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El abominable hombre de la Costa del Sol (1970)

El abominable hombre de la Costa del Sol
86 min.
3,5
175
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Sinopsis
Cecilia es una joven tan soñadora que, aunque no conoce a su prometido Federico, un aristócrata poco agraciado, aburrido y torpe, lo imagina como a un héroe romántico. El padre de Federico, al ver que su hijo no encaja en ningún sitio, decide hacer de él un hombre de mundo y lo nombra relaciones públicas de un importante hotel de la Costa del Sol. Allí Federico experimenta una inesperada transformación. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
El abominable hombre de la Costa del Sol
Duración
86 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
4
Documento sociológico
Un título tan chusco como "El abominable hombre de la Costa del Sol" sólo podía responder a un film mediocre pero interesante como documento sociológico de tardofranquismo, ahora que la crisis aprieta y parece útil que las nuevas generaciones sepan de dónde venimos (España era entonces un país"en vías de desarrollo", un eufemismo para decir que éramos un país subdesarrollado) y para decidir, cuando esta "crisis-estafa" amaine, qué rumbo queremos tomar.
Éste tipo de films planteaban lo que podemos llamar "tensión sexual chapuceramente no resuelta" basada en los torpes y grotescos escarceos sexuales de un protagonista habitualmente casposo que siempre se quedaban en intentos y que nunca llegaban a buen puerto.
Se pretendía que el español medio se identificara con estos protagonistas y creyera que yendo a destinos turísticos como la Costa del Sol podría ligar como un poseso con suecas y nacionales de muy buen ver, que iban a sentirse irresistiblemente atraídas por su presumible caspa, su olor a pies "made in Spain" y alguna gracieta de chulo de merendero intercalada en conversaciones propias de un besugo.
Éste tipo de films sirvieron para promocionar el turismo, del que España sigue siendo una potencia mundial, y que siga, que para una cosa que nos va medio bien no vamos a cargárnosla.
La cuestión es que al salir del tercer mundo y meternos de lleno en Europa Occidental, en los años ochenta, hacía falta algo más que esa receta tardofranquista para progresar.
En la década pasada se tiró de la construcción hasta el punto de construir en España un millón de casas al año, más kilómetros de autovías que en Rusia, Alemania o Francia y más kilómetros de AVE que en USA, aparte de la plétora de aeropuertos sin aviones, velódromos con pistas sin homologar o museos de diseño futurista donde no se expone nada que también se hicieron.
El resultado aquí lo tenemos. Si queremos un futuro mejor para nuestros hijos, nos tenemos que parecer más a las suecas que se liga Juanjo Menéndez que al propio Juanjo, cuyo estereotipo hay que enterrar con cierto cariño, porque no deja de ser una parte de nuestro pasado, para siempre.
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24 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Meliá Don Pepe
Resulta cuanto menos curioso hoy en día el humor de estas películas realizadas por aquellos años cuya base eran los escarceos sexuales del español de turno. Por norma, quedaban en intentos a trompicones con esas “suecas” que venían a disfrutar sus vacaciones en nuestra tierra.

Lo primero a tener en cuenta en esta película es el trabajo serio de los actores, destacando a la exquisita Mónica Randall, una mujer de bandera a la que no dejo de admirar, Paca Gabaldón también, y demás elenco. Luego, la estupenda fotografía y en general, el trabajo técnico del equipo de realización. La base del humor está en el principal personaje, Juanjo Menéndez, un timorato individuo al que su padre (Rigaud) quiere espabilar y casar con la prima de su hijo por intereses económicos. Para ello le manda a trabajar a un hotel puntero en la Costa del Sol. Este humor, base de la película, podía haberse hecho más comedido en algunas secuencias y por tanto habría quedado más creíble y más gracioso.

No sé si hoy se logra el efecto buscado entonces, pero en aquellos tiempos, la torpeza y los enredos en las relaciones del protagonista con las mujeres era el modus operandi. Juanjo Menéndez exagera su comportamiento, sus gestos, que son la única condición para cada toma y se echa de menos una mayor efectividad en los golpes cómicos a pesar que teniendo al lado al excelente George Rigaud su actuación sube enteros. Siendo más comedidos esos golpes hubieran logrado un humor más efectivo. Las escenas están poco curradas, no ya por ese continuo huir de la misma manera cuando Juanjo se encuentra con una mujer (se disputan su amor por un extraño atractivo que hay que aceptar), también por esas visiones oníricas que poco aportan, pero bueno, ahí están y hay que aceptar que todos hacen lo que pueden y sin ser especialmente una película graciosa, tiene un ritmo simplón y simpático.
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12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
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