Endise (Anxiety) (1974)

En primer lugar tengo que agradecer a mi amigo Vozidar, como en tantas otras ocasiones desde que participo en FilmAffinity, por acercarme el cine de lugares tan distantes en lo cultural como Turquía, a él le debo en buena medida algunos de los horizontes que hoy por hoy puedo contemplar. El cine de Yilmaz Güney ha sido toda una sorpresa para mí por su dimensión social y su crítica al establishment. Puestos a indagar un tanto en la obra de este hombre - algo necesario siempre que alguien se acerque a un producto cultural - descubrimos varias cosas interesantes: aparentemente esta película es una codirección, pero en realidad Serif Gören, asistente de Güney, se vio obligado a finalizar la obra debido al encarcelamiento del director por ocultar a unos jóvenes anarquistas. Esta sería una situación que se repitiría a lo largo de los años 70. Gören es el paradigma de artista comprometido que hace uso del arte como instrumento de lucha política sin rechazar por ello la necesidad de buscar la belleza. Sea como fuere muchas cosas explican su compromiso: unos orígenes humildes (sus padres fueron kurdos que emigraron a la región de Adana, donde se ambienta la película, para dedicarse a la recogida de algodón; como kurdo en una Turquía profundamente nacionalista y homogeneizadora conoció las dificultades de pertenecer a una minoría - si bien el se reconoció a sí mismo como "kurdo asimilado"). Esta obra viene a ser una muestra del compromiso de Güney con sus orígenes, un reconocimiento de su identidad y un diálogo consigo mismo.

El clima político en que nació la película está salpicado de inestabilidad. Hacía tres años que había acontecido el último golpe de estado que desencadenaría una brutal represión dejando paso en 1973 al gobierno de Ecevit. Pero los problemas que habían llevado al golpe de estado persistieron: crisis económica (frente a discursos de radio que en la película evidencian completamente lo contrario, lo cual es un intento por poner de manifiesto el cinismo de las elites turcas), descontento generalizado a nivel socio-político con un evidente auge de las actividades sindicales y los grupos radicales (los métodos de acción del primer grupo se observan muy bien en la película, el modo en que se introducen entre los campesinos y tratan de despertar sus conciencias y la lucha del agá por desviar su atención de los sindicalistas tratándolos con un paternalismo que recuerda al del caciquismo que asoló España tantos años; al fin y al cabo el tipo de sociedad que muestra el film dominada por las élites económicas y sus intereses no es más que un reflejo, a su vez, de la impotencia del Estado para controlar los resortes del poder, de modo que delega en estas elites locales para el control de la población - en este sentido el caso turco y español es mucho más similar de lo que nadie en un primer momento se podría pensar, sólo que con unos cuantos años de diferencia entre uno y otro), etc.

Segundo largometraje en conjunto para el dueto de realizadores turcos más reconocidos del siglo anterior, Serif Gören y Yilmaz Güney se fueron labrando un nombre a partir de los años setenta, alcanzando incluso renombre a nivel internacional, llegando al punto máximo a inicios de los años ochenta hasta el fallecimiento de Güney en 1984, Gören siguió filmando pero sin alcanzar la misma relevancia.

La línea de colaboración entre ambos fue muy fuerte desde mediados de los sesenta, por momentos difusa, Gören muchas veces fue solo guionista de Güney, mientras en otras obras era el mismo Yilmaz el que hacía los guiones, en otras Serif fungía como editor. El caso de la codirección en Endise es tristemente afamada, ya que Güney fue encarcelado mientras filmaban la película, por tanto, su compañero tuvo que terminarla.

Fácilmente se puede considerar a Yilmaz Güney como un divo del cine turco, antes de ser director fue un incansable actor con muchísimos filmes en su haber, sin embargo, su vida más allá del cine fue muy compleja, digna de una película, su origen kurdo y el tipo de cine que realizaba no era bien visto por el gobierno turco que lo persiguió constantemente, pasando repetidas ocasiones en la cárcel.

Endise es una muestra de este tipo de cine, presentando pobreza, una clara lucha de clases, explotación laboral, malos pagos, huelgas, sindicalismo y en general, mucha penuria. El largometraje se centra en Cevher (Erkan Yücel), un hombre que tiene una disputa -o venganza de sangre-, la cual puede saldar pagando una cantidad de dinero en un tiempo establecido.

El problema es que él y su familia apenas pueden subsistir, por esto se dirigen a una plantación de algodón al sur del país para trabajar e intentar lograr reunir el efectivo necesario, sin embargo, pronto los trabajadores entrarán en conflicto con sus jefes por el precio al que le van a pagar el kilo de algodón recolectado, por esto se manifestarán mientras las tensiones irán en aumento y al protagonista se le acaba el tiempo para recoger el dinero.

Claro que Endise es una película social, con un argumento duro, el filme es sin duda una especie de neorrealismo turco, tomando escenarios y situaciones reales para alimentar el guion del Güney, con un grupo actoral que mezcla actores profesionales con no profesionales, filme arcaico e incómodo de ver, al que se le suma que la calidad de la copia visualizada no es la mejor.

La pareja de realizadores estaba claramente en un momento de aprendizaje, el argumento camina y fluye aunque en ocasiones se siente muy amateur, hay primeros planos al elenco que desconectan un tanto, eran otros tiempos y otra forma de hacer cine y filmar, sin embargo, logrando superar esa calidad dudosa, al acostumbrarse a la propuesta es donde se ve la excelencia de los realizadores.

Hay secuencias bastante destacadas, por ejemplo cuando llegan las maquinas cosechadoras de algodón, o el dialogo inolvidable de los jefes de la plantación, palabras más palabras menos, uno de ellos dice que los trabajadores de sus padres ni los alzaban a ver y estos otros hasta piden por derechos, y el final, el final como no podía ser de otra forma es terrible, duro y sin mediar palabra.

Sin duda es una obra poco accesible pero que vale la pena, en ocasiones hay que adaptarse a como eran las actuaciones o la forma de filmar en cierto contexto temporal o geográfico, especialmente tratándose de obras de bajo presupuesto que es probable no cuentan con grandes equipos de producción, y conociendo la historia de Yilmaz Güney vale la pena sortear eso que puede verse como defectos para entrar en argumentos fuertes e importantes.