Boca a boca (1995)

Bravo por el guión desde el primer instante, ese boca a boca magistral que observa un niño mecido por la magia del cine.

Bravo por el ritmo trepidante que incluye intriga en cajas de sorpresas como muñecas rusas.

Bravo por un reparto milagroso, ya que sus protagonistas son debutantes en el dificilísimo arte de la comedia. Así, el gran Flotats (admirable composición por parte de un grande del teatro que llevaba muchos años sin hacer cine), Javier Bardem (dúctil y divertido como él solo), Aitana (más hermosa que nunca, más sexy y a la vez súper divertida en dos personajes muy distintos entre sí). Los secundarios están formidables, desde María Barranco (divertidísima), , pasando por Amparo Baró y Guillén Cuervo, hasta el estupendo asesino que encarna el gran Jordi Bosch. Juan José Otegui y Anabel Alonso "roban" breves escenas. También brillan Kiti Manver y Emilio G. Caba, aunque menos: son los antipáticos de la película. Hay varios cameos: Resines y el director Colomo, entre otros.

Remate a la altura de toda la comedia en una de las mejores película de Gómez Pereira.

Si bien "Boca a boca" es una obra que en sus inicios, y aun y contando una historia en parte original, da paso a una historia de lo más bobalicona y típica, a la par que monótona, también es cierto que la misma va mejorando y tomando sus mejores virtudes a medida que avanza su sorprendente entramado, siendo llevado con gran dinamismo.

Lo mejor de ella, es que cuando creemos que nos podríamos hallar ante el tópico producto bobalicón que se acoge a una pareja de actores de moda (porque no olvidemos que precisamente un año antes Aitana Sánchez-Gijón había dado su paso al estrellato americano, que apenas se prolongaría, con "Un paseo en las nubes" o que Bardem empezaba a despuntar ya desde films como "Jamón, jamón"), la cinta da un conciso e inteligente giro para introducirnos en una disparatada y descacharrante intriga con tintes cómicos de lo más apropiados.

De este modo, se podría decir que paso a paso, Gómez Pereira construye un buen relato con el que distraer al respetable y que, pese a sus desmadrados y poco comedidos instantes durante su nudo y desenlace, entretiene en todo momento y tiene interesantes virtudes como para permanecer ante la pantalla durante el no demasiado largo transcurso de la película.
Puede que el personaje de Josep María Flotats resulte excesivamente cargante, y que el final recurra a una resolución demasiado burda, aun y conteniendo su leve mensaje, pero su cometido lo logra, y de lejos.