Lacenaire (1990)

"Lacenaire" cuenta la vida de Pierre François Lacenaire, célebre asesino francés que vivió a principios del siglo XIX. Entre su juicio por doble asesinato y su ejecución, escribió "Memorias, Revelaciones y Poemas". Durante su juicio, defendió ferozmente sus crímenes como una protesta válida contra la injusticia social. Con su aspecto de dandi convirtió la sala del tribunal en un teatro y su celda en un salón literario. Dejó una impresión duradera en la cultura francesa y en varios escritores, como Balzac y Dostoievski. Modelo perfecto del asesino romántico, el personaje también experimentó un resurgimiento de la notoriedad gracias al éxito de la película "Les enfants du paradis" (1945), de Marcel Carné.

El productor Ariel Zeitoun no escatimó en gastos para reconstruir la Francia de principios del siglo XIX y, en ese aspecto, "Lacenaire" resulta un producto más que interesante con una ambientación lujosa y muy cuidada gracias a una hermosa fotografía y un vestuario digno de admiración.
Sin embargo, el guión y la dirección no están a la altura de tan magno proyecto. El guión escrito por Georges Conchon –quien lamentablemente murió antes del estreno de la película– intenta evitar el academicismo mediante una deconstrucción cronológica que puede resultar desconcertante. De hecho, "Lacenaire" no es una película biográfica al uso sino la evocación de un hombre y un personaje en forma de caleidoscopio. Asistimos así a todas las etapas importantes en la vida del protagonista pero de manera desordenada por medio de flashback que por momentos desconciertan y generan más confusión que otra cosa.

La interpretación que Daniel Auteil realiza de tan interesante personaje también desconcierta en muchos momentos. Excesivamente teatral y gesticulante en muchas escenas -quizás sea un histrionismo voluntario- y más natural en su parte intimista.

A medio camino entre una meticulosa reconstrucción histórica y una estética teatral acorde con el personaje evocado, "Lacenaire" no encuentra el tono narrativo adecuado y el conjunto se resiente de manera inevitable.