Vidas distantes (1987)

Escrita por Andrei Konchalovsky y trasladada a guion por él mismo, con la colaboración del francés Gérard Brach y Marjorie David, “GENTE COMO NOSOTROS” nos habla de Diana Sullivan, una reconocida periodista newyorquina que trabaja para Cosmopolitan, quien decide hacer un artículo sobre una familia de su propia sangre a la que no ha conocido y para lo cual tendrá que navegar por los bayous del estado de Louisiana hasta un lugar recóndito. Aprovechando la ocasión para alejar a su hija Grace de la relación que está teniendo con un antiguo amante suyo y de un vicio que la está afectando, la periodista decide llevarla consigo para que conozca a la tía Ruth y a sus singulares primos. Pero, lo que van a encontrar en aquella vivienda ubicada entre un escabroso, enigmático y a la vez fascinante pantano, donde la luz y las formas se caracterizan por una indescriptible belleza, dará lugar a la más sorprendente aventura donde, lo cómico, lo morboso y lo fantasmal, tendrán sus especiales momentos.

Mamá Ruth, una beligerante mujer que con mano dura preserva el orden y la sumisión en aquel pequeño infierno, vive con tres de sus hijos -al cuarto, Michael, lo da por muerto, aunque todos saben que sigue vivo- y con Candy, la peculiar esposa del temperamental Jack, que se encuentra en gestación. Polly, el más obeso de los chicos, sufre de cierto retraso y Tommy, el más joven, por su rebeldía con la madre, vive encerrado en un cobertizo por fuera de la casa. Pero, todos ellos temen a Joe, el padre muerto hace bastantes años, cuyo fantasma, según afirma la madre, aún ronda por el pantano… y esto, sumado al carácter dominante de su progenitora, ha llevado a que solo Mike se haya atrevido a escapar de aquel rígido hogar.

Andrei Konchalovsky consigue, a plenitud, una película mágicamente ambientada en escenarios naturales, donde, cada exterior captado por el cinematografista Chris Menges (“The Killing Fields”, “The Mission” …), luce magníficamente surreal y altamente sugestivo, haciendo que el filme se caracterice por una plástica que es arte excelso.

La trama, preserva un fuerte y sustancial alegato contra los vicios del autoritarismo que bien puede aplicarse a la familia o a la sociedad entera, y también se cuestiona la permisividad excesiva que, como en el caso de la nueva lolita, Grace, (véase el alusivo plano calándose las gafas negras como la Sue Lyon de Stanley Kubrick), puede llevar a situaciones altamente peligrosas.

Los personajes de este particular cuento dramático, son lo bastante originales como para atraparnos, y esto, desde el mismo momento en que, madre e hija, pisan tierra en la exótica vivienda de sus desconocidos y guerreros parientes… adonde, ni la policía, se atreve a llegar.

Aunque el crédito principal lo tiene Jill Clayburgh, es inobjetable que Barbara Hershey (Ruth) domina cada escena con sus reacciones sin parangón alguno. Muy atinada también, Martha Plimpton, la irresistible tentación para todos aquellos reprimidos muchachos… y preciso es decir que, todos los que representan a la familia Sullivan, quedarán tallados en nuestra memoria.

“GENTE COMO NOSOTROS” es un filme que impacta, impresiona y conmueve… y hasta el silencioso fantasma del pantano -cuyo retrato domina también desde la sala de la casa- mantiene una “presencia” bastante sugestiva.

No es lo mejor de Konchalowsky, pero se deja ver por la extraña intriga en el paisaje casi onírico de los bajou de Luisiana, verdadero protagonista.
La idea de partida, una periodista de New York que quiere escribir sobre unos parientes en Luisiana, va hasta allí con su hija adolescente y un poco salida. Lo que encuentra allí es gente que no está bien de sus cabales.
A partir de eso, hechos extraños, situaciones angustiosas y a veces algo inverosímiles.
No la veo como una buena película, pero sí interesante.