Cannonball! (AKA Carquake) (AKA Cannonball) (1976)

Rodada por Paul Bartel (con guion escrito junto con Don Simpson) inmediatamente después de la negrísima comedia “La carrera de la muerte del año 2000”, nos encontramos ante la película que abrió el camino a todas las que vinieron después sobre “carreras de costa a costa”, nos cuenta la celebración de una carrera ilegal desde Santa Monica (California) hasta Nueva York y tiene como eje de la historia a Coy, un ex presidiario (David Carradine) y a su oficial de la condicional y también novia, Linda (Verónica Hamel, la de “Canción triste de Hill Street”) que compite con un precioso Pontiac Trans Am rojo del 72, para sacar a su hermano Bennie (glorioso Dick Miller) del lio en el que se halla metido a causa de su disoluta vida, con el mafioso Lester (Paul Bartel), el cual tiene como brazos ejecutores para los trabajos sucios a dos matones (breve aparición en un plano fijo filmado a unos 5 metros de Martin Scorsesse con un traje de mafioso negro con corbata blanca y Silvester Stallone con una chaqueta de coloridas e imposibles rayas, comparada con la cual las que gasta ese tipo de la directiva del Barca son una fruslería).
Entretenida para el público en general, interesante para cinéfilos (no por la calidad de la película sino por la abundancia de cameos) e imprescindible para los amantes del motor (deliciosa la traca final en la autopista en obras).
Por ultimo ahí va una incompleta (seguro que me dejado algo en el tintero y habré cometido algún error, pero he hecho lo que he podido) reseña de coches, actores y cameos que he detectado:
Roger Corman como el fiscal del distrito al que Dom Simpson como su ayudante le comunica la existencia de la ilegal carrera
Robert Carradine y Belinda Balaski como una pareja de acomodados amantes del surf que compiten con un Corvette plateado para con los 100000 dólares del premio comprarse una casa en la playa (blanca)
María Woronov (la musa de la Warhol Factory) como Sandy, la conductora de la furgoneta a la que acompañan Wendy (Diane Lee Hart) y Ginny (Glynn Rubin) y que a la mínima usan sus encantos para deshacerse de la competencia y de los policías que las salen al paso.
James Keach como el alemán Wolf en un DeTomaso Pantera de color amarillo.
Jonathan Kaplan como el desarrapado barbas empleado de la gasolinera nocturna.
Joe Dante como el muchacho del taller al que va a parar Coy tras destrozar en un vuelco el Tras Am y le deja la preciosa maquina verde (creo que es un Ford Mustang verde del 69) con motor de 600 cv, para que siga la carrera.
También hay un negro que compite con un Lincoln negro prestado para llevarlo de costa a costa a una pareja de ancianos y que supone el lado cómico de la película, y una muy particular familia country (el cantante, el desaprensivo y la mama) con un Dodge Charger.

Al año siguiente de una de sus más recordadas obras, Paul Bartel (el original, no ese niño raro que aparece si buscas en Google), nos deleita con esta extraña película de acción y comedia absurda, que implementa el humor tan particular que lo identifica.

Un homenaje a las carreras ilegales transcontinentales de los EEUU y un renacer más realista que Death Race 2000. Aunque se desmarca de esta última al implementar la veracidad, extrayendo lo caricaturesco de los personajes anteriores, pero conservando esa particularidad y rasgos diferenciados de personalidad, e implementando el humor, menos negro, en cada una de las situaciones que vive tanto nuestro protagonista como sus contrincantes. Lo mencionado no merma la violencia irónica y crítica que tanto le encanta vislumbrar al director, aportando ese toque de riesgo y por qué no, ese carácter egoísta del ser humano.

Muy recomendada si os gustan los coches clásicos y las persecuciones.