Tlayucan (1962)

Un campesino pobre, su mujer, el hijo de ambos, el cura del pueblo, una anciana cascarrabias, un ciego y un viejo rabo verde, crean una tragicomedia en el pueblo de Tlayucan.
El hijo del campesino enferma de gravedad, el pobre campesino pide prestado y nadie lo ayuda, entonces roba una perla a la virgen que esta en el altar de la iglesia del pueblo, en ese instante unos turistas le toman una foto y se la muestran al cura, entonces los vecinos que se negaron a ayudarlo lo quieren linchar y el les dice que la perla la ocultó en el comedero de los puercos, los vecinos tratan a como dé lugar recuperar la preciada joya, mientras la mujer del campesino le pide ayuda al viejo rabo verde, el cual está enamorado de ella, como el viejo le pide favores a la joven a cambio de ayudarla, ella opta por insultarlo e irse, mientras la vieja cascarrabias y el ciego hacen el amor al calor del alcohol ingerido por ambos y luego ella se confiesa con el cura, el cual le sugiere que se case, y se casa con la admiración de los chiquillos del pueblo, los cuales se burlan del pobre ciego luego de salir de la iglesia, mientras la mujer del campesino encuentra la perla y se la entrega a éste, y él decide no dar a saber que fué encontrada dicha joya, y cuando uno de los vecinos entra a la iglesia y mira que la virgen ya tiene de nuevo la perla, se pone a tocar las campanas y todo el pueblo se reúne para admirar el "milagro", el cual el cura no cree.
Un final feliz para todos los involucrados en esta entretenida tragicomedia.

La verdad que Luis Alcoriza además de ser junto con Julio Alejandro, el mejor colaborador autoral de Luis Buñuel, fue también un muy buen director.
Con una historia que mezcla el melodrama con el humor más negro, aderezando todo con critica social, teniendo una narrativa entretenida y muy bien estructurada, cada personaje le da su lugar y le crea su historia.
Muy dulce e interesante la de la solterona y el ciego, también como retrata la sordidez y el morbo aunque humanizándolo su parte "buena" en Andrés Soler, un personaje super complejo.
Sabe retratar muy bien la vida e idiosincrasia de un pueblo bicicletero, donde el máximo entretenimiento de todos es hablar (en general mal) de los demás.
Lo mejor, los diálogos, pocos han sabido captar el argot y habla coloquial y popular como él, el señor tenía un oído envidiable.