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La carrera de la muerte: el origen (Death Race 2) (2010)

La carrera de la muerte: el origen (Death Race 2)
96 min.
4,5
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Sinopsis
Death Race 2 tiene lugar en un futuro muy próximo, cuando la economía de Estados Unidos comienza a declinar y la delincuencia violenta inicia una espiral fuera de control. Para contener a la población penal, se crea una serie de cárceles privadas, gobernadas por bandas, asesinos a sangre fría y sociópatas. La peor de estas cárceles es Terminal Island, donde condenado por el asesinato de unos policías llega Carl Lucas, el que será el auténtico protagonista del último reality show de la Carrera de la Muerte. El ganador, si es que alguien logra sobrevivir, tiene como premio la libertad. (FILMAFFINITY)
Género
Ciencia ficción Acción Thriller Coches/Automovilismo Drama carcelario Distopía Precuela
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Sudáfrica Sudáfrica
Título original:
Death Race 2
Duración
96 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Sudáfrica-Alemania;
Grupos
Death Race
Links
3
Sistema penitenciario perfecto
Si se me permite, sugiero retirar la etiqueta ‘Drama carcelario’ a la hora de englobar “Death Race 2” en un género. Hacerlo no solo es engañoso (de hecho algunas escenas tiran más hacia la comedia) sino que ningunea a referentes de verdad de este género como “Cadena Perpetua”, “American History X” o “Putillas polacas entre rejas 3”.

Sobre el papel, en principio, “Death race 2” reúne todos los ingredientes para ser un truño: es una segunda parte, no tiene ni un atisbo de imaginación, la productora se llama ‘Chestnut’ (castaña), es una continuación sudafricana de una película norteamericana, no tiene ni una fracción del presupuesto de la original, no han podido reunir a los protagonistas de la primera… en fin, todo lo que vienen siendo esas continuaciones low-cost de las que tanto he despotricado recientemente. Y sin embargo…

… sin embargo, tiene sorprendentes arranques de osadía y la suficiente inteligencia como para hacer de la necesidad, virtud. Sin la capacidad económica para atraer de nuevo a Jason Stantham o a Joan Allen (de mejorarlos, ni hablamos) y por tanto hacer una secuela imposible sin los actores originales, se ha generado un precuela que permite aligerar costes con actores desconocidos y menos efectos especiales gracias una trabajada (y más barata) evolución desde las peleas de presos hasta carreras de muerte. Curiosamente, lo mejor de la película (aparte de los pibones, claro), es lo detallista de una trama que se esfuerza en sostener argumentalmente lo que no se aguanta cinematográficamente y que ni es tan simple como suelen ser este tipo de producciones ni deja ni un solo cabo suelto para enlazar con su sucesora.

Desgraciadamente, no sólo con buenas historias se hacen las buenas películas. Las únicas interpretaciones calificables como tal son las de un Sean Bean que atravesaba horas bajas en aquella época y la de la chica reclusa. El resto se pierden entre su propia incapacidad para recitar dos frases seguidas sin leer, personajes a medio definir y unos diálogos sin término medio: o se quedan cortos (incoherentes, como escritos por el ganador del mejor cuento de navidad de primero de ESO) o se pasan (exceden el tono general de la obra, como si Shakespeare reescribiese el guión de “Yo hice a Roque III”). Las peleas son cutres y las carreras, a pesar de todos los derrapes, ametrallamientos y explosiones, están desaprovechadas por un montaje ratonero e infantil.

Mala, pero moderadamente interesante para los que encontramos bastante buena la primera parte. Con más presupuesto hubiese dado la talla.
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18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Demasiadas explicaciones sobre la prisión y pocas carreras de coches
La película es una precuela de la realizada en 2008 y que tenía a Jason Statham como protagonista. Sirve para conocer un poco más del legendario piloto Frankenstein.

En la cinta encontramos a actores conocidos como Sean Bean o Danny Trejo en nuevos papeles y otros como Robin Shou retomando el papel que ya hiciera en la anterior. La película contiene lo que esperas: sangre, acción, coches y explosiones. Aunque hasta llegar a las carreras de coches, para lo cual hay que esperar demasiado tiempo, veremos peleas a muerte entre presos.

El guión es claramente mejorable. Parece hecho por un adolescente. Eso se plasma en diálogos flojos que se quieren esconder tras toneladas de violencia con la excusa que la acción se desarrolla en una cárcel donde vales el número de personas que has matado y tras la aparición de sugerentes mujeres para motivar al espectador masculino. No es que el guión debiera ser lo más importante, pero con menos presupuesto significa que tienes menos acción a cuatro ruedas y más historia. Haciendo imprescindible tener algo interesante que contar. La primera mitad de esta película puede pasar casi por un drama carcelario donde un preso debe encontrar su lugar sazonado con violencia sin contemplaciones. Cuando llegas a ver el tema principal de la película, las carreras de coches a muerte, te saben a poco pues no cuentan con el suficiente tiempo en pantalla, haciendo que todo quede en un puro juego de eliminación de los participantes casi a contrarreloj.

El papel con el que le ha tocado lidiar a Luke Goss, el protagonista, no parece encajar del todo en la película. Pues parece querer aparentar ser un tipo duro, pero con una deriva muy pronunciada hacia héroe al rescate de quien lo necesite. Ni él, ni los mencionados Sean Bean y Danny Trejo pueden levantar una historia a la que le falta más emoción y menos violencia exagerada. En general los actores realizan un trabajo discreto.

Con todo esto se justifica su salida directa al mercado del vídeo, al menos se deja ver si no se te atraganta tanta violencia.
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18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
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