Tráiler (INGLÉS)
- Sinopsis
- El veterano cazador de recompensas Morg Hickman (Henry Fonda) cabalga hasta una ciudad sin ley. El sheriff ha sido asesinado y su sustituto es un joven inexperto (Anthony Perkins). Cuando descubre que Morg antes que cazarrecompensas fue un agente de la ley, le pide que lo instruya. (FILMAFFINITY)
- Género
- Western
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1957 / Estados Unidos
- Título original:
- The Tin Star
- Duración
- 93 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
(B&W)- Compañías
- Links
La saga continuó.
17 de octubre de 2005
Realizada después de una imponente (y creo que no repetida o repetible) saga de obras maestras del western, es quizás por eso, que este otro western de Mann acarrea fama de adjetivos tan banales como "menor" o "pequeño". Pues para nada estoy de acuerdo, pues esta magnífica historia de un ex-sheriff(Fonda) que ayuda a un joven e inexperto sheriff(Perkins), y que reconstruye su futuro tras su triste pasado - hay ciertas influencias de "Raíces profundas" -, resulta ser una película sólida y magnífica de cabo a rabo, para nada menor, sino un western grande de los últimos años dorados del género.
Con un gran guión de Dudley Nichols - guionista habitual de Ford -, es una hermosa película acerca del aprendizaje, de la integridad moral y de la importancia de autocreencia en las posibilidades y facultades de cada uno, que está dirigida muy bien por Mann y focalizada y guiada en la luminosa y clarividente mirada de un Fonda imperial, que son partes - junto a la fotografía, los secundarios, etc.. -, que forman un todo de excelente coherencia ética y didáctica.
Resulta, pues, pamplinero y tercamente reduccionista constriñir esta estupenda película muy por debajo de la extraordinaria saga previa ("Winchester 73", "Tierras lejanas", "Horizontes lejanos", "El hombre de Laramie"), pues ésta se acerca, digamoslo ya, a la obra maestra también y como aquellas. ¡Ah! Y es verdad que le faltan pretensiones (¡y qué bien!). La saga continuó, por tanto.
Con un gran guión de Dudley Nichols - guionista habitual de Ford -, es una hermosa película acerca del aprendizaje, de la integridad moral y de la importancia de autocreencia en las posibilidades y facultades de cada uno, que está dirigida muy bien por Mann y focalizada y guiada en la luminosa y clarividente mirada de un Fonda imperial, que son partes - junto a la fotografía, los secundarios, etc.. -, que forman un todo de excelente coherencia ética y didáctica.
Resulta, pues, pamplinero y tercamente reduccionista constriñir esta estupenda película muy por debajo de la extraordinaria saga previa ("Winchester 73", "Tierras lejanas", "Horizontes lejanos", "El hombre de Laramie"), pues ésta se acerca, digamoslo ya, a la obra maestra también y como aquellas. ¡Ah! Y es verdad que le faltan pretensiones (¡y qué bien!). La saga continuó, por tanto.
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52 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
"The Tin Star"
18 de junio de 2009
Si Ford fue inigualable en mostrar el entorno donde se movían sus personajes, con ese romanticismo y esa pulcritud que hacían de cada plano una obra de arte, Mann fue sin duda alguna el maestro a la hora de filmar a sus protagonistas. Su aires, sus miradas, sus actitudes, sus formas...su cámara fue capaz de elevar a mitos esos personajes encarnados por Stewart, Ford, Kennedy, Cooper, Cobb...Una larga lista de actores que hicieron del montar a caballo y de empuñar un revólver toda una demostración de clase y de poderío, de lírica y de respeto. En "The Tin Star" es Fonda. Un Fonda convicente en la interpretación y que se gusta ante la mirada astuta del maestro y ante un reparto que queda un poco por debajo de su carisma y calidad.
Fonda interpreta a Morgan Hickman, un cazarrecompensas que llega a un pueblo dominado por la demagogia típica de los que la dirigen, banqueros y empresarios, y de unos cuantos villanos que, además de ejercer como tales, incluyen el racismo hacia los indios como nota particular. Mientras Perkins dará vida a Ben Owens, un sheriff joven e inexperto que verá como su autoridad es ninguneada, teniendo que pedir ayuda a Morgan ante el descubrimiento de éste como antiguo comisario. A partir de aqui comienza una historia de aprendizaje, donde maestro y alumno irán avanzando tanto en el conocimiento mutuo como en el de las circustancias que les rodean. Cosa esta que aprovechará Mann para lanzar su mensaje y su crítica profunda a una sociedad hundida en el racismo y en una hipocresía que en su día hizo de Morgan lo que es hoy: un cazador de recompensas, renegado de su antigua profesión de marshall y desilusionado por los tiempos que le ha tocado vivir.
Ni que decir tiene que los diálogos son portentosos y llenos de fuerza, al contrario de lo que se afirma por ahí. Si en sus otros westerns Mann jugaba con los movimientos de sus personajes en esos paisajes infinitos aquí, y como ya hiciera en "El Hombre de Laramie", les deja hablar en unos discursos profundos y de mucho poso moral. Sobre todo Fonda. Porque Perkins se muestra inexperto, y no solo por el personaje que interpreta. Su actuación no da réplica y se muestra tímido y sin convicción alguna. Quizás sea lo único que desentona en un reparto que se completa perfectamente con dos villanos a la altura: Van Cleef y Neville Brand.
El buen final y el blanco y negro que siempre adereza con gusto cualquier western de personajes, completan lo que para mi es otro disfrute maravilloso y otra nueva experiencia gratificadora como supone sentarse a contemplar cualquier obra de ese genio que hizo de este género grande algo único e irrepetible. Chapeau maestro¡¡
Fonda interpreta a Morgan Hickman, un cazarrecompensas que llega a un pueblo dominado por la demagogia típica de los que la dirigen, banqueros y empresarios, y de unos cuantos villanos que, además de ejercer como tales, incluyen el racismo hacia los indios como nota particular. Mientras Perkins dará vida a Ben Owens, un sheriff joven e inexperto que verá como su autoridad es ninguneada, teniendo que pedir ayuda a Morgan ante el descubrimiento de éste como antiguo comisario. A partir de aqui comienza una historia de aprendizaje, donde maestro y alumno irán avanzando tanto en el conocimiento mutuo como en el de las circustancias que les rodean. Cosa esta que aprovechará Mann para lanzar su mensaje y su crítica profunda a una sociedad hundida en el racismo y en una hipocresía que en su día hizo de Morgan lo que es hoy: un cazador de recompensas, renegado de su antigua profesión de marshall y desilusionado por los tiempos que le ha tocado vivir.
Ni que decir tiene que los diálogos son portentosos y llenos de fuerza, al contrario de lo que se afirma por ahí. Si en sus otros westerns Mann jugaba con los movimientos de sus personajes en esos paisajes infinitos aquí, y como ya hiciera en "El Hombre de Laramie", les deja hablar en unos discursos profundos y de mucho poso moral. Sobre todo Fonda. Porque Perkins se muestra inexperto, y no solo por el personaje que interpreta. Su actuación no da réplica y se muestra tímido y sin convicción alguna. Quizás sea lo único que desentona en un reparto que se completa perfectamente con dos villanos a la altura: Van Cleef y Neville Brand.
El buen final y el blanco y negro que siempre adereza con gusto cualquier western de personajes, completan lo que para mi es otro disfrute maravilloso y otra nueva experiencia gratificadora como supone sentarse a contemplar cualquier obra de ese genio que hizo de este género grande algo único e irrepetible. Chapeau maestro¡¡
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