Mr. Imperium (1951)

Otra estrella en el tiempo, drama musical, que brilla a la altura de las mejores; una obra que nos cuenta el amor entre un príncipe y una cantante.
Un hombre curtido, enamoradizo y dado a cantar, que ama con delicadeza y una mujer sorprendida y que se deja hacer.
Es una sucesión de bonitas fotos de la pareja arrullándose con ese fondo soñado por los enamorados, de estampas pintorescas.
Él es un hombre alegre, siempre atento y caballeroso, y ella, claro, termina rendida.
Tal vez la película no sea de 10 y alguno diga que soy muy generoso con la nota, pero cuando se está en el tema y el tal Mr. Imperium se pone a cantar Sólamente una vez, en español, con el trío de guitarristas mejicanos y ella embelesada, uno se calla y ni media, porque la emoción nos lleva a la cuarta dimensión.
Ah, qué bonito es el amor. Eso es saber enamorar, maestro.
(¿Dónde coño estarán mis cedés de Engelbert Humperdinck????)

Comedia romántica musical protagonizada por el bajo lírico de la Metropólitan Opera de New York en los años 20 y 30 junto a la actriz sex-siymbol de los años 40.
Ezio Pinza rapsoda famoso durante buena parte de la 1ª mitad del siglo XX interpreta a Mr.Imperium, que se enamora de la belleza de la artista emergente Fredda Barlo interpretado por el frio huracan de Lana Turner. Una curiosa y sorprendente pereja bajo la dirección de un desconocido Don Hartman quién apenas dirigió cinco películas.
Auna este cuento de hadas dos estrellas de generaciones distintas. Ezio Pinza y el propio director fallecieron hace más de cincuenta años, mientras la emergente e inestable Lara a quién el escandalo persiguió con siete matrimonios, vería como Marilyn Monrou y Grace Kelly la sustituirian del trono dorado de las Divas de Hollywood en años posteriores.
Cierta elegancia de postal alterna con brillantes diálogos bajo el encantamiento del pasado y de un cine lejano del actual pero cuya historia es eterna.
Para nostálgicos, amantes de cuentos y fábulas. Ciertamente puede ser considerada como una joya como el bueno de Fantomas que también conoce estas pequeñas obras aunque se despinten los Cds.
¡Arrivederci!
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