La pantera rosa 2 (2009)

Dentro de las cimas de la ingnominia cinematográfica, mucho más allá de Ed Wood, Russ Meyer, y demás encantadores cineastas que han destrozado la narrativa cinematográfica o bien no han llegado a los mínimos límites de la calidad, a pesar de su denodado esfuerzo, hay que hacer una división aparte: la de todos aquellos sinvergüenzas que prostituyendo clásicos de la historia del cine intentan abrir una franquicia comercial rentable que les asegure no solo una buena jubilación, sino además un pelotazo cada vez que estrenan una de estas mierdas. Y me resulta aún más inconcebible que intenten aprovecharse de un producto tan bien orientado y acabado como la saga de Blake Edwards, que en su dia supuso el estrellato definitivo para el genial Peter Sellers. Si, es verdad que Steve Martin tiene su gracia, y que es un buen actor, pero no le llega al actor británico ni a la suela del zapato; encima, intenta utilizar el "slapstick" a lo largo de todo el film, con chistes bastante horteras y escatológicos -como hizo en la primera parte de esta nueva saga con el felino rosado- que resultan completamente predecibles y de dudoso gusto. El argumento es un simple pretexto para ver hacer a Martin las mayores payasadas: el inspector Closeau, relegado a poner multas de aparcamiento, será rescatado para capitanear un grupo de inspectores de élite mundial con la intención de atrapar a un famoso ladrón internacional, el Tornado. Si resulta patético ver a Steve Martin hacer el tonto, aún más patético resulta ver a actores de la talla de Andy Garcia (recordemos, el protagonista de "El Padrino III" de Coppola o "Asuntos Sucios" de Figgis), Alfred Molina (recordemos también, "Magnolia", "Chocolat"...) e incluso John Cleese (fundador de los "Monty Phyton", uno de los mejores cómicos británicos actuales...) hacer directamente el imbécil, con un repertorio casi inagotable de ridículos chistes, diálogos y situaciones que merecen una detención y posterior paliza a todos los responsables de esta verdadera e insoportable MIERDA (así, en mayúsculas). Qué vergüenza. Y lo que es peor, qué pena, que el cine llegue a estas cotas de verdadera porquería con tal de recaudar, aunque dudo seriamente que esta película tenga el éxito comercial que esperan. Claro que si es así, habría que preocuparse seriamente por lo que realmente quiere el público (aunque viendo programas televisivos como "Gran Hermano", "La Casa de tu vida" o cualquier debate del ámbito periodístico del corazón, ya podemos hacernos una idea bastante aproximada). (sigue en Spoiler)

El personaje del inspector Clousseau, de la Surité francesa, va implícito en el genial Peter Sellers.
Steve Martin, también genial actor humorístico, ha aportado un trabajo digno en el intento de resurgir al inspector de manera honrada, pero para mi, no lo ha conseguido. De todas formas era tarea difícil.
No vale decir que quiere hacerlo de otra forma, porque entonces tendríamos que hablar de otro inspector. Tal vez en la primera se acercó más a la idea.
Y en su intento se ha equivocado, por ejemplo, en dotar al personaje de elementos demasiado retocados y amanerados, de unos ademanes impropios del espíritu de Edwards, casi podríamos añadir un término muy usado para estos casos: Steve Martin sobreactúa. De una manera honrada pero, desgraciadamente, errónea.
El inspector Jaques Clousseau no es una persona soberbia, casi altiva, como aquí se apunta, ni hace el tonto de manera obvia. Al revés. Sellers creó un personaje comedido, prudente, silencioso, que su fatalidad le llevaba al desastre pero no que buscara desesperadamente el desastre de una manera llamativa, casi grotesca.
En lo relativo a su relación cuasi romántica, Sellers no procedería nunca de manera tan extraña, ni ella tendría que ser una mujer de pocas luces, demostró en la cinta original ser un marido atento y "demasiado" correcto con una mujer de bandera: Capucine.
Con el bigotito y sus gestos, Martin parece más una caricatura del personaje de Hércules Poirot y, su verborrea no es la forma de responder del original inspector.
Hay no obstante que valorar el intento, algún gag, pero sobre todo tenemos que valorar el trabajo de los actores que le acompañan que sí cumplen a la perfección, en especial Andy García, que aporta al Dream Team toda la responsabilidad de un perfecto capitán. Una actuación bordada la de él.