Bacall perfecta para el cine negro.

Jane es por tanto una rubia casada, guapa, peligrosa y ahora además, con dinero. El dinero le ha caído al asiento de golpe y, por supuesto, se lo quiere quedar. Jane es una mujer que tiene obsesión por el dinero, y psicológicamente, la obsesión es un mal muy grave. Su marido lo sabe bien y Dan Duryea se irá enterando. Dan Duryea es un duro del cine negro, pero le caerán lágrimas por el rostro como siga acosando a esa mujer.

Ella, ahora, con dinero, tiene personalidad suficiente para que un montón de gente vaya apareciendo a su alrededor, para montar una enorme intriga, para convencerte de sobra que su sonrisa es más peligrosa que la pistola que lleva escondida. Tiene encanto suficiente para que no quieras dejar de saber de ella, incluso llegará un momento en que si pudieras intervenir, lo harías.

Su sonrisa será lo más bonito que puedas ver en la vida y harías cualquier cosa por ella. Eso es ser una mujer fatal, llegar al crimen por ella. Qué sí, ya lo sabemos, cualquiera haría cualquier cosa por su mujer. Cierto. Es que no me he explicado bien: Si quieres saber si realmente tu mujer es una mujer fatal: atractiva sin remedio, misteriosa y encantadora, no se trata de saber si tú harías cualquier cosa por ella, que lo harías, si no saber si CUALQUIERA haría lo que fuera por ella.
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12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
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