Sufridos ciudadanos (1983)

Sencilla comedia que decepciona en parte porque se le podría pedir mucho más, sobre todo si encabeza el reparto un monstruo de la comedia como el "cara de pulgas" Walter Matthau, secundado por el histriónico, lo siento no lo soporto, Robin Williams.

Pero no, a pesar de un comienzo prometedor ( la gasolinera por los aires, el maldito loro), que nos recuerda a las comedias del cine mudo, la película se va deslizando hacia gags fáciles y previsibles. Eso sí, uno de los puntos fuertes de la película es la crítica a las armas de fuego, muy en línea con la cultura de la violencia en EEUU y como los medios de comunicación cultivan el miedo a los otros.En ese mensaje de fondo la película se eleva al reirse de los miedos y fobias del norteamericano medio.

La verás, te reirás algo y te olvidarás de ella al cabo de tres días.