Tuya, mía… te la apuesto (2018)

‘La pena máxima’ es una película estrenada en Colombia en el año 2001, dirigida por Jorge Echeverri y escrita y producida por Dago García, creador de algunos de los máximos hitos de la cartelera colombiana, la película tuvo éxito y con el paso del tiempo, sin ser una gran película, se ha convertido en una película de culto para un sector del público colombiano que se ve reflejado en la precisa radiografía que muestra la película.

Alguien ha tenido la idea que era buena idea buscar replicar ese éxito haciendo una nueva versión ahora ambientada en México, en una coproducción entre ambos países con el soporte de Netflix, con una estrella de la televisión mexicana en el rol principal, un par de actores de soporte venidos de Colombia y el resto del elenco actores mexicanos, y listo, a filmar la misma historia, con un ligero pero considerable cambio al final pero la misma historia, y es justo eso el principal de muchos problemas de esta nueva versión, el guion no ha pasado por un proceso de adaptación.

La historia que se cuenta es la de Mariano Cárdenas (Uribe), quien trabaja en una oficina de gobierno, vive en la casa de un tío (José Sefami) junto a su mujer (Julieth Restrepo), su hermano (Carlos Manuel Vesga), su tía y su abuela, el es fanático del fútbol y seguidor acérrimo de la Selección Mexicana, y está convencido que cuando él va al estadio el equipo no pierde, por ello decide apostar todos sus ahorros y los de su mujer, pero el día del partido su ida al estadio se complica al morir su tío.

La película, dirigida por el colombiano Rodrigo Triana, busca ser una comedia costumbrista pero nunca consigue encontrar el tono adecuado para narrar la historia, el retrato que se hace de un aficionado mexicano promedio se queda corto y, sobre todo, el personaje protagónico es incapaz de generar empatía con el público, al tratarse de un tipo ventajista, “gandalla”, misógino, impertinente y algunas otras características negativas.

La interpretación de Adrián Uribe poco ayuda a su personaje, siendo un actor poco carismático no consigue aportar ni un ápice de bondad o nobleza a su personaje, además que el actor nunca consigue quitarse la sombra de su personaje más conocido en la televisión, “el Vítor” y usualmente se le escapan algunas frases o entonaciones habituales del personaje.

Pero no todo lo negativo pasa por Uribe y su personaje, el guion presenta una serie de circunstancias que nunca encuentran su justificación dentro del relato, personajes aparecen y desaparecen de manera caprichosa, el humor está totalmente ausente a lo largo de la historia que culmina en un final olvidable, benévolo con su personaje que lo único que logra es irritar más al espectador, sobre todo al que se encuentre despierto todavía.

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La historia tiene un planteamiento sencillo, pero emocionante: Un hombre egoísta apuesta hasta lo que no tiene al resultado de un partido de fútbol; siente que tiene la victoria asegurada porque cada vez que va al estadio la selección mexicana gana.

Es una buena idea, pero la película es malísima. Adrián Uribe es un excelente actor para hacer sketches como hacía en el éxito que fue "La Hora Pico" en su momento, pero su actuación exagerada le quita credibilidad a la película. Después de Mariano, el estelar, los personajes que más salen son su hermano y su novia. El hermano es totalmente infumable. No tiene chiste y hasta cae mal. La novia es la mejor de los tres y eso que el rasgo más profundo que tiene es que sabemos que es extranjera.

Pero me hizo reír en una escena, así que no todo fue tiempo perdido.