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Euphoria: Los perfectos a m*marla (Parte 2: Jules) (TV) (2021)

Euphoria: Los perfectos a m*marla (Parte 2: Jules) (TV)
55 min.
7,1
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Trailer oficial HD (INGLÉS con subtítulos en ESPAÑOL)
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Sinopsis
El segundo episodio especial de 'Euphoria' sigue a Jules (Hunter Schafer) durante las fiestas de Navidad, mientras reflexiona sobre el año que termina.
Género
Drama Adolescencia Navidad Episodio de TV
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Euphoria: Fuck Anyone Who's Not a Sea Blob (Part 2: Jules)
Duración
55 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Euphoria
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8
Los fantasmas de Jules... y todo lo demás
Ojalá todas las esperas entre temporadas de series fuesen compensadas de la manera en que lo ha hecho Euphoria. Y es que lo más interesante de esta doble entrega "de entretiempo" se deriva precisamente de su naturaleza de díptico, aunque entre una y otra haya pasado más de mes y medio (y muy buena idea han tenido quienes han preferido reservarse para verlos de manera consecutiva, de una sola tirada). El especial de Jules no sólo es complementario del protagonizado por Rue, ante el que funciona como reverso, incluso como antítesis, sino que además lo dota de contexto, cubriendo muchas de las lagunas que nos dejó.

Efectivamente, conocido ya el estado (físico y mental) del personaje interpretado por Zendaya tras los eventos de la pasada 'season finale', de ese plan de fuga irreflexivo ejecutado sólo al 50%, tocaba ahora conocer el otro lado de la moneda. Y si bien esa larga conversación de Rue y Ali se sintió como un descansillo en esa montaña rusa de emociones que es Euphoria, este nuevo episodio no sólo vuelve a la esencia emocional y rítmica de la serie, sino que también recupera su estilo visual y sonoro tan característico. ¡Hasta han hecho cantar a Billie Eilish en castellano junto a Rosalía para la ocasión!

De todos modos, la montaña rusa no acelera de 0 a 100 de primeras, sino que arranca de manera reposada e de ahí va in crescendo. El inicio nos hace intuir otro episodio con unidad de tiempo y acción y entregado a lo verbal, al mostrarnos a Jules en la consulta de una psicóloga (interpretada por Lauren Weedman), escenario único del presente del relato. Pero a través de ese punto de anclaje, físico y temático, desfilan toda una serie de flashbacks y ensoñaciones que tienen un doble objetivo.

El primero de ellos, como ya he dicho, consiste en completar la historia que ya conocemos. Las consecuencias inmediatas que ha tenido para Jules su repentina decisión, lo importante que ha sido Rue para ella todo este tiempo, el brevísimo encuentro entre ambas el día de Nochebuena (justo antes de aquella se vea con Ali en la cafetería) y, sobre todo, ese especie de "sueño compartido" que han tenido, pero con devenires totalmente opuestos: si en esa ensoñación de Rue con la que comenzaba su especial no veíamos más que luz y felicidad con esa vida juntas en Nueva York que ambas deseaban, la versión de Jules tiene un giro trágico, relacionado precisamente con la recaída de Rue en la adicción, pero que, en esencia no deja de ser una proyección de sus propios miedos, traumas y fantasmas.

Y es ahí donde entra el otro gran objetivo de este episodio de entretiempo: explorar con honestidad y sinceridad el interior del que seguramente sea el personaje más atormentado de la serie (y eso que el listón está muy alto en ese aspecto). De primeras nos lleva por las dudas sobre su proceso de transición y el cuestionamiento de su feminidad y su sexualidad, pero enseguida nos hace darnos cuenta de que esos no son los verdaderos motivos de su angustia. Buena parte de la misma se debe a Rue, al fuerte amor que siente por ella y a la responsabilidad que se autoimpone para evitar su recaída.

Pero también vemos derroteros que no conocíamos, o no con ese nivel de profundidad al menos, como son el trauma no resuelto con su madre, por un lado, y lo intensa que llegó a ser para ella esa relación, vía mensajes de texto, con un hombre anónimo (que, como ya sabemos, no era otro que Nate Jacobs) al que llegó a idealizar hasta límites que no imaginábamos. Además, es exactamente en la representación de todos esos traumas y fantasmas y la manera tan lograda de enlazarlos visualmente donde Euphoria retoma la senda de ese preciosismo estético que la caracterizaba.

Aunque si hay algo que confirma esta segunda parte del díptico es el enorme talento de Hunter Schafer. Ya no sólo como actriz, por si quedaban dudas, ya que resuelve con brillantez el reto interpretativo que supone el dar a conocer toda una nueva dimensión del personaje, sino también desde el punto de vista creativo, pues firma el guión del episodio junto a Sam Levinson.

Vaya segunda temporada que nos espera. Con que está a la altura de estos cimientos ya será apoteósica.
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18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Sueños de purpurina
Ideada como la contrapartida a 'Las rayadas no son eternas', la otra mitad de este binomio especial de episodios como preludio para la segunda temporada de 'Euphora, este segmento analiza de forma muy inteligente ideas como la existencia estética y la fluidez moral de una juventud perturbada por la depresión y la autoestima.

Si con Rue asistíamos a un diálogo entre una adicta y su padrino, en esta ocasión la cosa se pone en modo Los Soprano con una sesión de psicoterapia entre Jules y la rubia que salía en Looking. La estructura no funciona como lo hiciera en 'Las rayadas...'; se le ven las costuras a este intento de demostrarnos que Jules es un personaje tan complejo como Rue. Y de hecho, para algunos, puede que lo sea. La representación de su transición es sin duda un acierto que pesa a favor de la serie, saliéndose del contexto ideológico de género para ofrecer un proceso lleno de dudas y ambigüedades que circundan la idea de la estética femenina y la auténtica identidad.
Sin embargo, en esta ocasión la forma predomina sobre el contenido, y aunque al principio la autocrítica que se hace Jules parece conducir a un terreno interesantísimo y plagado de espinas, al final todo deriva en cosas que la primera temporada de Euphoria ya había penetrado de forma mucho más sútil. El tema de las redes sociales y de la exteriorización de la personalidad en forma de avatar encuentra aquí un corolario bastante existencialista, pero no es nada nuevo. Y por ahi se ha metido Rosalía y el estilo videoclipero vence al diálogo. La forma sobre el contenido. No obstante, es un episodio necesario y que encantará a los fans de la serie. Personalmente, me quedo con Rue, tal vez porque sea más fácil empatizar con una yonki a la que le partieron el corazón que con una niña a la que le gusta mantener diálogos picantes con chavales que nunca conocerá a través de una app de citas. Pero el ejercicio de deconstrucción es sin duda interesante.
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15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
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