Eyecatch Junction (1991)

Cualquiera diría que se trata del título del episodio piloto de alguna serie de televisión con muchas perspectivas de éxito, ¿verdad? ¿O tal vez pocas?
Tranquilidad, porque las protagonistas de esta aventura sin parangón sólo tendrán una oportunidad y no más para seducirnos con su carisma, y lo más probable es que fracasen...

Si uno no se molesta en observar el nombre del artífice de este producto llamado originalmente "Toppu! Minipato-tai: Eyecatch Junction", seguro piensa que después sólo el fracaso llamó a su puerta. Nada más lejos de la realidad; tras la cámara se encuentra un Takashi Miike de 30 años que acaba de entrar casi de rebote en el a partes iguales precario pero lucrativo mundo de la realización de películas para el mercado del vídeo, después de su ascenso de asistente a director. Para la filial de Shochiku en este campo, SHV, acepta el encargo de "Lady Hunter", poniendo sobre el tapete casi todas esas "marcas de la casa" que harán de él uno de esos cineastas únicos.
Meses después pasa a Japan Home Video y realiza la que nos atañe casi a toda prisa y con menos dinero, sin embargo explotará mejor lo que en la otra no pudo: su libertad para la mezcolanza y el tratamiento de géneros, en especial el humor. Sólo tomemos ese veloz inicio donde un detective (jovencísimo Daisuke Nagakura) da caza y atrapa a un ridículo ladrón de ropa interior femenina, para ser pateado por dos bellas policías de tráfico, cuya cámara se jacta de captar cada centímetro de sus piernas, ¡y tan idiotas que no saben que es un compañero de profesión!

Tonto inicio, pero hilarante por esa cutrez nostálgica que despide a puros '80/'90 del cine nipón "underground". Las chicas en cuestión son la antigua "idol" Aiko Asano y Hiroko Nakajima, quien tuvo más suerte de actriz, en esta historia donde interpretan lo mejor que pueden a las duras Makoto y Atsuko en esta historia casi sacada de un manga situada en la comisaría menos apta de todo Japón. Historia que se divide en dos arcos. El primero, cual "sitcom", se sitúa en su totalidad dentro de dicha comisaría y está enfocado en la comedia, "slapstick", gamberra y con algún "inocente" toque picante para el deleite del espectador masculino.
De "gag" en "gag" vamos conociendo las torpezas de las cuatro protagonistas femeninas; aparte de las anteriores, una es compañera de rango superior y profesora de gimnasia en el centro y la otra (Risa Tachibana, archifamosa "idol" de la época) es una perversa "freak" de los inventos y los cacharros, y cuya obsesión es espiar las conversaciones ajenas, mientras las otras tres, en ajustados leotardos, compiten en ejercicios de gimnasia rítmica siendo observadas desde afuera por todos los demás policías, unos depravados hemofílicos. El panorama es para hacer que se nos caigan los ojos de la estupefacción.

Entonces es cuando éstas se deciden a combatir el crimen sin necesidad de ayuda masculina formando un grupo secreto de vigilantes. Pocos casos resolverán, no hace falta decirlo. Así entramos en la intriga que conducirá a la trama hasta el final (pero habiendo transcurrido más de media hora, nada menos, por lo que el ritmo, la lógica narrativa y esas cosas no deben ser muy tomadas en cuenta), donde la inquilina de unos apartamentos ocupados por mujeres (que sirve para operar al pervertido ladrón del principio) ha sido asesinada. Esta apertura al 2.º arco nos lleva a lugares muy extraños.
Miike ha creado situaciones humorísticas rápidas y sin cerebro, y ahora se desvía hacia temas espinosos y momentos de una rara e intensa violencia (algo más familiares para el fan medio de su cine), llevados a cabo por un yakuza proxeneta que disfruta de sus chicas en sádicos shows de tortura sexual, y tal vez tengamos que apartar la vista de la pantalla; una de esas chicas es la recién encontrada Keiko, y el tema a tratar es la brutalidad del submundo de la prostitución. Un giro desde luego inesperado a un ambiente amargo y triste que se introduce por la fuerza en la simpática comedia de antes, y por supuesto lo primero no encaja con lo segundo.

Aun así ambos estilos/climas siguen su curso, como invadiendo el espacio de cada uno, incluso con algunos instantes cerca del "pinku-eiga"; para entender hasta donde llega la mezcla del director, al tiempo que la pareja protagonista chantajea a un depravado en escenas hilarantes (Yoshihiro "Denden" Ogata, también muy joven, parodiándose a sí mismo) el susodicho yakuza muele a palos a otra prostituta en una azotea. Todo resulta exageradamente confuso y los personajes, meras caricaturas que no paran de soltar unos diálogos de vergüenza ajena, no ayudan a conservar el ritmo o el interés, esfumándose a cada minuto.
Nagakura y los demás hombres están pero no están, la pesada de Tachibana quiere incorporarse a las filas de Eyecatch demasiado tarde, Atsuko y Makoto han perdido la gracia y no tiene sentido que sigan con sus tonterías si hay dos asesinatos por resolver...pero es muy difícil no llevando armas, ni siquiera equipo de vigilancia (utilizan vasos de plástico para escuchar a través de las puertas, por Dios). Es un caso de delirio intragable cuando en pleno clímax tenemos a nuestras heroínas luchando contra la banda del jefe yakuza no a la antigua usanza...¡sino con la parafernalia del maldito gimnasio, a golpe de balón de plástico y aros y todo!

En momentos así sobresale mejor ese estilo colorido, excéntrico y paródico del manga. Pero el remate lo da un ridículo baile de todo el equipo como colofón (que no es sino la fiesta del fin de rodaje que Miike decidió grabar a modo de videoclip e incluir en los créditos finales).
Una cosa está clara: todos se divirtieron mucho filmando este despropósito; el espectador ya no tanto tal vez. Y JHV lo acabaría lanzando al mercado antes de comercializarse "Lady Hunter", así que Japón conoció al director oficialmente a través de "Eyecatch Junction". ¡Qué toma de contacto tan extraña!, tan "miikiana" en definitiva...

Primera película de Takashi Miike, con lo cual ya empezaríamos a conocer sus idas de pinza xD.

La película esta bien para pasar el rato, es entretenida y divertida. Al ser su primera no voy a criticarle mucho. Solo diré que parece un telefilm.