Si yo fuera tú (2018)

⋆ ⋆ ⋆ Vale la pena

Si Yo fuera Tú es la nueva comedia romántica mexicana que viene a refrescar el subgénero de “intercambio de cuerpos”, el cual siempre ha sido ameno pues permite repasar los roles de alguien a través de la experiencia de otro.

Contextualizada en una familia de clase media alta, donde él es publicista y ella una maestra de ballet, el intercambio de cuerpos se da en una noche en la que discuten sus roles dentro del matrimonio y en la que una mística alineación de planetas hacen que despierten uno en el cuerpo del otro.

Superado este episodio un tanto real maravilloso, toda la demás historia fluye de lo más ameno, pues aunque la actuación de Juan Manuel Bernal por momentos es estereotipada (el clásico amaneramiento), es la de Sophie Alexander-Katz la que demuestra un trabajo no sólo corporal sino actitudinal, pues logra realmente conversarnos de que ella es él, jugando y sorteando las diferentes situaciones que se desprenden de esta calamidad, zurciendo a la par una comedia de enredos que por momentos busca sí la risa, pero que en otros se arriesga a cuestionar ciertas improntas de género.

La más arriesgada creo, es la de la intimidad, pues aunque Claudia (Sophie Alexander), y Antonio (Juan Manuel Bernal) tienen sus altibajos maritales, siguen siendo una pareja sexualmente activa; intermitente, pero activa. Así que cuando ambos quieren intimar pero ya en cuerpos intercambiados, redescubren la experiencia sexual pero a través de un cuerpo nuevo, lo que primero los asusta y saca de onda, pero que en un segundo intento logran concretar gracias a una deconstrucción de género sobre todo de él.

A Antonio, que está en el cuerpo de su esposa Claudia, le saca un montón de onda tocar el pene (que es de él), y después, en este intercambio de cuerpos, ser él el que sea penetrado (¡Toma eso Octavio Paz!). La escena es demasiado sutil, pues busca plantear el dilema más que explotar el morbo de la situación, logrando que Antonio deconstruya su masculinidad al permitirse disfrutar del placer carnal a través del cuerpo de ‘su’ mujer.

La niña dark que tienen como hija, permite explorar lo roles que juegan madre y padre para con los hijos, y de cómo a veces la madre es estricta en unas cosas pero alcahueta en otras, y de cómo el padre el viceversamete proporcional.

Hay una nana que imprime y refuerza el elemento mítico de la situación, farseando el asunto de los rituales mágicos aparentemente tan anacrónicos, pero tan vigentes en los momentos de crisis donde la terapia psicoanalista parece fracasar; situación que refleja algo tan propio del mexicano promedio: recurrir a la medicina pero también a los remedios caseros.

Sin embrago en un pequeño epílogo de la película, hay una especie de giro de tuercas que parecen darle la razón a la parte clínica, pues tal y cómo se dice en una parte de la película, puede tratarse de una Trastorno Agrupado de Somatización, o no.

Y por si fuera poco la dirección está a cargo de Lubezki, Alejandro Lubezki, hermano de Emmanuel “El Chivo” Lubezki; así que si yo fuera usted, me aventaba a descubrir esta película que propone y al mismo tiempo cotorrea.

El cine mexicano industrial sigue carente de ideas, y en el primer largometraje de ficción de Alejandro Lubezki adapta una exitosa comedia que tiene como tema principal uno de los recurridos por diferentes cinematografías alrededor del mundo: el intercambio de cuerpos, dando como resultado una película llena de lugares comunes, pero que consigue arrancar algunas carcajadas.

Claudia (Sophie Alexander-Katz), y Antonio (Juan Manuel Bernal) llevan 15 años de casados, tienen una hija adolescente y llevan una relación amistosa pero enclavada en la rutina que los desgasta y provoca constantes roces entre ellos.

Pero una noche mientras duermen, la alineación de los planetas Venus, Tierra y Marte, provoca un extraño suceso, Claudia y Antonio intercambian cuerpos y mientras encuentran una solución, deberán enfrentar su vida tratando de entender al otro utilizando su cuerpo.

Adaptando la comedia brasileña ‘Se Eu Fosse Você’, dirigida en 2006 por Daniel Filho, la película que significa el paso de Lubezki del documental a la ficción, sobresale por las actuaciones de su pareja protagonista.

Lo más destacado es sin duda Sophie Alexander-Katz, poco vista en comedia, que le brinda una mejor categoría a su personaje, y que consigue una buena química con Bernal, y son ellos los que con su performance y su manera de interpretar al sexo opuesto consiguen los mejores momentos de la película.

Los clichés y lugares comunes están a la orden del día, en una película que no ofrece novedad alguna y tampoco asume riesgos pero que, por lo menos, contiene algunos momentos genuinamente cómicos.

https://tantocine.com/si-yo-fuera-tu-de-alejandro-lubezki/