La historia de Irene Castle (1939)

La película narra la historia del matrimonio Castle (Irene y Vernon) desde sus comienzos, en los que sólo eran contratados para números cómicos, hasta su gran éxito y fama conseguidos como extraordinarios bailarines en los mejores teatros y salas de fiestas de todo el mundo.
Aunque siempre es una gozada ver bailar a la pareja Astaire-Rogers, esta es una de sus películas más flojas. Varios detalles contribuyen a ello: los bailes no son ni tan elegantes, ni tan originales, ni tan vigorosos como en otras ocasiones; la consabida historia de amor pierde toda su esencia al contraer matrimonio la pareja protagonista al poco de iniciarse la historia y el ritmo narrativo se desequilibra demasiado por la difícil combinación de los números musicales con el resto de secuencias. De todos modos, un número suelto del genio Astaire bailando claqué en una estación de tren, la cara de ángel de Ginger Rogers y las excelentes interpretaciones de Walter Brennan y Edna May Oliver son reclamo suficiente para que nos sentemos en el sofá dispuestos a pasar algo más de hora y media sumamente entretenidos.

Quizá la película de Fred y Ginger menos reconocida por los fanáticos y la crítica ya que no refleja los grandes números de baile a los que nos tenía acostumbrados y la vida despreocupada que nos mostraba donde todos vivían en un mundo alegre y la única preocupación era conseguir el amor de la amada.
En este caso vemos reflejada la vida de dos personajes reales (Vernon e Irene Castle) famosos bailarines de principios de los 20 cuya vida azarosa los llevo al pico de la fama hasta que el destino les cobró la factura. En este caso los personajes fueron interpretados magníficamente por Fred Astaire y Ginger Rogers en una faceta poco conocidos de ellos como es el drama (Ginger ya había hecho algunos dramas anteriormente pero de poca repercusión).
La película combina secuencias de drama con las de comedia, secuencias de baile no tan espectaculares como en sus anteriores películas (ya que estaba amoldada a coreografías de la época) y excelentes canciones como la romántica "ONLY WHEN YOU'RE IN MY ARMS" (cantada por Fred) y la divertida "YAMA YAMA MAN" (divertida secuencia con Ginger).
A lo largo de la película se siente un tono de melancolía y esperanza, donde existen dos seres que luchan contra la adversidad a pesar de los múltiples problemas que enfrentan. El final no les voy a contar pero diré que es uno de los más tristes que vi. Visionen esta película que ha sido olvidada sin esperar la grandilocuencia de sus trabajos anteriores y disfrútenla.